La isla es considerada como uno de los lugares más escalofriantes del mundo. A día de hoy está deshabitada, aunque existen algunas personas que la han visitado con el fin de hacer turismo extremo.
Las historias escalofriantes comienzan desde que la peste se había propagado y la isla fue usada como un lugar donde se mantenían en cuarentena las personas infectadas. Con ellas, se enviaban también a sus familias a pesar de que en muchos casos no presentaban síntomas.
Las personas que fallecían por la peste eran quemadas en esta misma isla y desde entonces surgieron historias de que una capa del suelo está compuesta por las cenizas de los fallecidos por esta enfermedad.
Además, existen leyendas de que en este lugar se practicaban experimentos ilegales y torturas a personas. Los pacientes se quejaban de que por las noches veían siluetas y escuchaban susurros.
Los turistas que lograron ingresar a la isla aseguran que el lugar es escalofriante e inclusive se sintieron observados durante su visita.