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¿La catástrofe de Fukushima habría podido acabar con el Estado japonés?
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Lo que sucedió en Fukushima hace 10 años fue una de las peores catástrofes nucleares en la historia, afirma Kevin Kamps, exempleado del Servicio de Recursos e
2021-03-11T17:54+0000
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Lo que sucedió en Fukushima hace 10 años fue una de las peores catástrofes nucleares en la historia, afirma Kevin Kamps, exempleado del Servicio de Recursos e Información Nuclear en EEUU y miembro de la organización sin fines de lucro Beyond Nuclear.En el transcurso de los siguientes días después del tsunami de unos 38 metros de altura, tres reactores se derritieron. El personal de la central nuclear no pudo enfriarlos porque el terremoto había destruido la red eléctrica, que era la principal fuente de energía para hacer funcionar los sistemas de seguridad y de enfriamiento. Además, la ola del tsunami destruyó los generadores diésel de respaldo de emergencia, así como las bombas de agua de enfriamiento junto al mar. Afortunadamente, otros tres reactores de Fukushima-1 estaban fuera del servicio aquel día. Mientras tanto, a unos 11 kilómetros al sur de Fukushima-1 se encontraba otra central nuclear, Fukushima-2, con cuatro reactores en funcionamiento. Por milagro, una línea eléctrica externa de la central sobrevivió al desastre y mantuvo en funcionamiento los sistemas de seguridad y refrigeración de sus reactores, por lo que no se derritieron. Si no, la catástrofe nuclear de Fukushima habría podido ser el doble de lo que sucedió, señala Kamps. ¿Por qué ocurrió?Para determinar qué provocó una catástrofe de tal escala, el Parlamento japonés llevó a cabo una investigación que duró un año. Se concluyó que fue la colusión entre la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio, la industria de la energía nuclear, los reguladores de seguridad nuclear japoneses y los funcionarios gubernamentales los que dejó a la planta de energía nuclear de Fukushima-1 tan vulnerable al golpe de la naturaleza. Es que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio y el Gobierno nacional japonés, específicamente su agencia reguladora de seguridad nuclear, recibieron muchas advertencias de que un terremoto a gran escala o un gran tsunami podrían golpear esa planta y otras en todo Japón, explica el experto. Sin embargo, se hizo muy poco al respecto. Solo esperaban que nunca sucediera. Según Kamps, por ejemplo, el malecón que habían construido en la zona lamentablemente era inadecuado, ya que una ola de tsunami pudo superarlo fácilmente. Todos los errores que llevaron a las catastróficas consecuencias tuvieron que ver con esta colusión, afirma el especialista. Los cabilderos y ejecutivos de la industria, reguladores de seguridad en todos los niveles y funcionarios gubernamentales implementaban recortes en sectores de seguridad y protección para ahorrar dinero. Es decir, hacían todo para aumentar las ganancias, lo que permitía pagar salarios astronómicos a los ejecutivos y sobornar a los municipios locales, revela Kamps.¿Accidente o negligencia previsible?Fukushima no es la única tragedia nuclear que estremeció el mundo y ya hubo varios desastres importantes por la fusión de reactores nucleares, recuerda el experto. Entre las más grandes están Three Mile Island, en Pensilvania (EEUU), en 1979 y Chernóbil, en la URSS, en 1986. Kamps opina que este tipo de catástrofes son bastante predecibles. El especialista incluso tiene colegas que se niegan a llamarlas "accidentes", clasificando estas tragedias como una apuesta calculada que se toma todos los días en más de 400 reactores atómicos en todo el mundo. "Estos son juegos de azar. Ésta es una tecnología de alto riesgo", agrega.El experto también señala que algunas personas creen que la energía nuclear es esencial para resolver la crisis climática, pero no es cierto. Kamps explica que a medida que el clima húmedo extremo empeora, la energía nuclear será cada vez más insegura para operar y podríamos ver una catástrofe nuclear inducida por el cambio climático. Un ejemplo de ello es el reactor de la central nuclear Fort Calhoun, en el estado de Nebraska, EEUU. Unos meses después de la catástrofe de Fukushima-1, hubo una inundación histórica en el río Misuri y la planta de energía nuclear se inundó.Los operadores tuvieron que tomar medidas extraordinarias para mantener las aguas de la inundación fuera del edificio del reactor y de las áreas de almacenamiento de los desechos radiactivos. El reactor no se derritió, pero nunca se recuperó de ese desastre que casi provocó una catástrofe nuclear en EEUU.