- Sputnik Mundo, 1920, 11.02.2021
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"No es puntual, es un problema estructural": el desastre amenaza en España a las Tablas de Daimiel

© Foto : Cortesía del Museo del Agua de DaimielPanorámica de las Tablas de Daimiel, parque natural en Ciudad Real (España)
Panorámica de las Tablas de Daimiel, parque natural en Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo, 1920, 27.08.2021
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Este Parque Nacional de Ciudad Real, formado por un humedal, sufre la falta de agua desde los años 60. Su situación ahora es grave y están intentando reflotarlo con pozos de emergencia.
- Escucha: son grullas.
La bruma del amanecer envuelve los juncos y los surcos marcan la tierra. Una nueva jornada colorea Las Tablas de Daimiel y sus arenales, que a ratos parecen charcos y a ratos grietas insondables. Al atravesar el puente del río Guadiana, que baja con poco brío, el sol se cuela con timidez. Ilumina de forma íntima el paisaje, libre de visitantes.
Este enclave, perteneciente a la provincia de Ciudad Real, en Castilla La Mancha, muestra síntomas de desgaste. La agricultura intensiva, las diferentes políticas de mantenimiento y el cambio climático amenazan con aniquilar la vida de un ecosistema único situado en el centro de España.
Aunque aún resiste el canto de los pájaros, incluso tras un verano que ha adelantado la sequía: al borde del mes de septiembre, su situación es más crítica que otros años a estas alturas. Quien lo analiza es Alejandro Del Moral, veterano trabajador de Las Tablas que acaba de estrenar su jubilación. "El problema de Daimiel es estructural, no es algo puntual", razona este técnico ambiental de 65 años mientras acompaña por uno de los senderos acondicionados. El empleado público señala el maltrecho aspecto de una parte de las 3.030 hectáreas que ocupa el lugar, declarado Parque Nacional en 1973.
© Sputnik / Alberto García PalomoEl río Guadiana, a su paso por Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
El río Guadiana, a su paso por Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo, 1920, 27.08.2021
El río Guadiana, a su paso por Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Dentro de esta extensión, la parte de humedales no llega a las 1.700 hectáreas. Son las reservas fluviales que favorecen una flora y una fauna propias, ahora en peligro. "Aquí hay una masa de agua procedente del Guadiana y del Gigüela, que inunda la llanura", explica Del Moral.
El terreno, plano, debería alimentarse todo el año de estos dos ríos. El cauce del primero tendría que ser permanente, al contrario que el segundo. Esa intersección conforma un caudal endorreico, que no tiene salida a ningún mar y por eso se convierte en un área imprescindible para aves y otras especies que anidan o migran aquí.
"El Gigüela desaparece a lo largo del año. Eso no es ni bueno ni malo. El inconveniente es que el Guadiana no se mantenga los 12 meses. La tragedia está en que no haya agua y se debe a que la agroindustria es incompatible con el entorno, no a la sequía. Y los agricultores también son víctimas", comenta el experto.
Las Tablas de Daimiel tienen distintos aliados en su singularidad. Uno es que cada río tiene un tipo de agua, dulce o salobre. Y que se aposentan sobre el llamado acuífero 23 o de La Mancha Occidental, una inmensa masa de 5.500 kilómetros cuadrados. "La mezcla significa variedad. Y la variedad, en naturaleza, significa riqueza", indica Del Moral.
Tal conjunción genera una fauna característica que no solo alberga grullas, sino que se amplía con garzas, cigüeñuelas, somormujos o su pato estrella, el colorao. "Es el símbolo. Era la mayor población de Europa. Ahora es algo testimonial", resopla Del Moral, añadiendo la existencia de carpas, percasoles o peces gatos y observando que la flora también está en riesgo. Aparte de los álamos o las encinas que se ven en los alrededores, lo más típico es el taray, un árbol que puede alcanzar dos metros y medio de altura. Brotando desde el fondo están las masiegas, eneas o carrizos, unas especies de cañas que acompañan a las algas submarinas, conocidas como ovas.
"Se alcanza una diversidad que, encima, funciona como una depuradora", anota Del Moral en medio de un panorama cambiante: en el horizonte, unas zonas lucen secas y otras inundadas, animadas por el vuelo de aves o el chapoteo de especies. Son las mínimas: apenas suponen un 3% en estos días y es gracias al bombeo que se está realizando desde los pozos cercanos, construidos para casos de emergencia. De ahí que se perciba la marca de tractores en las trochas improvisadas: han de acomodar el terreno para que se cubran otras 600 hectáreas hasta el próximo mes de octubre y 1.400 para la primavera siguiente, a pesar de que es una empresa complicada: de momento hay 60 anegadas, una cifra crítica y que suele darse más adelante, al terminar el verano.
