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"Estoy flipando en colores": James Rhodes recibe la nacionalidad española

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El pianista inglés lleva casi cuatro años viviendo en el país. El Gobierno se la ha concedido por Carta de naturaleza y lo ha anunciado el vicepresidente Pablo Iglesias.
"Estoy flipando en colores". Estas han sido las primeras palabras de James Rhodes después de haber logrado la nacionalidad española. El pianista inglés, que lleva cuatro años viviendo en el país, ha declarado su asombro en un video el 29 de diciembre, tras el anuncio del vicepresidente Pablo Iglesias de que el ejecutivo ha decidido legalizar su estancia. Lo ha hecho en un Consejo de Ministros que decide los últimos acuerdos del año.
"Hoy hemos acordado conceder, por Carta de Naturaleza, la nacionalidad española a James Rhodes. Sus méritos artísticos y, sobre todo, su compromiso frente al maltrato y la violencia contra los niños, hacen de él un símbolo de la nueva España. Felicidades compatriota", ha escrito Iglesias en su cuenta de Twitter, adelantándose a la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
James Rhodes, nacido en Londres en 1975, es conocido por varias facetas. A su pericia con la música se le suman sus artículos de prensa en medios ingleses y españoles o sus libros publicados. Con Instrumental editado en español por Blackie Books en 2015, dio a conocer su infancia sufriendo agresiones sexuales y los consecuentes intentos de suicidio.
​A partir de la grabación de sus actuaciones en documentales y programas televisivos y de erigirse como una figura contra los abusos de menores, Rhodes ganó popularidad. En 2017 se mudó a Madrid y desde el principio empezó a alabar a la ciudad y al país. Sus cartas de amor por España y sus tuits han sido ampliamente comentados. Este año incluso ha protagonizado la campaña publicitaria de Navidad de Campofrío, de gran repercusión mediática.
Judíos. Colectividad judía. Kipá. Imagen referencial - Sputnik Mundo
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Con la nacionalización oficial, el pianista logra un "sueño". Se le ha otorgado por Carta de Naturaleza, regulada en el artículo 21 del Código Civil de nuestro país de la siguiente manera: "La nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente mediante Real Decreto, cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales". Él mismo ha hablado de estar en shock y se ha mostrado alegre y agradecido. "Me esforzaré cada día para devolverle al país lo que me ha dado. Estoy temblando. Ser español es mi sueño desde hace años. Estoy flipando en colores", ha dicho desde un sofá de su casa.
Rhodes ha ido glosando en este tiempo lo que adoraba del carácter español e incluso ha compartido interpretaciones de grupos como Estopa o Extremoduro. También ha indicado su apoyo al Betis, equipo de fútbol sevillano, o ha llamado la atención por su altruismo y su sorteo de objetos personales. En octubre, antes de la comparecencia en la que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, presentó el Plan Nacional de Recuperación, tocó el Himno de la Alegría.
¡Enhorabuena, James! Y gracias por tu compromiso con nuestro país", decía Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno. "Intentaré contenerme ahora. Pero 'Enhorabuena James' como el TT número uno es una de las cosas más hermosas que he visto en mi vida. Gracias. Gracias. Gracias. Os quiero", ha insistido el músico.​ La decisión se ha convertido inmediatamente en tendencia de redes sociales. Con la etiqueta "enhorabuena, James", miles de usuarios han declarado el respaldo a la decisión, aunque otros muchos han puesto pegas.
"James Rhodes es un bien de la humanidad. Majo. Una buena persona. Un tipo maravilloso. Pero mientras la nacionalidad y los papeles sean una brecha que separa a los migrantes de los derechos, y mientras acceder a ella sea un camino tortuoso para tantos, no debería ser un premio", denunciaba uno.
"A los inmigrantes que llevan décadas trabajando en España les debe hacer mucha gracia que James Rhodes se salte toda la cola por caerle bien a Pdr y Pbl" [sic], protestaba otro. "La nacionalidad española a James Rhodes es un claro ejemplo de clientelismo político. Una persona que gracias a su opinión positiva pública a favor del Gobierno obtiene la resolución de un trámite que muchos ciudadanos tenemos que luchar años contra la burocracia para obtenerlo", se quejaba un tercero.
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