¿Es posible eliminar los residuos nucleares?Mientras tanto, la catástrofe en la central nuclear de Fukushima-1 en 2011 afectó no solo a Japón, sino al resto de la cuenca del Pacífico, incluida la costa oeste de América del Norte. La contaminación causada por el desastre dejó implicaciones para la salud de los habitantes de las zonas afectadas. Las consecuencias genéticas, a su vez, se desarrollarán durante mucho tiempo porque los isótopos radiactivos peligrosos, que son el cesio y el estroncio, por ejemplo, tienen una persistencia de al menos 300 años, el tritio de 123 años y el plutonio de 240.000 años, señala Kamps. Los desechos radiactivos de alto nivel se almacenan bajo el agua en piscinas de acero y hormigón construidas dentro de las instalaciones de la central nuclear, explica Kamps. Durante la catástrofe en Fukushima-1 una piscina de este tipo en la unidad cuatro casi se incendió y fue un verdadero milagro que esto no sucediera. El incendio de la piscina con residuos, a su vez, hubiese tenido consecuencias mucho más desastrosas que el derretimiento de los reactores, señala el especialista.Así, si la avería en la central nuclear de Fukushima-1 provocó la evacuación de 160.000 personas, en caso del incendio de las piscinas con residuos el entonces primer ministro japonés, Naoto Kan, tenía preparado un plan secreto de evacuación de entre 35 y 50 millones de personas del noreste de Japón y del área metropolitana de Tokio. Kan reveló el plan secreto un año después de la catástrofe, admitiendo que habría sido el fin del Estado japonés.El experto agrega que la mayoría de los desechos radiactivos de EEUU también se almacenan en piscinas especiales. Por lo tanto, la industria nuclear se encuentra en el mismo lugar donde comenzó en 1942, cuando Enrico Fermi dividió el átomo por primera vez, creando los primeros desechos radiactivos de alto nivel durante el programa estadounidense para el desarrollo de las armas nucleares, el Proyecto Manhattan. "No sabemos ni qué hacer con la primera taza llena de desechos radiactivos de alto nivel en este país", admite Kamps.
https://sputniknews.lat/20210311/por-que-japon-no-logro-prevenir-la-catastrofe-de-fukushima-1109771054.html
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¿La catástrofe de Fukushima habría podido acabar con el Estado japonés?
17:54 GMT 11.03.2021 (actualizado: 02:14 GMT 30.10.2021) El 11 de marzo de 2011 un terremoto de magnitud 9,1 provocó un gran tsunami que golpeó la central nuclear japonesa Fukushima-1, causando una fuga de sustancias radiactivas. El efecto de la catástrofe seguirá sintiéndose durante las generaciones venideras, aunque podría haber sido mucho peor, opina un especialista en desechos radiactivos.
Lo que
sucedió en Fukushima hace 10 años fue una de las peores catástrofes nucleares en la historia, afirma
Kevin Kamps, exempleado del Servicio de Recursos e Información Nuclear en EEUU y miembro de la organización sin fines de lucro Beyond Nuclear.
En el transcurso de los siguientes días después del tsunami de unos 38 metros de altura, tres reactores se derritieron. El personal de la central nuclear no pudo enfriarlos porque el terremoto había destruido la red eléctrica, que era la principal fuente de energía para hacer funcionar los sistemas de seguridad y de enfriamiento. Además, la ola del tsunami destruyó los generadores diésel de respaldo de emergencia, así como las bombas de agua de enfriamiento junto al mar. Afortunadamente, otros tres reactores de Fukushima-1 estaban fuera del servicio aquel día.
Mientras tanto, a unos 11 kilómetros al sur de Fukushima-1 se encontraba otra central nuclear, Fukushima-2, con cuatro reactores en funcionamiento. Por milagro, una línea eléctrica externa de la central sobrevivió al desastre y mantuvo en funcionamiento los sistemas de seguridad y refrigeración de sus reactores, por lo que no se derritieron. Si no, la catástrofe nuclear de Fukushima habría podido ser el doble de lo que sucedió, señala Kamps.
Para determinar qué provocó una catástrofe de tal escala, el Parlamento japonés llevó a cabo una investigación que duró un año. Se concluyó que fue la colusión entre la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio, la industria de la energía nuclear, los reguladores de seguridad nuclear japoneses y los funcionarios gubernamentales los que dejó a la planta de energía nuclear de Fukushima-1 tan vulnerable al golpe de la naturaleza.
Es que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio y el Gobierno nacional japonés, específicamente su agencia reguladora de seguridad nuclear, recibieron muchas advertencias de que un terremoto a gran escala o un gran tsunami podrían golpear esa planta y otras en todo Japón, explica el experto. Sin embargo, se hizo muy poco al respecto. Solo esperaban que nunca sucediera.