© Foto : Cortesía del Museo del Agua de DaimielMolino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Molino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Molino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
© Foto : Cortesía del Museo del Agua de DaimielMolino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Molino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Molino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
© Foto : Cortesía del Museo del Agua de DaimielTablazo en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Tablazo en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Tablazo en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Molino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Molino de Molemocho y río Guadiana en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Tablazo en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Un objetivo, efectivamente, poco realizable, según las previsiones de Del Moral: "Disponer del acuífero o de otra cuenca, como hemos visto, es una cagada", reflexiona, acordándose de tiempos pasados. El técnico, que montó la plataforma Salvemos Las Tablas Ya hace más de una década, cree que el parque estaba "herido" desde que se le incluyó en la lista de Nacionales o se registró como Reserva de la Biosfera, en 1981. "Nació tocado y ha sido una patata caliente para quien lo ha pillado", alega como resumen de su trayectoria.
Camino que se remonta a los asentamientos de hace 3.500 años. Varias civilizaciones residieron en las proximidades de este suelo calizo de la ganadería y la pesca. Las Tablas de Daimiel evolucionan lentamente hasta el siglo XX.
En épocas anteriores resalta su uso para actividades como la caza o la cetrería. En 1956 se aprueba una ley clave: la de desecación de márgenes del Gigüela, Záncara y Guadiana. Se construyen canales y aumentan los cultivos de regadío. En 1973, cuando pasa a engrosar la lista de Parques Nacionales, se intenta proteger.
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Pasa a ser de titularidad estatal. Pero las plantaciones que merman el caudal ya acaparan grandes superficies y se masca el colapso. Algunos pescadores vivían literalmente encima de Las Tablas, habitando en chozas y pescando caracoles. Eran 200 familias y ahora sólo queda uno: Julio Escudero, de 93 años. Del Moral dice que el vecino solo se acerca de vez en cuando a ver cómo sigue su posada, pero ya no duerme entre paredes de carrizo sino en lo que llama "su prisión": una casa de muros firmes en el pueblo.
"En 1980 se recalifica, pero la desecación ya había hecho estragos", apunta el técnico ambiental. Los Ojos del Guadiana, a unos 12 kilómetros del parque, no lucen como antes. Y ese punto es el medidor de Las Tablas. Si se llenan, hay reservas. Sin embargo, en 1983, con 1.000 hectómetros cúbicos menos, se secan.
No hay vuelta atrás: a mediados de los noventa, el área se cataloga como sobreexplotada. Un término que aún se menciona a menudo. El equilibrio ecológico se rompe y se suceden los parches: las autoridades prohíben extraer agua a los agricultores. Se solicita un trasvase desde el Tajo, a través de la denominada Tubería Manchega, y se compran parcelas privadas.
© Sputnik / Alberto García PalomoAlejandro del Moral, trabajador jubilado de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Alejandro del Moral, trabajador jubilado de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Alejandro del Moral, trabajador jubilado de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Panorámica de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Panorámica de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Visitantes en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Alejandro del Moral, trabajador jubilado de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Panorámica de Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Visitantes en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Nada sirve. En 2009, con solamente unas cinco hectáreas encharcadas y sumando años sin lluvia, se produce uno de los fenómenos más temidos en el parque. La turba, carbón que se forma en este tipo de terreno pantanoso, se quema. Por un proceso de autoignición, comienza un incendio subterráneo. La combustión era la cara visible del desastre. "Ardía como un puro, lento y sin llamas. Como el brasero de tu abuela", describían algunos testigos en la prensa. El episodio conllevó denuncias de organizaciones ecologistas y una sanción de la Comisión Europea.
La degradación era imposible de ocultar. Desde los Ayuntamientos cercanos, la Diputación o el Ministerio de Medio Ambiente (ahora para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) se controlan los pozos legales e ilegales y se recurre al trasvase Tajo-Segura. "La transformación ya era imparable", sentencia Del Moral. Enumera el exempleado los cultivos que provocaron esa reforma —vid, remolacha, maíz, alfalfa…— y rememora las protestas que convocaron entonces.
