"Acompañé a Maradona en el avión que lo llevó de Barcelona a Nápoles y unos días después, al entrevistarlo, le pregunté cómo iba a superar la nostalgia por Buenos Aires. Me contestó: me bastará abrir de par en par la ventana y ver el mar de Nápoles", contó Pastorin.
Maradona llegó a Nápoles, "cuando los campeonatos de Italia los ganaban solo los equipos del Norte", y supo "llevar su club a la cima", al conquistar con sus compañeros dos "scudettos", en 1987 y 1990, y ganar en 1989 la Copa de la UEFA.
"Como decía Jean-Paul Sartre, el fútbol es una metáfora de la vida, y Maradona transformó un sencillo balón de cuero en un cofre de belleza", notó el escritor italiano.
Maradona regaló felicidad a millones de personas y se convirtió en "un fenómeno de locura colectiva" en Nápoles, que vio en el jugador "un profeta", que permitió a la ciudad desafiar la potencia del Norte.
"Las escenas de luto que vemos ahora son escenas de una religión laica, porque Maradona supo llevar Nápoles al centro del Universo", destacó Pastorin.