Según Kamps, por ejemplo, el malecón que habían construido en la zona lamentablemente era inadecuado, ya que una ola de tsunami pudo superarlo fácilmente. Todos los errores que llevaron a las catastróficas consecuencias tuvieron que ver con esta colusión, afirma el especialista.
Los cabilderos y ejecutivos de la industria, reguladores de seguridad en todos los niveles y funcionarios gubernamentales implementaban recortes en sectores de seguridad y protección para ahorrar dinero. Es decir, hacían todo para aumentar las ganancias, lo que permitía pagar salarios astronómicos a los ejecutivos y sobornar a los municipios locales, revela Kamps.
¿Accidente o negligencia previsible?
Fukushima no es la única tragedia nuclear que estremeció el mundo y ya hubo varios desastres importantes por la fusión de reactores nucleares, recuerda el experto. Entre las más grandes están Three Mile Island, en Pensilvania (EEUU), en 1979 y Chernóbil, en la URSS, en 1986.
Kamps opina que este tipo de catástrofes son bastante predecibles. El especialista incluso tiene colegas que se niegan a llamarlas "accidentes", clasificando estas tragedias como una apuesta calculada que se toma todos los días en más de 400 reactores atómicos en todo el mundo. "Estos son juegos de azar. Ésta es una tecnología de alto riesgo", agrega.
11 de marzo 2021, 09:00 GMT
El experto también señala que algunas personas creen que la energía nuclear es esencial para resolver la crisis climática, pero no es cierto. Kamps explica que a medida que el clima húmedo extremo empeora, la energía nuclear será cada vez más insegura para operar y podríamos ver una catástrofe nuclear inducida por el cambio climático.
Un ejemplo de ello es el reactor de la central nuclear Fort Calhoun, en el estado de Nebraska, EEUU. Unos meses después de la catástrofe de Fukushima-1, hubo una inundación histórica en el río Misuri y la planta de energía nuclear se inundó.
Los operadores tuvieron que tomar medidas extraordinarias para mantener las aguas de la inundación fuera del edificio del reactor y de las áreas de almacenamiento de los desechos radiactivos. El reactor no se derritió, pero nunca se recuperó de ese desastre que casi provocó una catástrofe nuclear en EEUU.
¿Es posible eliminar los residuos nucleares?
Mientras tanto, la catástrofe en la central nuclear de Fukushima-1 en 2011 afectó no solo a Japón, sino al resto de la cuenca del Pacífico, incluida la costa oeste de América del Norte. La contaminación causada por el desastre dejó implicaciones para la salud de los habitantes de las zonas afectadas. Las consecuencias genéticas, a su vez, se desarrollarán durante mucho tiempo porque los isótopos radiactivos peligrosos, que son el cesio y el estroncio, por ejemplo, tienen una persistencia de al menos 300 años, el tritio de 123 años y el plutonio de 240.000 años, señala Kamps.
"En cierto sentido, los desastres de energía nuclear tienen un comienzo, pero en realidad no tienen un final cuando se habla de siglos o milenios o cientos de miles de años de peligros desatados en el medio ambiente", advierte el experto, agregando que todavía nadie sabe qué hacer con los residuos nucleares para que no causen daño.
Los desechos radiactivos de alto nivel se almacenan bajo el agua en piscinas de acero y hormigón construidas dentro de las instalaciones de la central nuclear, explica Kamps. Durante la catástrofe en Fukushima-1 una piscina de este tipo en la unidad cuatro casi se incendió y fue un verdadero milagro que esto no sucediera. El incendio de la piscina con residuos, a su vez, hubiese tenido consecuencias mucho más desastrosas que el derretimiento de los reactores, señala el especialista.
11 de marzo 2021, 04:42 GMT
Así, si la avería en la central nuclear de Fukushima-1 provocó la evacuación de 160.000 personas, en caso del incendio de las piscinas con residuos el entonces primer ministro japonés, Naoto Kan, tenía preparado un plan secreto de evacuación de entre 35 y 50 millones de personas del noreste de Japón y del área metropolitana de Tokio. Kan reveló el plan secreto un año después de la catástrofe, admitiendo que habría sido el fin del Estado japonés.
El experto agrega que la mayoría de los desechos radiactivos de EEUU también se almacenan en piscinas especiales. Por lo tanto, la industria nuclear se encuentra en el mismo lugar donde comenzó en 1942, cuando Enrico Fermi dividió el átomo por primera vez, creando los primeros desechos radiactivos de alto nivel durante el programa estadounidense para el desarrollo de las armas nucleares, el Proyecto Manhattan. "No sabemos ni qué hacer con la primera taza llena de desechos radiactivos de alto nivel en este país", admite Kamps.