La monarca británica se puso una mascarilla negra que hacía juego con su traje del mismo color.
Robert Lacey, autor real y consultor histórico, había supuesto antes que Isabel II se pondría el tapabocas en esa ceremonia porque la mascarilla "se ha convertido en el símbolo de la firmeza nacional para derrotar a este cruel e insidioso enemigo", dijo en referencia al virus.
Al mismo tiempo, los demás miembros de la familia real sí que aparecen con mascarillas puestas en los eventos públicos durante la pandemia.
Inglaterra volvió recientemente a un confinamiento de cuatro semanas, hasta el 2 de diciembre, para hacer frente al fuerte y rápido avance de la segunda ola de coronavirus.
Llevar tapabocas es obligatorio en ciertos espacios cubiertos, como el transporte público y las tiendas. El Gobierno británico también recomienda que se usen en lugares donde resulta difícil mantener la distancia social.