"Hicimos incluso una marcha alentando a la lluvia, como si hubiéramos encontrado una diosa antigua, de broma. Y luego nos devolvieron la jugada", comenta misterioso. Esa intriga no fue resultado de las plegarias, pero podría: de 2009 a 2013 no paró de caer agua. Y Las Tablas de Daimiel recuperaron unos 3.000 hectómetros cúbicos desde los últimos cinco lustros. Hasta los Ojos del Guadiana parpadearon de nuevo. Después, lo mismo: en 2018 se volvía a quedar seco.
Y se planteó un Plan de Regeneración Ecológica que, dos años después, parece arrancar. Parte de postulados como la excavación de pozos para emergencias, utilizar el trasvase Tajo- Segura y la construcción de la Presa Central del Morenillo. También piensan vigilar los cultivos, con su acumulación de recursos y la contaminación por vertidos. Algo que los agricultores rechazan: "Es una decisión estéril e improductiva. Es inútil reflotar el agua subterránea a la superficie porque solo es cuestión de meses que el agua se vuelva a filtrar, por física y sentido común", argumentaban en noviembre de 2020 desde la delegación de Ciudad Real de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores).
© Sputnik / Alberto García PalomoIndicación de entrada a Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Indicación de entrada a Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo, 1920, 27.08.2021
Indicación de entrada a Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Esta agrupación ha solicitado tirar de la tubería del Tajo y obviar la reducción del 10% de agua que han propuesto desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG). "Hay que adoptar medidas estructurales y hay que actuar ya, pero es necesario mantener el equilibrio entre el territorio, la economía y el medio ambiente", declaraba Samuel Moraleda, el presidente de la CHG, al diario El País. Afirmaba que han puesto en marcha "un plan de vigilancia y control" en el que se han denunciado 114 actuaciones irregulares en las inmediaciones del parque, cuatro veces más que la campaña pasada, y que en el Alto Guadiana existen unas 60.000 captaciones de agua legales y 1.648 censadas que no se legalizaron con un plan especial en 2008.
"Nos encontramos en una etapa de mera supervivencia contra la autocombustión de turba", reflexiona Carlos Ruiz, el director del Parque Nacional. "Hay tres formas de salvarlo: por inundación natural, con el trasvase del Tajo-Segura o, como última opción, el bombeo de emergencias", concede, citando las "300 o 400 hectáreas" que han adquirido con pozos. Ruiz asume que hay una "sobreexplotación" y que la superficie de regadío es tres veces superior a la de hace unos años. "La problemática está ahí. Encima, tenemos una anomalía climática y un descenso de los humedales a nivel mundial", arguye.
Ruiz repite que el futuro de Las Tablas de Daimiel es de "pura supervivencia" y que no le gusta dar una imagen de "circo de los horrores". "Es un caso paradigmático y hay que garantizar las reservas de agua", sintetiza antes de anotar que el Parque Nacional tiene un valor añadido a la región: al medioambiental se le agrega el impacto en el sector servicios o en el turismo, con unos 180.000 visitantes al año: "Salvo 2020, que ha sido atípico, las visitas se mantienen, y no podemos perderlas".
© Sputnik / Alberto García PalomoUn taray en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Un taray en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España) - Sputnik Mundo
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Un taray en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Panel informativo en Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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© Sputnik / Alberto García PalomoEntrada a Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
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Entrada a Las Tablas de Daimiel, Parque Natural de Ciudad Real (España)
Visión que comparten Alejandro Del Moral y su hijo, Álex. "nos afecta mucho la publicidad", coinciden los dos. Cada vez que Las Tablas de Daimiel salen en algún medio de comunicación, aumenta el interés. En 2010, citan desde el Ministerio encargado, el número de visitantes rozó los 400.000. Fue después del incendio, y la gente se apremiaba por ver un enclave en peligro de desaparición. Quizás ocurra lo mismo ahora, murmuran los expertos.
"Para el turismo es una atrocidad, pero sobre todo lo es medioambientalmente", asegura Álex, que trabajó como guía en el parque y ahora tiene una empresa de ecoturismo en la zona. Su compromiso viene de lejos: junto a un amigo, este joven de 34 años llegó a recorrer un verano los más de 740 kilómetros de cauce del Guadiana hasta la desembocadura, en el océano Atlántico, para concienciar sobre la importancia del río y hermanar a las comunidades que lo jalonan. "El mantenimiento de Las Tablas de Daimiel no solo tiene motivos ecológicos, sino de economía y de lógica social: si no respetas el parque, no respetas a tus antepasados", zanja.
De fondo, se oye el canto de un ave. Del Moral advierte:
- Fíjate bien: es un gorrión.
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