Dicen y Diremos - Sputnik Mundo, 1920
Dicen y Diremos
¿Qué dicen los medios dominantes de EEUU y Europa sobre las noticias de agenda? ¿Qué dicen los medios de Rusia sobre los mismos tópicos? Dos miradas que enfocan el mismo punto. Dicen y Diremos. Presentan: Dmitri Polikárpov y Javier Benítez.

La doble cara de la diplomacia europea

La doble cara de la diplomacia europea
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En esta edición de nuestro programa hablaremos de la doble cara de la diplomacia occidental.
La reciente visita a Moscú del jefe de la diplomacia europea Josep Borrell ha hecho ya mucho ruido y muchos ecos. Y seguramente tendrá consecuencias a corto, a medio y a largo plazo. El efecto más inmediato podría ser una nueva tanda de sanciones que llegarían tan pronto como a finales de este mes. El ministro ruso de Exteriores Serguéi Lavrov ha advertido de antemano que si realmente Bruselas se atreve a imponer esas nuevas sanciones con el pretexto del caso Navalni, Moscú estaría preparada para una ruptura completa de relaciones con la Unión Europea.
En una de las ediciones anteriores de nuestro programa hemos dicho que la visita de Borrell a Rusia no tenía sentido en el momento actual si Borrell iba a venir con la agenda marcada por el caso del opositor al Kremlin Alexéi Navalni. Pero en la víspera de la visita el jefe de la diplomacia europea dio indicios de que lo entendía. Borrell dijo que el objetivo principal de su viaje a Moscú era reanudar el diálogo.
Diálogos con el vacío - Sputnik Mundo, 1920, 10.02.2021
Dicen y Diremos
Diálogos con el vacío
Pero ocurrió justo lo contrario. No hubo diálogo en Moscú, sino un intento de dar lecciones por parte del alto representante de Bruselas. Un intento fracasado, hay que decirlo. Pero lo más curioso aun es que las declaraciones que hizo Borrell durante su estancia en la capital rusa no cuadran con las que hizo a su regreso, según el ministerio de Exteriores ruso. La Cancillería rusa expresó su sorpresa ante las declaraciones del alto representante europeo quien nada más llegar a Bruselas acusó a Moscú de "alejarse" de los países del bloque.
"Moscú se sorprende por el cambio de tono de Borrell al regresar a la UE", titula a una de sus crónicas la edición en español de RT.
¿Qué es precisamente lo que dijo Borrell a su regreso? ¿Qué lecciones sacó de su viaje a Rusia programado desde hace tiempo? ¿Y qué futuro para relaciones bilaterales dibujó a los que le esperaban en Bruselas?
En un artículo publicado poco después de volver de Moscú, el alto representante señaló que "Rusia no quiere aprovechar la oportunidad de tener un diálogo más constructivo con la UE". Por un lado, me pregunto de qué oportunidad está hablando el señor Borrell. A lo mejor considera que su visita era esa oportunidad. Por otro lado, como dice un artículo de opinión publicado esta semana en la página web www.elconfidencial.com "quizás no habría hecho falta una visita a Moscú para descubrir que no es posible esa reactivación de los lazos, y de hecho eso es lo que piensan algunos de los Estados miembros que no estaban a favor del viaje y que sienten que su posición se ha visto reforzada".
La edición en español de RT hace un resumen de lo que dijo Borrell en su informe.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, junto al canciller de Rusia, Serguéi Lavrov - Sputnik Mundo, 1920, 07.02.2021
Internacional
Borrell constata al término de su visita a Moscú que Rusia se está distanciando de la UE
Si comparamos este informe de Borrell con sus declaraciones en la rueda de prensa conjunta con Lavrov en Moscú verdaderamente se trata de un cambio de tono. Más aun, desde este enfoque las palabras del alto representante europeo sobre la necesidad de un diálogo con Rusia parecen pura hipocresía.
¿Cuál es la razón de este cambio de tono y de rumbo?
Antes de nada se explica con las duras críticas que recibió a su regreso. "Eurodiputados exigen la dimisión de Borrell por la "humillante" visita a Rusia", titula a una de sus crónicas la edición en español de Euronews.
Como vemos, la visita de Borrell no solo puso de manifiesto una vez más las diferencias entre Bruselas y Moscú, sino también las diferencias dentro de la propia Unión Europea. Y su resultado más inmediato podría ser una nueva ofensiva de los países miembros que son partidarios de una política mucho más dura en relaciones con Moscú. Una clara señal de que realmente es así, es la expulsión de Alemania, Suecia y Polonia de tres diplomáticos rusos que Bruselas presenta como una medida recíproca.
