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Octavo mandamiento
Cuando los principios son irreductibles. Cuando la verdad se abre paso ante una de las más graves pandemias de la actualidad: la de las noticias falsas. Ahí está 'Octavo mandamiento', para revelar lo que otros intentan ocultar.

La nueva falsedad de EEUU: ¿se dará otro tiro en el pie?

La nueva falsedad de EEUU: ¿se dará otro tiro en el pie?
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"Es el momento de que las tropas estadounidenses vuelvan a casa". Lo soltó el presidente de EEUU, Joe Biden, al anunciar la retirada de las tropas de EEUU con base en Afganistán, con fecha límite para el 11 de septiembre próximo. Una promesa que acabó siendo una 'fake news': lo que busca Washington agitar otras geografías.

Yankees 'don't go home'

Y es que según datos de la inteligencia rusa, se trata es de una nueva maniobra militar de EEUU que no tiene nada que ver con volver a casa. Serguéi Narishkin, jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, manifestó: "Está claro que a la hora de tomar la decisión de retirar las tropas de Afganistán, el Gobierno de EEUU no quería perder el control de ese territorio y tiene concebido el plan de desplegar en países vecinos al menos una parte de los recursos que tiene hoy en día en el territorio de Afganistán".
Se trata de una reagrupación militar que apunta al despliegue de esas tropas en Tayikistán y Uzbekistán, algo que confirmaron fuentes citadas hasta por el periódico The Wall Street Journal. Narishkin añadió que la inteligencia rusa dispone de información de que ya hay intentos al respecto. Expresó la confianza en que no lo acepten no sólo los socios de Rusia, "sino también los aliados dentro de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva".

Colombia: quieren "hundir la movilización en un baño de sangre"

Las manifestaciones en Colombia se mantienen y empiezan a acumular triunfos, como haber logrado que se retirara la reforma tributaria, y recientemente la de la salud, con la que se pretendía privatizar la sanidad.
En entrevista con Sputnik, el ministro de Defensa, Diego Molano, asegura que en el país se están dando dos tipos de manifestaciones: pacíficas y violentas.
"Las pacíficas tienen un interés de discutir temas esenciales, sobre todo muy importante la juventud. Lo que hemos visto con los jóvenes es una manifestación pacífica real sobre grandes preocupaciones. El tema del empleo es vital, el tema de la educación superior, en las cuales el Gobierno incluso ya ha hecho propuestas de una educación superior gratuita para los estratos 1, 2 y 3, en avanzar con unos incentivos de generación de empleo, del primer empleo de los jóvenes. Ahí hay unas manifestaciones pacíficas, además de otros temas. Pero el vandalismo sí tiene otro interés: detrás del vandalismo lo que hemos visto es un esfuerzo sistemático programado y planeado para que se afecte la estabilidad y la tranquilidad de algunas regiones".
Sin embargo, desde la oposición colombiana han denunciado que esta espiral de violencia le convendría al Gobierno.
"Aquí en Colombia estamos, como se sabe, desde hace más de veinte días en una movilización social que en vez de haber sido liquidada, pues ha venido cobrando cada vez más fuerza. Y es evidente que el curso del Gobierno y de la fuerza política que está en el centro de ese Gobierno, que es el uribismo, pues no es para producir cambios sociales que están motivando la necesidad de esos cambios, sino por el contrario, con métodos cada vez más autoritarios y criminales. Intentar asfixiar y hundir en un baño de sangre la movilización en Colombia", aseguró el senador Iván Cepeda.

Coronavirus: ¿revolución laboral?

La pandemia del coronavirus ha sido un auténtico tamiz para el formato de la economía que se viene, sobre todo en lo referente al teletrabajo. Con el advenimiento del Covid-19, llegaron de la mano algunos neologismos, anglos cuando no, para explicar la nueva situación: workation [mezcla de trabajo remoto y vacaciones] o room office.
Pero también llegaron situaciones como las que describe el McKinsey Global Institute: más del 20% de la fuerza laboral de los países desarrollados podrá seguir trabajando desde su casa entre tres y cinco días por semana incluso cuando el virus esté bajo control, casi cuatro veces más que previo a la pandemia. Pero esto está lejos de ser idílico, y lejos de ser lo que todos quieren, tras esta prueba piloto forzada que ha impuesto el coronavirus.
Y es que llevar el trabajo a casa puede resultar invasivo de la privacidad para mucha gente, y una confusión de ambas partes, la del empleador y la del empleado, que se resume en la asunción de atribuciones que no corresponden, lo que ha derivado en una serie de pleitos mientas no se ponga negro sobre blanco en la normativa laboral.
Al respecto, el economista Julio César Gambina incide en que hay muchos trabajadores y trabajadoras que se alegran porque al quedarse en casa no tienen que gastar en transporte, "pero hay un tema que no se asume del todo, y es que las empresas trasladan el costo de producción al propio trabajador".
"Es el trabajador el que paga su energía, el que tiene que tener los equipos, quien tiene que ir generando condiciones en su casa: no todas las casas tienen un lugar cerrado para hacer el trabajo y cumplimentar las horas. Por eso genera muchas confusiones. Creo que es un nuevo momento histórico de la relación entre el capital y el trabajo", concluye Julio César Gambina.
El equipo del programa está integrado por Javier Benítez, Víctor Sújov y Víctor Ternovsky.
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