Según detalló al medio Aden Naka, subdirector de investigaciones forenses de la ciudad, la unidad encargada de identificar los cuerpos se creó para manejar alrededor de 20 muertes por día, pero durante el pico de la pandemia recibió hasta 200 fallecidos diariamente.
En circunstancias normales, los difuntos no identificados se enterrarían como indigentes en un cementerio público en la Isla Hart —una isla en la ciudad de Nueva York en el extremo occidental del estrecho de Long Island—. Sin embargo, a medida que aumentaron las muertes por COVID-19 en la urbe en abril, el alcalde Bill de Blasio prometió que no se realizarían entierros masivos en tumbas temporales.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, al menos 34.319 han fallecido en el estado de Nueva York víctimas del COVID-19 desde el inicio de la pandemia. El número de fallecidos a raíz de la enfermedad en Estados Unidos ya supera los 256.000.