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"Hemos aprendido que somos imprescindibles solo entre nosotros, al planeta le das igual" | Vídeo

© Foto : Cortesía de Ángel MartínEl cómico Ángel Martín, en una foto doméstica
El cómico Ángel Martín, en una foto doméstica - Sputnik Mundo, 1920, 19.03.2021
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Ángel Martín se hizo conocido por el programa 'Sé lo que hicisteis', emitido en La Sexta desde 2006 hasta 2011. Ahora triunfa en internet con un noticiero sarcástico e interpreta un monólogo en teatro sobre los días que pasó solo durante el confinamiento. Sputnik habla con él en Madrid antes de subirse al escenario.
El cómico Ángel Martín (Barcelona, 1977) iba para actor de teatro clásico y se le cruzó el humor. Probó suerte en la comedia y pasó de escribir guiones a ser uno de los protagonistas de la escena de monólogos nacional a principios de siglo. En 2006 dio el salto como presentador. Se puso al mando junto a Patricia Conde del programa Sé lo que hicisteis, un magacín de sobremesa que pulverizó audiencias.
Cinco años después lo dejó, montó una productora propia y permaneció temporalmente fuera de los focos. Ahora es tendencia casi a diario con su denominado "telediario matinal" de un par de minutos. En él, resume la actualidad para "quienes no tienen tiempo". Lo hace con ingenio e ironía, sacando punta a lo absurdo de las noticias que nos rodean. También presenta el espectáculo 103 noches, donde reflexiona sobre el confinamiento por la pandemia de COVID-19 y la conclusión a la que llegó.
— Estudiaste para actor clásico, luego guionista... ¿Cómo llegaste a la comedia?
— De rebote. Estudiaba en Barcelona interpretación. Paramount Comedy empezó a buscar cómicos en Barcelona, porque empezó a tener salas para que la gente hiciera monólogos. Y los buscaba en escuelas de interpretación. Por si había alguno que quisiera hacer comedia. Una profesora me animó a hacer un monólogo y funcionó, les pareció bien. Fue más una excusa por ver si salía en la tele.
— Y de ahí hasta el programa 'Sé lo que hicisteis', que fue lo más mediático. ¿Cómo viviste ese recorrido?
— Fue muy bonito ese viaje. Nosotros, entre los monólogos de Paramount y Sé lo que hicisteis hubo muchas cosas. Estuve de guionista en 7 vidas porque a raíz de un monólogo mío contactaron conmigo porque les gustaba cómo escribía. Después me fui a hacer monólogos porque, como estaba funcionando bien, ya empezabas a hacer gira de teatros con ellos.
El circuito era muy grande. Podías estar actuando con Paramount o por tu cuenta. Dejé de ser guionista para la comedia. De ahí, me llamaron para una colaboración en El Club de la Comedia. Estuve centrado en ese mundo y justo me llamaron para La noche con Fuentes. Fue justo lo anterior. En cuanto terminó, arrancaba un programa y arrancaba La Sexta. Entre eso hubo monólogos. Muchos, como un animal.
— ¿Qué supuso ese programa para la época, teniendo en cuenta que era un pelotazo y no había redes sociales? ¿Cómo fue posible?
— Conectó con la gente. El lenguaje conectó enseguida con la gente. Fue uno de los primeros programas que permitían a un cómico escribir su material. El lenguaje salía un poco de lo tradicional. Estábamos acostumbrados a programas que luego revisaban jefes de guion, directores… y se convertía en algo más blanco. Y de repente Sé lo que hicisteis éramos unos tíos que se metían en tu casa y hablaban como tus colegas en el bar.
Se juntaron muchos ingredientes para que eso conectara con la gente. Y claramente había un enemigo común. En aquel entonces, en España era: o te gustaba mucho la prensa del corazón o la odiabas. Claro, todo el mundo que odiaba la prensa del corazón ve que aparece un programa que va a destruir eso y empatiza de una manera brutal. Creo que esa fue un poco la magia. Y luego teníamos mucho apoyo de la cadena. Las audiencias eran ridículas. Espectadores nos veían cuatro. Y el boca a boca funcionó. Fue el lenguaje y que había un enemigo común.
