En 1969, el Apollo 11 realizó el primer aterrizaje lunar tripulado de la historia. Años distintas misiones se encaminaron al satélite para reconocer su superficie. Una fue la nave espacial Surveyor 2. Esta fue lanzada por la NASA en 1966. Propulsada por un cohete Atlas-Centaur, una serie de problemas técnicos provocaron que el módulo de aterrizaje se estrellase contra la Luna. El propulsor que la llevó hasta el espacio, del cual se soltó correctamente, pasó por delante del astro y se perdió en el espacio. Al menos hasta ahora.
Su órbita era muy similar a la de la Tierra. Era casi circular, coincidía en el plano orbital con la terrestre y circulaba a una distancia similar del Sol. Además, observaciones adicionales añadieron que la radiación solar estaba cambiando la trayectoria del 2020 SO. Con el análisis de las 170 mediciones detalladas de la posición del cuerpo celeste, realizadas por centros de investigación de todo el mundo, se confirmó la baja densidad del objeto. Los científicos concluyeron que se trataba de una parte del cohete espacial Centauro del Surveyor 2 de 1966.
Earth has a tiny object in its orbit for a few months. It’s likely a booster rocket from Surveyor 2, an ill-fated spacecraft that crashed on the Moon in 1966. It'll be closest in December and we can get a better look to see if it really is the space relic. https://t.co/iqEgXLiYY3 pic.twitter.com/hEU9M6K8Rs
— NASA JPL (@NASAJPL) November 13, 2020
El director del Centro de Estudio de Objetos Cercanos a la Tierra (Cneos), Paul Chodas, descubrió que los supuestos restos de ese cohete se habían aproximado en varias ocasiones a la Tierra. "Uno de los posibles caminos para 2020 SO trajo el objeto muy cerca de la Tierra y la Luna a finales de septiembre de 1966", comentó. Eso sí, nunca ha existido la posibilidad de que causara daños en el planeta.
Ahora, vuelve a acercarse a la Tierra. El 8 de noviembre se acomodó en la esfera de dominio gravitacional de la Tierra, una región llamada esfera Hill que se extiende a 1,5 millones de kilómetros del astro. Allí se quedará el 2020 SO hasta marzo de 2021 cuando vuelva a escapar a una nueva órbita alrededor del Sol. El 1 de diciembre será el día que más cerca esté. Momento que los expertos aprovecharan para analizar la composición de dicho objeto. Servirá para determinar si se trata realmente de una reliquia de principios de la era espacial. Verificar definitivamente qué es aquel cuerpo que ha mantenido en vilo a la NASA durante meses.