Según estas informaciones, la denuncia, registrada el 29 de octubre en una comisaría de la zona oeste de la ciudad de Sao Paulo trata de un "hallazgo de cadáver"; agentes de la Policía Militar encontraron en un apartamento el cuerpo de un hombre de 32 años, y cerca de su brazo habría una jeringa y varios frascos de medicamentos.
Los responsables del Instituto Butantan de Sao Paulo, que coordina los test en Brasil, expresaron su extrañeza, y este 10 de noviembre, su director, Dimas Covas, remarcó que esa incidencia no tenía ninguna relación con la vacuna.
Covas no dio detalles sobre la causa del fallecimiento del voluntario, pero dijo que entraba dentro de la normalidad que hubiera este tipo de sucesos, dado que la vacuna se está probando en Brasil en más de 10.000 personas.
Poco después de que la prensa brasileña divulgara la causa de la muerte del voluntario, el director-presidente de la Anvisa, Antonio Barra, dijo en rueda de prensa que en las informaciones que recibieron de parte del Butantan no constaba que la causa del fallecimiento fuera un suicidio.
Además, aseguró que la decisión de suspender los test fue "técnica" y que el Butanan ofreció informaciones "insuficientes" e "incompletas".
En la mañana de este 10 de noviembre, cuando se supo que se suspendían los test, el presidente Jair Bolsonaro lo celebró en las redes sociales, y lo consideró una victoria sobre el gobernador de Sao Paulo, João Doria, su rival político y principal impulsor de la vacuna china.