"Alemania, Suecia y Polonia responden a Rusia con la misma moneda", titula a una de sus crónicas la edición en español de Euronews.
Banderas de Rusia y la UE - Sputnik Mundo, 1920, 11.02.2021
Internacional
Embajador ruso ante la UE defiende la expulsión de tres diplomáticos comunitarios de Rusia
Para mí, es un ejemplo perfecto de doble rasero y de la doble cara de la diplomacia europea. Porque la verdad es que Europa no responde a Rusia con la misma moneda con la expulsión de los diplomáticos. Rusia declaró personas no gratas a tres diplomáticos europeos de Alemania, Polonia y Suecia debido a su participación en las marchas ilegales del 23 de enero en apoyo al opositor Alexéi Navalni. No existe ninguna razón parecida para expulsar a los diplomáticos rusos.
Pero al parecer este dato no importa a nadie en la UE. Lo que importa ahora a algunos de sus miembros es aprovechar a tope la ocasión ofrecida por la visita de Borrell a Moscú para endurecer la política respecto a Rusia y el discurso antirruso. Esto demuestra una vez más hasta qué punto está dividida la propia UE.
Una señal inconfundible que demuestra hasta qué punto está dividida Europa es el ataque del eurodiputado y ex presidente del gobierno Catalán, Carles Puigdemont, contra Borrell.
Puigdemont dijo que Borrell no puede dar lecciones a otros cuando España, a su juicio, "viola derechos" y ha destacado la "humillación" que ha sufrido en Rusia cuando el ministro Lavrov le recordó el "procés" y los independentistas catalanes condenados a prisión por el "procés".
La agencia EFE recoge sus declaraciones.
Serguéi Lavrov, canciller de Rusia - Sputnik Mundo, 1920, 12.02.2021
Internacional
Moscú, dispuesto a romper relaciones con la UE si Bruselas pone en riesgo la economía rusa
Sería curioso saber qué le contestó Borrell a Lavrov a este argumento. Si es que realmente contestó algo. Hay que destacar que hasta el momento Rusia nunca ha utilizado este discurso en relaciones con España, ni tampoco con la Unión Europea y que ha sido precisamente el señor Borrell que ha provocado con sus lecciones la incómoda respuesta de Lavrov. En eso tiene razón Puigdemont.
Es evidente que Europa y la Unión Europea se encuentra ahora en un histórico cruce de caminos en sus relaciones con Rusia. La visita de Borrell debe haber generado muchas emociones en las capitales: enfado, impotencia o incluso desesperación. Un artículo de opinión publicado en la página web www.elconfidencial.com sostiene, sin embargo, que para nada el resultado ha sido una sorpresa para Bruselas. Más aun, el artículo dice que por lo menos se puede sacar "tres lecciones de la encerrona a Borrell en Moscú para las relaciones con Rusia".
La más importante es la primera lección, claro: "certificar que no es posible un “reseteo” de las relaciones con Rusia en estos momentos". La segunda lección es consecuencia de la primera. "Rusia no está dispuesta a reiniciar las relaciones porque para Europa eso pasa por un cambio en la estrategia exterior de Moscú, y lo que ha quedado claro es que el Kremlin no está dispuesto a cambiar su actitud ni su política exterior". Eso lleva a la tercera lección: "Europa necesita hablar consigo misma de forma franca sobre Rusia y su relación con ella en todas las dimensiones, no solamente en la geopolítica."
"Rusia no cambiará de actitud", titula el artículo.
Serguéi Lavrov, canciller de Rusia - Sputnik Mundo, 1920, 12.02.2021
Internacional
Lavrov asegura que el problema de Occidente con Rusia no radica en la figura de Navalni
La conclusión clave por la que hay que aplaudir al autor de este artículo Nacho Alarcón que escribe desde Bruselas es que Rusia ni se aleja ni se acerca, sino sigue con su línea habitual en relaciones con Bruselas. Eso quiere decir que la parte que realmente tiene problemas en las relaciones son los Veintisiete, no Rusia. Que las sanciones no funcionan, o por lo menos no consiguen lo que pretenden y que la UE de verdad no sabe qué hacer con Moscú.
Lo que propone el autor para solucionar esta situación es un nuevo debate en Bruselas, un debate más serio y menos politizado, para ver cuál podría ser el precio de hacer que Rusia cambie de actitud y ver si los europeos estarían dispuestos a pagarlo.
Estoy totalmente de acuerdo en que "la gran pregunta será si ese debate dará paso después a una acción y hasta qué punto esta tendrá efecto". Parece que la principal emoción que actualmente sienten en las capitales es confusión y que los europeos todavía no saben a qué están jugando.
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