Lo kitsch hace años que está moda. Quién iba a decir que la riñonera se iba a convertir en una habitual de las pasarelas. O que iban a volver los gorros de pescadores o las botas Buffalo. Grupo en el que podríamos incluir a los museos de cera, la 'riñonera' de las grandes galerías de arte. Sin embargo, un reclamo en las guías turísticas de cualquier ciudad que disponga de uno, sea de la franquicia de Madame Tussaud o no.
"El nuevo museo tendrá un total de 120 figuras, de las cuales más de la mitad serán nuevas, que habitarán 28 escenarios diferentes, en un concepto global que apuesta por la tecnología y la experiencia interactiva", ha subrayado el director creativo del museo, Toni Cruz.
👋 Greta Thunberg y Copito de Nieve os dan la bienvenida al Nuevo Museo de Cera de Barcelona que abriremos el próximo 4 de diciembre 🎉
— Museu de Cera de Barcelona (@MuseoCeraBCN) November 17, 2020
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El encargado de negocio, Ángel Díaz, añade que el objetivo es que la galería se adapte al siglo XXI. Es más, Cruz ha destacado que será "selfie-friendly". Muy diferente a sus inicios en 1973, cuando los visitantes se paseaban entre las esculturas de personajes como Bill Clinton, Lenin, Hitler, Charles Chaplin o Sara Montiel. Un entretenimiento más de la Barcelona de los años 70. Su directiva quiere continuar con esa dinámica.
"Los turistas vendrán, como han venido siempre, porque será una experiencia de ocio muy gratificante, pero queremos que también nos visiten los barceloneses, como pasaba hace 40 años, cuando las familias finalizaban su paseo por La Rambla en el Museo de Cera o en las Golondrinas", ha señalado Cruz.
El proyecto, que prevé crear 40 nuevos puestos de trabajo, está impulsado por la empresa Advanced Leisure Services (ALS), a la que se han sumado un grupo de socios. Esta sociedad es la que administrará el espacio, después de que hace un año la sede del museo se pusiese a la venta por el pronunciado descenso en el número de visitantes en los últimos tiempos. La falta de compradores ha hecho que esta organización alquile el lugar para promover la vuelta de las figuras. Ahí estarán antes de que acabe 2020.
Es muy probable que se instalen más personajes con los que se puedan identificar las nuevas generaciones. Las mismas que no dejan de subir retratos a redes sociales. Ni sueltan la riñonera. Y es que, independientemente de lo que marquen las revistas, lo kitsch nunca pasa de moda.