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Cárceles de Ecuador, tomadas por peones del narcotráfico

© REUTERS / Vicente Gaibor del PinoMilitares en las afuerdas de la prisión en Guayaquil, Ecuador
Militares en las afuerdas de la prisión en Guayaquil, Ecuador - Sputnik Mundo, 1920, 01.10.2021
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QUITO (Sputnik) — Cuando el pasado 13 de septiembre las autoridades de Ecuador reportaron que la principal cárcel de Guayaquil (oeste) fue atacada con drones, muchos advirtieron que detrás de la acción estarían mafias intentando demostrar su poder en términos logísticos, operativos e incluso de personal.
La advertencia tuvo su razón de ser. La última masacre en esa cárcel, originada por dos motines el 28 de septiembre, rebasó a otra ocurrida en febrero que ya había conmovido al país: esa vez, como en una película de terror, se vieron imágenes dantescas de corazones aún latiendo en manos de asesinos, mientras otros cortaban la cabeza a reos, en una jornada criminal que dejó 70 muertos en 3 prisiones.
El 28 de septiembre, la realidad volvió a superar a la ficción en el Centro de Privación de Libertad Guayas No.1, una de las cárceles más peligrosas del país andino: los dos motines, originados por bandas criminales que se disputan el poder dejaron otro saldo de sangre: al menos 118 reclusos asesinados, una cifra que podría crecer en los próximos días conforme las fuerzas del orden ingresen a todos los pabellones y también dependiendo de la evolución de los 79 heridos.
Los propios reos hicieron circular en redes sociales vídeos en los que se ve cabezas apiladas y reclusos jugando con ellas como si fueran pelotas, otras en baldes, cuerpos masacrados cuyas cabezas son degolladas con saña con un machete, cuerpos mutilados, calcinados.
Desde 2010, la violencia se ha incrementado en las cárceles de Ecuador. En ese año el promedio de muertes en los recintos penitenciarios era de 25 por año, para el 2018 se duplicó y en lo que va de 2021 ya supera las 220.
El temor es que la situación continúe empeorando y que los reos aliados del narcotráfico sigan haciendo demostraciones de poder que cueste la vida a sus compañeros de prisión y que también esa violencia siga saliendo al exterior de las cárceles, pues en ciudades de Ecuador ya se ven crímenes asociados con el narcotráfico, como el sicariato.

Narcotráfico

Si bien varios factores influyen en la crisis carcelaria, según expertos, los tentáculos de cárteles internacionales del narcotráfico, la corrupción en los propios recintos carcelarios y el efecto de reformas al Código Integral Penal emprendidas durante el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017), que produjeron que se triplique el número de personas en los reclusorios, están entre los principales detonantes de la situación.
Las reformas al Código Penal incluyen el incremento de las penas, la reducción de la edad de imputabilidad penal y el establecimiento de la prisión preventiva, entre otras medidas que, según juristas, contribuyeron a la sobrepoblación carcelaria.
El exdirector Nacional de Inteligencia y consultor internacional en temas de seguridad Mario Pazmiño, en entrevista con Sputnik, dice que en Ecuador operan cárteles como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, a través de megapandillas locales, rivales entre sí, que compiten por proteger el control de las lucrativas rutas del contrabando de droga así como los centros de acopio y las plataformas internacionales de distribución, pandillas que también pelean al interior de las cárceles para defender sus territorios en los diversos pabellones carcelarios.
La ubicación geográfica de Ecuador, entre los dos principales productores de cocaína, Perú y Colombia, y al frente de los lugares de consumo, Estados Unidos hacia el norte, y Brasil por la cuenca Amazónica, también refuerza en el apetito de los cárteles de droga por este país andino.
"Por su ubicación estratégica, Ecuador ya no solo es un país de tráfico. La red global del narcotráfico opera a través de una lógica de holding, y por ejemplo en Ecuador el cartel de Sinaloa opera a veces de forma directa y la mayoría de ocasiones a través de grupos criminales locales", dice por su parte a Sputnik el académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Fernando Carrión.
Esas mafias locales pasan la droga de un país a otro, la suben a los barcos, la tienen en caletas, la venden en el mercado interno.
"Eso pasa también en las cárceles, que ya no son la universidad del delito sino la fábrica del delito, porque ahí se producen gran parte de los delitos que se ven en el país", destaca Carrión.
Según Carrión, desde el 2001 el denominado efecto globo del Plan Colombia hizo que algunas de las fases del proceso de producción de cocaína se trasladen fuera de Colombia y básicamente a países como Ecuador y Venezuela, y que desaparezcan los carteles territoriales de Medellín y Cali y se articulen con los mexicanos y con las bandas ecuatorianas.
Según datos de Pazmiño, por Venezuela sale un 50% de la droga hacia los mercados internacionales, por Ecuador 37,5% y por Brasil el 12,5%.
Itania Villareal, exdirectora nacional de Rehabilitación Social, comenta a Sputnik que en la cárcel de Guayaquil operan unas 16 bandas criminales, pero no necesariamente todas están vinculadas al narcotráfico.

Solución en varios años

Al Gobierno de Guillermo Lasso, que se posesionó el pasado 24 de mayo, afronta un gran desafío en materia carcelaria. La recuperación de los centros podría tomarle todo su período de gobierno o más.
"Hemos permitido que las estructuras delictivas se tomen los centros carcelarios y recuperarlos tomará varios años", advierte Pazmiño.
El experto dice que es prioritario que el Estado entregue temporalmente el control de las cárceles a la Policía Nacional, por unos dos años, hasta que se formen nuevos guías penitenciarios y nuevos cuadros de administradores, con protocolos internacionales, con una selección rigurosa que deje de lado las cuotas políticas.
Los centros carcelarios deben ser manejados por criminólogos, sicólogos, siquiatras, expertos en negociaciones y manejo de crisis. La seguridad de pabellones debe ser con puertas blindadas, que se abran electrónicamente desde el exterior. El sistema de inhibidores, las cámaras y los sistemas de seguridad también operarse desde el exterior, dice el experto.

Ministerio de Seguridad

Valencia y Carrión creen que es hora de crear un ministerio dedicado a la seguridad, pues el Ministerio de Gobierno tiene entre sus funciones la negociación política entre la Asamblea Nacional (parlamento), lo cual resta efectividad y oportunidad a las acciones en torno a las cárceles del país, que demandan acciones urgentes y prioritarias.
El presidente Lasso habla de una inversión de 75 millones de dólares en los próximos dos años.
Ese monto, a decir de expertos, no alcanza para todas las crecientes necesidades y exigencias tecnológicas para mantener el control del sistema penitenciario.
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