En una entrevista con Sputnik, Halter ha destacado la importancia de escuchar y ver imágenes del proceso ya que "este tribunal ha destacado esta idea [sobre los crímenes nazis] de una manera mucho más fuerte que todos nuestros libros, nuestros artículos". Pero también subrayó que el verdadero mal no fue juzgado en el tribunal, solo los 60 criminales de guerra que actuaban como sus agentes.
En 1945, cuando tenía solo nueve años, fue a la celebración de la victoria en Moscú, en la Plaza Roja, para ofrecer flores a Iósif Stalin como delegado de los pioneros. Más tarde, Halter emigró a Francia con su familia y se naturalizó allí.
El Proceso de Núremberg inició el 20 de noviembre de 1945 ante el Tribunal Militar Internacional, un grupo de ocho jueces que representaban a cuatro países de la coalición antihitler —la URSS, el Reino Unido, Francia y EEUU—. Un grupo de antiguos dirigentes del Tercer Reich fue acusado de crímenes de guerra que constaban de cuatro puntos: crímenes contra la paz, crímenes contra la humanidad, violación de las leyes de la guerra y conspiración para cometer estos actos criminales.