Vídeo: el espectáculo primaveral de los cerezos del Valle del Jerte a vista de dron
Vídeo: el espectáculo primaveral de los cerezos del Valle del Jerte a vista de dron
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El Valle del Jerte es sinónimo de primavera. Sus cerezos ya visten un blanco follaje, uno de los primeros síntomas del cambio de estación en España. Una... 26.03.2021, Sputnik Mundo
La naturaleza sabe cuando llega la primavera. Siente la subida de las temperaturas y estiramiento de las horas de luz. La vegetación se despereza tras los meses de frío invierno. Las ramas de los árboles dejan su calvicie estacional y los prados amplían su gama cromática. La floración de múltiples plantas arranca a finales de marzo. Ella es origen del manto de tonalidades cubre los campos del hemisferio norte. El Valle del Jerte es uno de esos lugares donde el cambio de estación salta a la vista. Las terrazas de la Sierra de Tormantos y los montes Traslasierra abandonan su verde habitual para teñirse de un blanco limpio. Más de un millón de cerezos convierten esta hendidura del Sistema Central en un auténtico espectáculo floral. Un carnaval vegetal declarado Bien de Interés Cultural en 1973. Situado al norte de la provincia de Cáceres, el Valle del Jerte luce su níveo traje cada 21 de marzo. A veces, la apertura de los capullos se adelanta o se retrasa, siempre pendientes de los termómetros. Pero, lo habitual es que el color blanco bañe el paisaje durante las primeras semanas de primavera. Una tonalidad que se prolonga durante 12 o 14 días.Tras la flor, aparece el fruto. Los árboles, cultivados artesanalmente en los bancales labrados del valle, son portadores de algunas de las mejores cerezas de España. Cinco de las 100 variedades producidas en el enclave cacereño cuentan con el título de Denominación de Origen Protegida. Cuatro de estas pertenecen a la Picota del Jerte, un género originario del lugar. Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés son sus nombres. Navalinda es el quinto tipo certificado, el único que mantiene el pedúnculo tras su recolecta.Un producto sobre el que cada vez se posan más miradas. Su demanda se ha incrementado en los últimos años tanto en el mercado nacional como internacional. Alemania y Reino Unido son los países más interesados en la cosecha del valle extremeño. Es más, el 60% de la producción de Picotas del Jerte viaja al extranjero.Sin embargo, el Valle del Jerte no vive solo de la cereza. La floración es también fuente de ingresos para los habitantes de la comarca. Miles de turistas se acercan para ver los cerezos en flor. Con la pandemia, esta afluencia ha quedado tocada. En 2020, el confinamiento impidió la llegada de visitantes. En 2021, el cierre perimetral de las comunidades autónomas, excepto Canarias, ha supuesto un duro golpe. "Repetir una segunda primavera sin apenas ingresos con restricciones además tomadas muy precipitadamente con unos criterios que no creo que sean objetivos, nos supone que muchos negocios se nos van a quedar por el camino, muchas empresas familiares y muchos autónomos se van a quedar en el camino", ha comentado Leticia Romero, presidenta de la Asociación TuJerte, a Europa Press.Los empresarios del Valle del Jerte hablan de temporada perdida. Reservas hoteleras canceladas y visitas de apenas un día por parte de turistas de la región marcan un mal año para el sector servicios en la comarca. Una primavera más. Una floración más que se aleja con el baile de los pétalos al viento.
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Los cerezos del Valle del Jerte a vista de dron
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Un vídeo recorre a vista de dron la floración de los cerezos en el Valle del Jerte, en la Comunidad Autónoma de Extremadura.
El Valle del Jerte es sinónimo de primavera. Sus cerezos ya visten un blanco follaje, uno de los primeros síntomas del cambio de estación en España. Una exhibición floral que cada año atrae a miles de turistas al norte de Cáceres. La pandemia vuelve a impedir la llegada de visitantes a la zona.
La naturaleza sabe cuando llega la primavera. Siente la subida de las temperaturas y estiramiento de las horas de luz. La vegetación se despereza tras los meses de frío invierno. Las ramas de los árboles dejan su calvicie estacional y los prados amplían su gama cromática. La floración de múltiples plantas arranca a finales de marzo. Ella es origen del manto de tonalidades cubre los campos del hemisferio norte.
El Valle del Jerte es uno de esos lugares donde el cambio de estación salta a la vista. Las terrazas de la Sierra de Tormantos y los montes Traslasierra abandonan su verde habitual para teñirse de un blanco limpio. Más de un millón de cerezos convierten esta hendidura del Sistema Central en un auténtico espectáculo floral. Un carnaval vegetal declarado Bien de Interés Cultural en 1973.
Situado al norte de la provincia de Cáceres, el Valle del Jerte luce su níveo traje cada 21 de marzo. A veces, la apertura de los capullos se adelanta o se retrasa, siempre pendientes de los termómetros. Pero, lo habitual es que el color blanco bañe el paisaje durante las primeras semanas de primavera. Una tonalidad que se prolonga durante 12 o 14 días.
Tras la flor, aparece el fruto. Los árboles, cultivados artesanalmente en los bancales labrados del valle, son portadores de algunas de las mejores cerezas de España. Cinco de las 100 variedades producidas en el enclave cacereño cuentan con el título de Denominación de Origen Protegida. Cuatro de estas pertenecen a la Picota del Jerte, un género originario del lugar. Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés son sus nombres. Navalinda es el quinto tipo certificado, el único que mantiene el pedúnculo tras su recolecta.
Un producto sobre el que cada vez se posan más miradas. Su demanda se ha incrementado en los últimos años tanto en el mercado nacional como internacional. Alemania y Reino Unido son los países más interesados en la cosecha del valle extremeño. Es más, el 60% de la producción de Picotas del Jerte viaja al extranjero.
Sin embargo, el Valle del Jerte no vive solo de la cereza. La floración es también fuente de ingresos para los habitantes de la comarca. Miles de turistas se acercan para ver los cerezos en flor. Con la pandemia, esta afluencia ha quedado tocada. En 2020, el confinamiento impidió la llegada de visitantes. En 2021, el cierre perimetral de las comunidades autónomas, excepto Canarias, ha supuesto un duro golpe. "Repetir una segunda primavera sin apenas ingresos con restricciones además tomadas muy precipitadamente con unos criterios que no creo que sean objetivos, nos supone que muchos negocios se nos van a quedar por el camino, muchas empresas familiares y muchos autónomos se van a quedar en el camino", ha comentado Leticia Romero, presidenta de la Asociación TuJerte, a Europa Press.
Los empresarios del Valle del Jerte hablan de temporada perdida. Reservas hoteleras canceladas y visitas de apenas un día por parte de turistas de la región marcan un mal año para el sector servicios en la comarca. Una primavera más. Una floración más que se aleja con el baile de los pétalos al viento.
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