Se trata de Puerto Sudán a orillas del mar Rojo. Jartum dio su consentimiento para desplegar allí un "punto ruso de apoyo logístico" (PMTO por sus siglas en ruso). A modo de comparación, este mismo estatus humilde de PMTO tenía y sigue teniendo la base rusa en Tartus, Siria. Mediante el cambio continuo de leyes y la firma de acuerdos bilaterales de 1971 evolucionó de una simple base de reparación hacia un lugar donde Rusia puede estacionar 11 buques militares a la vez.
"Así van las cosas desde que Rusia comenzó su regreso al ‘gran juego de ajedrez’ desde Oriente Medio, no desde el Lejano Oriente, y por lo tanto, Puerto Sudán como el próximo punto de partida después de Tartus parece lógico", escribe Kupriánov del Instituto Primakov de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia.
Iliá Kramnik, columnista del diario ruso Izvestia, opina que basándose en sus intereses en África Rusia puede enviar a Puerto Sudán hasta submarinos nucleares y cruceros con misiles, "pero su presencia allí obviamente no será permanente".
Kupriánov está seguro que muchos Estados han esperado el regreso de Rusia al Índico. No solo países que anteriormente estaban en la zona de influencia soviética, como Mozambique, Madagascar y Seychelles, sino también otros Estados de la costa de África Oriental y las islas del Índico: "En las condiciones de expansión económica china, india, europea, estadounidense, la presencia de otro actor interesado les dará la oportunidad de seguir una política más flexible".
Por ejemplo, la India. Pero todavía tiene que dar su primer paso de bienvenida.