Esta planta recientemente fue sometida a un proceso de adaptación para integrar nuevas tecnologías, así como para cumplir con todos los requisitos a fin de iniciar la producción del primer modelo SUV eléctrico de la marca estadounidense.
"México es el país perfecto para liderar esta transformación, gracias a la capacidad y experiencia que los mexicanos han demostrado en el diseño, ingeniería y manufactura de los productos de la marca", destacó el CEO de Ford de México, Héctor Pérez, en un comunicado.
A comienzos de 2018, Ford anunció que invertiría 11.000 millones de dólares en el lanzamiento de 40 nuevos modelos híbridos, híbridos enchufables y eléctricos, versiones híbridas enchufables de sus SUV y un nuevo crossover eléctrico, además de una versión eléctrica de su icónico modelo F-150. La meta es que todos los autos estén disponibles en el mercado para 2022.
A diferencia de los modelos impulsados por motores de gasolina, el Mach-E tiene un motor eléctrico, un transeje electrónico y una batería que ocupa todo el piso del vehículo. Ante las nuevas reglas comerciales en América del Norte, las baterías de estos modelos deben ser ensambladas en la región a fin de poder exportarse a Estados Unidos y Canadá sin pagar aranceles, lo cual llevó a Ford a montar una línea para su planta de Cuautitlán.
Ocho técnicos mexicanos viajaron a Dearborn, Michigan, para capacitarse en el funcionamiento de estos modelos, por lo cual fueron los responsables de echar a andar su producción en la planta mexicana.