"Se debe concienciar al propietario de un animal": la veterinaria que salvó a una niña de un perro
10:00 GMT 04.07.2021 (actualizado: 10:06 GMT 05.07.2021)
© Foto : Pixabay / Raza de perro american stanford
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La niña fue atendida en el hospital y se recupera del desgarro en la piel del glúteo y la zona lumbar. Sputnik ha logrado conversar con la veterinaria que la logró salvar. Actualmente el perro está bajo custodia en supervisión veterinaria para vigilar la rabia en un centro de zoonosis.
Fátima Peláez acababa de terminar su jornada laboral el viernes 18 de junio. Su clínica veterinaria ya tenía echada el cierre, a las 14:00 horas, pero por pura serendipia o como si se tratara de una petición del destino, ella permaneció en su interior realizando trámites burocráticos en el ordenador.
De pronto, escuchó un enorme estruendo y gritos que provenían del exterior. Rápidamente salió del centro y lo primero que vio fueron dos perros, uno de raza mestiza de unos 6 o 7 meses y otro de la raza american stanford, catalogado como perro potencialmente peligroso. El primer pensamiento que le vino a la cabeza fue que se trataba de una pelea entre perros, pero al fijarse bien observó que uno de los animales tenía agarrado con su boca el glúteo de una niña de dos años que se encontraba en brazos de su madre cuando ocurrió la desgracia.
Fátima Peláez en su clínica veterinaria de Ceutí (Murcia)
© Foto : Cortesía de Fátima Peláez / Fátima Peláez en su clínica veterinaria de Ceutí (Murcia)
Tal y como se aprecia en las imágenes grabadas por las cámaras de vigilancia de la propia clínica, el animal aparece corriendo desde una esquina y consigue arrebatar a la niña de los brazos de su madre, tirándola al suelo mientras tira de su pierna. La madre, como puede, intenta evitar la tragedia golpeando al animal con una botella de plástico y cogiendo a su pequeña, pero nada de eso es suficiente.
"Se ve perfectamente como la madre le da con una botella", explica Peláez a Sputnik. "Otro perro podría haber ido a por el plástico, pero no, este obvia la botella y va hacia la niña, quizá porque la vio tan pequeña que se creía que era como una muñeca".
En ese momento entra en acción Fátima Peláez, la veterinaria de la cliníca CeuVet en Ceutí (Murcia), quien sin pensar demasiado, golpeó en primera instancia al animal con una de las zapatillas de la madre que voló por los aires durante el forcejeo. Al ver que esa no era la solución porque el perro cada vez hacía más presa, decidió abrir la mandíbula del animal con sus propias manos. No temió que el animal pudiera revolverse y le atacara a ella.
"Estoy acostumbrada, llevo más de 26 años ejerciendo, ahora salen los técnicos diciendo que esa no era la actuación correcta pero en ese momento, el objetivo era la pequeña. Esos gemidos eran horribles", detalla la veterinaria que salvó a la niña. "Yo sabía lo que estaba haciendo y donde tenía que agarrar".
Acto seguido, metieron a la madre y a la niña dentro de la clínica para tranquilizarlas. A la hija le pusieron un apósito para cubrir las heridas hasta que llegara la ambulancia. A la madre, procedente de Senegal, la consolaban como podían. "El shock de la familia fue algo indescriptible", explica Peláez entre lágrimas. "Al día siguiente vinieron a darme las gracias con el poco español que saben y el abrazo de la madre y la sonrisa de la niña, fue la mejor gratificación"
"Cuando estuve hablando más tarde con el 112, casi me preocupaba más la madre que la niña, su cara en shock fue lo peor. La mujer estaba ida, temblando, sudando a chorros y con una cara de horror tremenda. Eso no se me va a olvidar en la vida", declara Fátima Peláez.
Este tipo de sucesos, dice Peláez, deben servir como concienciación. "Cualquier perro tiene que ir atado y en estos casos con bozal, la lástima es que ahora el pato lo va a pagar el animal, pero piensas: ¿cómo habrán educado a ese perro?", reflexiona. "Se debe concienciar al propietario de un animal de la responsabilidad que tiene".
Fátima Peláez al día siguiente del suceso junto a la niña rescatada del perro
© Foto : Cortesía de Fátima Peláez / Fátima Peláez al día siguiente del suceso junto a la niña rescatada del perro
Fatou, como se llama la niña, se recupera poco a poco de las heridas. Tuvieron que ponerle puntos por el desgarro en la piel en la zona del glúteo y del lumbar. Sus padres están preocupados pero muy agradecidos con Fátima. "Tengo miedo por si el perro no está vacunado", confiesa a Sputnik el padre de la niña, Ali Sanneh. "Queremos hacerle un análisis de sangre completo para ver cómo va evolucionando". Sus progenitores están esperando conocer la respuesta de los médicos para decidir si tomar o no acciones legales contra el dueño del animal. El perro actualmente está bajo custodia en supervisión veterinaria para vigilar la rabia en un centro de zoonosis.
