Registrar los códigos de la violencia caraqueña, el reto del artista Ronald Pizzoferrato
© Foto : Ronald Pizzoferrato
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CARACAS (Sputnik) — La capital de Venezuela está entre las ciudades más violentas del mundo. Lo confirman las estadísticas de homicidios y de delincuencia. El fotógrafo e investigador visual Ronald Pizzoferrato contó a Sputnik cómo trabaja para analizar este flagelo desde otra perspectiva, más allá de los números y titulares de prensa.
"Muy pocos investigadores se han tomado el tiempo de analizar todos los mecanismos de consumo que la violencia deja (…) Eso se habla a nivel de números, pero mi inquietud era: tenemos tantos años viviendo con esta violencia como una invitada, de esas invitadas que se quedan, entonces, empezamos a hacer y deshacer cosas con estos códigos que la violencia ejerce entre nosotros y que ejercemos con ella, pero explícitamente no es violencia", dijo a Sputnik.
Este venezolano de 33 años, que comenzó a hacer fotografías en Caracas desde 2009 mientras realizaba grafitis por las noches, migró a Suiza en 2015, donde obtuvo una beca para realizar un máster en análisis de tendencias e identidad en la Escuela Superior de Artes de Zúrich, lo que le permitió vincular su arte visual con la investigación de datos a través de la imagen.
7 de marzo 2018, 00:28 GMT
Ronald hoy camina de nuevo por las calles de Caracas que dice conocer desde la infancia, y entre un lugar y otro va sacando su cámara o teléfono para capturar en fotografías o videos todo lo que, él siente, se asocia a esa convivencia con la violencia.
Como investigador visual, utiliza esas imágenes para documentar y analizar aspectos de la vida y de la interacción social, además de tomar notas sobre las tendencias en las redes sociales, lo que la población consume y el impacto que eso genera en las calles, el mercado y el discurso político.
© Foto : Ronald Pizzoferrato
En marzo, la editorial suiza Artphilein publicará "Plomo", uno de sus proyectos, en el que detalla y analiza los códigos sociales que han creado los residentes de Caracas para sobrevivir y comunicarse en medio de la violencia.
El libro agrupa imágenes e historias que ha registrado hasta este momento, y que lo han llevado a realizar exposiciones en Suiza y Venezuela.
Violencia y exclusión
El fotógrafo explica que la violencia ha creado mecanismos de inclusión y exclusión social, algo que nota tanto en escuelas como en los más altos cargos de la política.
Según el investigador, si una persona no se adapta a determinados códigos gestuales, de comunicación y hasta de vestimenta vinculados con la violencia, no es aceptado en un determinado grupo o genera desconfianza en sus interlocutores.
© Foto : Ronald Pizzoferrato
Por ejemplo, señala que hasta líderes políticos, para sobrevivir y ser aceptados en un panorama de tanta violencia, incluyen en sus discursos contenidos agresivos porque de otra forma son percibidos como débiles.
"Si estás en el centro de Caracas y ves que alguien de pronto saca un teléfono costoso y se para en el medio de la calle como si nada, quienes están a su alrededor no lo asocian con su entorno, y es de algún modo excluido", ejemplifica.
Con esa sencilla acción, la persona en cuestión de inmediato es identificada como un agente externo a la ciudad, partiendo de que no conoce los códigos de comportamiento que ha generado la violencia, en los que exhibir objetos valiosos en las calles es considerado algo irresponsable por exponerse a un delito, o extravagante, absurdo o con alguna otra connotación negativa.
Más allá de la noticia
La palabra con la que titula su más reciente trabajo, "Plomo", se usa en el argot venezolano para referirse a disparos de bala, pero también como expresión entusiasta cuando se está de acuerdo con otra persona en algo.
Pizzoferrato hace énfasis en que su principal intención es explicar cómo los caraqueños en su día a día se han adaptado a hechos violentos.
Además, critica que en América Latina fenómenos como la violencia, la migración o la delincuencia siempre son contados como breves noticias, y considera que poco se analiza y documenta cómo van transformando el entorno y la vida de las personas.
Imágenes de hechos de sangre en las calles de Caracas, de enfrentamientos entre organizaciones delictivas o de morgues colapsadas inundan los medios de comunicación nacionales e internacionales.
"Pienso que si nos reducen a números, a caos, a anarquía, a colapso, a todo eso que se vende, al final somos vistos como salvajes, como personas subdesarrolladas, por eso la violencia explícita no me interesa, sino lo que se produce en relación a ella", agrega.
27 de enero 2021, 15:30 GMT
Pizzoferrato pone su lente en todo lo que rodea al hecho delictivo en sí, en sus ramificaciones en la vida diaria del venezolano: viviendas con ventanas y puertas enrejadas, circuitos con cámaras de seguridad, cercos eléctricos, cada vez más cerraduras y candados, escoltas que resguardan a personas comunes, vehículos blindados, vidrios a prueba de balas, vigilantes, chalecos antibalas y muchas armas.
El trabajo del artista venezolano ha recibido el respaldo de la iniciativa Globetrotter World Photo, de la empresa Nikon, para impulsar proyectos fotográficos.
Por ahora, a la par ha comenzado a trabajar en un proyecto colaborativo que denomina "Malandro" (@malandrophotos), en el que aseguró busca contribuir a reducir la carga negativa de la palabra y lo que representa en Venezuela.
Como "malandro" se conoce en Caracas a quienes cometen hechos delictivos, pero el término también se emplea de forma prejuiciosa para referirse a quienes visten o se expresan de una forma determinada, habitualmente personas de menos recursos económicos.
