Quien ocupe la Presidencia, solo será el megáfono de distintos intereses militares y financieros que, se vistan de rojo o de azul, coinciden en algo: en hacerse con el mayor control geopolítico y económico del mundo.
Les queda a los latinoamericanos no distraerse en la venta de humo que intenta mercadear el próximo gobernante estadounidense, sino concentrarse en lo que debe hacer la región para fortalecerse y enfrentar unos intereses que jamás cambiarán mientras el capitalismo sea el sistema gobernante.
Soberanía, ¿una palabra demodé?
Luis Britto García, intelectual venezolano, en un reciente artículo de su autoría dio pistas sobre hacia dónde debe dirigirse el debate de nuestros pueblos latinoamericanos, y bien podría decirse que el debate es de todos aquellos a quienes se les asignó el papel de países subdesarrollados solo proveedores de materia prima.
Soberanía para principiantes es el título que eligió Britto García. No podía ser más acertado. Pedía que se aprovechara la creación de una escuela para los candidatos del chavismo que aspiran a llegar a la Asamblea Nacional para dotarlos de pleno conocimiento sobre el concepto de soberanía. Una noción que le costó a los pueblos suramericanos que quisieron que se respetase la suya la feroz violencia del imperialismo occidental en los últimos doscientos años.
No es el quién ocupará la Casa Blanca lo que debe ocupar los debates y reflexiones de nuestros países. Se trata de entender que si a algo le temen las élites demócratas y republicanas es a que los pueblos piensen con cabeza propia y hagan respetar sus leyes por encima de los intereses económicos extranjeros. A ejercer la soberanía en el más puro sentido de la palabra.
Destruir el alma de la nación para conquistarla
La agresión multidimensional emprendida en los últimos años por EEUU contra Venezuela ha golpeado al país suramericano en todos los niveles, en especial, en el aspecto económico.
El propio presidente Nicolás Maduro mencionó hace unas semanas que el bloqueo habría provocado que de "cada 100 dólares o euros que el país obtenidos por la venta de petróleo en el 2014, hoy obtuviese menos de uno", y destacó que la nación pasó de "56.000 millones de dólares a menos de 400 millones de dólares el año pasado".
Ante un ataque tan desproporcionado, el Gobierno bolivariano optó por avanzar en estrategias que le permitieran sortear la crisis provocada. Promulgar una Ley Anti Bloqueo, fue quizá una de las que más debate ha suscitado. El propio Luis Britto García señaló ciertos aspectos por los cuales la soberanía del país podría resultar afectada.
Johnny Hidalgo, analista político y especialista en geopolítica del petróleo, enuncia, a propósito de cómo el especular sobre las elecciones en EEUU ha ocultado el verdadero problema de las sanciones, una hipótesis a la que habrá que prestar atención en los próximos años:
Dicho retroceso Hidalgo lo sitúa dentro del debate que se ha dado en Venezuela a propósito de la Ley Antibloqueo.
Son dos visiones que se confrontan en cuanto a la dimensión y naturaleza del rol que se le da al sector privado internacional e internacional dentro de la economía de crisis impuesta por las sanciones. Las reservas que tienen algunos sectores de la sociedad al respecto del capital privado, sin embargo, tienen asidero.
Estas son las diferentes posturas de los países latinoamericanos en cuanto al futuro con el nuevo presidente de los Estados Unidos, @JoeBiden 🌎🇺🇸
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) November 9, 2020
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"A lo largo de la historia, Venezuela fue sometida a relaciones coloniales en las que fue saqueada por las potencias occidentales. Hoy en día, forma parte del interés nacional que la República mantenga la propiedad de las minas y las industrias estratégicas. Asimismo, buena parte de la población considera que la inversión extranjera nunca ha tributado a los intereses nacionales y eso genera rechazo a que dicha inversión sea fomentada. Estos rasgos del pensamiento venezolano, juegan un papel importante en el debate que se ha dado sobre la Ley Antibloqueo", opina el analista.
Hidalgo considera que, para proteger los intereses de la nación, dentro del proceso de negociación que inaugura la Ley Anti Bloqueo solo se saldrá victorioso si se aprende del proceso histórico en el que se construyó la nación venezolana.
Para Hidalgo, es a esta dinámica de conformación de la identidad a lo que hay que prestar verdadera atención a la hora de debatir cuál es la verdadera dinámica que se instaura entre los países exportadores de materia prima y el capital transnacional.
Hidalgo considera que el objetivo final de la estrategia imperialista no es el control de los Estados, sino el control de las naciones y de la gente, y que precisamente "la subvaloración de lo nacional también abre espacios donde los intereses de grupo prevalecen sobre los intereses nacionales".
Aunque ve en la Ley Anti Bloqueo la respuesta natural de un Estado al que se le asedia por todos los flancos, considera que la clave para no seguir cometiendo los errores históricos que han vulnerado la soberanía y el sentido de la nación se encuentra en la mirada y en la confianza en las potencialidades internas del país:
"Los valores determinan los sueños, las aspiraciones. Estos serán más elevados cuanto más se valore la nación a sí misma. Si se valora poco, con poco se conforma, y esto es de mucho interés para el colonialismo", sentencia.