— Estaba 'Aquí hay tomate' y poco más.
— No había lucha en este caso. Lo que había que hacer era ruido. Porque la gente no sabía que existía el canal y en muchos sitios no llegaba ni siquiera. Cuando empezamos a hacer ruido nadie te decía que no lo hicieras. El problema viene cuando ya has conseguido todo el ruido y entonces ese ruido empieza a generarte problemas. Entonces te dicen 'no hagas ruido'. Y ahí es donde empieza la parte aburrida.
— ¿Lo dejaste por hartazgo o por cómo cambió el corazón?
— Bueno, es distinto. Ahora ha cambiado mucho. Se destripan entre ellos. Antes criticaban a gente que no quería pertenecer a ese mundo. Y ahora se critican entre gente que quiere pertenecer. No puedes decir nada. Yo me cansé del formato y la línea editorial no me interesaba. Se juntaron dos cosas de que eso no se parece a lo que yo quería y básicamente me aburrí. La línea no me interesaba.
— Siendo un tema tan frívolo. Tuvisteis más problemas que con la política.
— No. Yo creo que política es lo peor que puedes hacer. Al final, en política no sé lo que puedes hacer. La política divide tanto al ser humano… Parece que está hecha para eso. Si criticas esto significa inmediatamente que empatizas con lo otro. Y no es verdad. Puede que esto te parezca una mierda y esto también. O que lo que te parece una mierda tenga destellos de cosas que te parecen que está bien. Pero generalmente la gente piensa que si criticas A es que vas con B. Y si no te gusta B es que vas con A. La política ni siquiera permite esa comedia. EL corazón es que es muy claro: me parece una mierda que te metas en la vida de los demás. No hay matices. En política ni siquiera es divertido.
— ¿Ha empeorado con las redes sociales?
— Bueno, yo estoy teniendo una nueva relación con las redes sociales. Me pillas en un momento en que no estoy muy de acuerdo con el discurso de que las redes sociales son gente quejándose. No estoy muy de acuerdo: las redes sociales son el mundo que tu construyas.
— Precisamente ahora tienes un exitazo con los telediarios matinales. ¿Por qué los haces? ¿Por resumir o por lo que realmente lo que se cuenta no vale para nada?
— La idea era resumir las cuatro noticias que son distintas de un día para otro. Es sorprendente, pero cuando te paras a echar un vistazo a los periódicos, te das cuenta de que el mundo no cambia. El informativo nació con la idea de 'estas son las 4 noticias'. Que igual te vienen bien a ti. Luego hay otras que ni siquiera te vienen bien. Últimamente lo que me pasa cuando leo noticias es que la sensación es de buscar el clic y buscar las palabras que generen más confusión. Terminas de leer muy desconcertado.
— ¿Esperabas esa legión fiel cada mañana?
— Ni de puta broma. Es muy bonito y muy divertido. Porque además la comunidad que se genera es muy divertida. Hay muy buen rollo. Es gente que ya nos conocemos. Somos muchos, muchísimos, pero tienes la sensación de conocerlos. No hay mal rollo.
— El monólogo se llama 103 noches por la reflexión de este tiempo. ¿Qué has sacado en claro?
— Yo lo único que he descubierto, que es un poco la reflexión del monólogo, es que somos imprescindibles para nosotros mismos. Cuanto antes nos demos cuenta de que nos necesitamos los unos a los otros, más rápido será todo. Perdemos mucho más tiempo buscando las diferencias en lugar de los puntos en común, que sería mucho más sencillo.
Pero somos imprescindibles. Vamos a necesitarnos. El ser humano se va a necesitar. Cuanto antes aprendamos a convivir entre nosotros, puede coger niveles muy guais. El planeta no te necesita. Si te mueres ahora mismo, el plantea tira millas. Como mucho le joderá a los humanos con los que te lleves bien. Pero a los demás, a lo que es el planeta, se la pelas.
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