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¿Qué hay detrás de la llegada de un submarino nuclear al Atlántico Sur?

© AP Photo / Joel PageEl submarino estadounidense Greeneville
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Con el apoyo del Reino Unido, Estados Unidos movilizó hacia el Atlántico Sur a uno de sus submarinos nucleares, destacando "el alcance global de ambas naciones". Andrés Dachary, del Gobierno de Tierra del Fuego, dijo a Sputnik que la operación abona la hipótesis de que las potencias buscan "una proyección de poder" en la zona.
Una operación conjunta entre un avión británico y un submarino nuclear estadounidense en el Atlántico Sur volvieron a sembrar preocupación en Argentina. La operación conjunta entre estadounidenses y británicos fue informada en redes sociales por el Comando de Fuerzas Submarinas del Atlántico de Estados Unidos. En la comunicación oficial, la fuerza estadounidense destaca que la operación se cumplió "demostrando el alcance global de las fuerzas de ambas naciones".
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"Nuestras fuerzas de ultramar dependen de las alianzas y asociaciones para desalentar agresiones marítimas, defender nuestros intereses nacionales y dominar el dominio submarino", dijo el vicealmirante Daryl Caudle, comandante de las Fuerzas Submarinas.
El mismo jerarca aseguró que "esta operación coordinada demuestra la capacidad de aliados con ideas afines para operar a larga distancia en un área del mundo raramente visitada, al tiempo que destaca el fuerte vínculo entre EEUU y el Reino Unido".
El Comando de Submarinos consideró en su tuit a las Islas Malvinas —desde donde partió el avión británico— como un "Territorio Británico Independiente de Ultramar (BIOT por sus siglas en inglés)", una denominación que ignora la reivindicación de soberanía de Argentina sobre las islas ocupadas por británicos desde 1833 y contradice la postura de Naciones Unidas, que considera que se trata de un enclave colonial cuya soberanía debe ser resuelta.
El hecho motivó la inmediata reacción de Gustavo Melella, gobernador de la provincia argentina de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la más austral del país sudamericano y con jurisdicción sobre los territorios reclamados por Argentina.
"La introducción de un submarino nuclear en nuestro Atlántico Sur que, en caso de haber ingresado en espacios soberanos argentinos, sería un hecho sin precedentes en nuestra historia, implica un acto de extrema gravedad para todos los Estados de la región", declaró el jerarca a través de su cuenta de Twitter.
Melella también condenó que el comunicado oficial del Comando de Fuerzas Submarinas estadounidense mencione a las Malvinas como un "territorio independiente británico" cuando, esta denominación es "contraria a las resoluciones de Naciones Unidas y a la posición oficial del Gobierno de EEUU", que reconoce la existencia de una disputa por las islas entre los dos países.
Además de manifestar su "más extrema preocupación" por lo que calificó como un "accionar inaceptable", el jerarca también mencionó en su tuit a las cancillerías de Brasil y Uruguay, los otros vecinos con costas sobre el Océano Atlántico Sur.
La Cancillería argentina emitió un comunicado en que expresa "su grave preocupación por una información surgida de la cuenta oficial de Twitter del Commander Submarine Force Atlantic (Comsublant) por la cual se señala que recientemente habrían operado con apoyo británico en el Atlántico Sur".
Por su parte, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, enfatizó que “es un submarino a propulsión nuclear” y que no tiene armamento nuclear.
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¿Nuevas tácticas?
Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales del Gobierno de Tierra del Fuego dijo a Sputnik que al haber incluido aviones que partieron desde las Malvinas, es posible inferir que la operación se realizó "muy próxima" a las fronteras continentales de Argentina.
Dachary señaló que la operativa se condice con las tácticas del Reino Unido para mantener la zona militarizada.
"Históricamente cada vez que los británicos ponen un nuevo sistema de misiles tierra-aire incorporan aviones o traen nuevos buques. La excusa es que Argentina sigue siendo una amenaza militar para las islas, aunque no esté justificada porque la Argentina democrática nunca tuvo una posición ofensiva", sostuvo el jerarca.
Según el jerarca, este último movimiento permite interpretar que "la funcionalidad de estas bases no es defensiva sino que la lógica del Atlántico Sur tiene que ver con proyección de poder". Dachary respaldó su hipótesis con los dichos del vicealmirante Daryl Caudle sobre que se trató de una demostración del "alcance global" de las fuerzas británica y estadounidense.
"Esto revierte la hipótesis británica de que su enclave en Malvinas es defensivo y no una proyección de poder en el Atlántico Sur", sintetizó.
Dachary también expresó su sorpresa por la denominación de las Malvinas como BIOT. La sigla es una deformación de la sigla BOT (British Overseas Territories), utilizada por el Reino Unido para definir a sus territorios de ultramar y remarcó que la incorporación de la palabra "independiente" es "una denominación absolutamente ilegítima no reconocida por Naciones Unidas".
El ejercicio militar "es absolutamente contrario a la Zona de Cooperación del Atlántico sur que se crea en 1986 por resolución de las Naciones Unidas, que crea un paréntesis imaginario entre todos los países africanos y latinoamericanos desde Brasil a Argentina y de Senegal a Sudáfrica y libra de militarización de terceros países y exento de armas nucleares”.
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La operación se produce a pocas semanas de que la presencia en el Atlántico Sur de la Guardia Costera de EEUU desatara polémica, al pretender realizar acciones conjuntas con los países para combatir la pesca ilegal. Si bien la fuerza logró realizar operaciones conjuntas en Guyana y Brasil, las Armadas de Uruguay y Argentina rechazaron la colaboración, entendiendo que el patrullaje marítimo le corresponde a cada país.
El Reino Unido, en tanto, también viene realizando ejercicios militares en las Islas Malvinas. Entre diciembre de 2020 y enero de 2021, la Fuerza Aérea británica y las Fuerzas de Defensa de las Malvinas realizaron operaciones de entrenamiento que también motivaron una queja de la Cancillería argentina.
¿Un submarino nuclear en el Atlántico Sur?
Una de las mayores preocupaciones es que la operación estuviera protagonizada por lo que se conoce como un "submarino nuclear".
Este tipo de submarinos no tienen armamento nuclear, pero son considerados "nucleares" por su propulsión, que se realiza a base de reactores nucleares. Estados Unidos desarrolló este tipo de tecnología desde 1939 y en 1954 botó al Nautilus, el primer submarino de la historia impulsado por energía nuclear.
El uso de energía nuclear no solo permite a los submarinos desplazarse a gran velocidad durante largos períodos de tiempo, sino que también posibilita que permanezcan más tiempo sumergidos, al no estar obligados a recargar aire en la superficie. Como contrapartida, hace a estas naves más propensas a accidentes graves, al involucrar energía nuclear.
Este riesgo es otro de los factores que preocupan en Tierra del Fuego.
"Este submarino tiene propulsión nuclear y cualquier accidente que tenga destruiría nuestro ecosistema", advirtió Dachary.
El USS Greeneville es uno de estos submarinos nucleares. Perteneciente a la 'clase Los Ángeles' de las Fuerzas Submarinas, la nave comenzó a construirse en 1990 para comenzar su operación recién el 16 de febrero de 1996, cuando partió del puerto de Norfolk, en Virginia.
La propulsión del Greeneville está basada en un reactor nuclear S6G, un modelo desarrollado por la empresa General Electric especialmente para los submarinos de clase Los Ángeles. Se trata de un reactor de 165 megavatios que impulsa dos turbinas de 26 megavatios. Este tipo de propulsión permite al Greeneville alcanzar una velocidad de 20 nudos (unos 37 kilómetros por hora) tanto en la superficie como en inmersión.
Además de su velocidad, otro de los fuertes del Greeneville es su armamento. La nave posee 12 lanzadores de misiles BGM-109 Tomahawk, además de cuatro tubos de torpedos de 21 pulgadas y torpedos MK-48.
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