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Revuelta en el Capitolio: demócratas 'izquierdistas' a los cachetazos con Biden

Revuelta en el Capitolio: demócratas 'izquierdistas' a los cachetazos con Biden
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Aplazado. Así ha quedado el plan de infraestructuras por 1 billón de dólares impulsado por el presidente de EEUU, Joe Biden. El palo en la rueda: un plan social que los demócratas 'izquierdistas', incluido el mandatario, quieren que sea de 3,5 billones de dólares, pero que los demócratas centristas no quieren que supere los 1,5 billones.

La manzana de la discordia

Dice un viejo refrán: "Lo que haces de joven, lo pagas de viejo". En una readaptación libre, y en este caso en particular hacia los más recientes sucesos patrocinados por Biden, sería algo así como: "Todo lo que le haces a tus aliados, lo pagas en tu casa".
Y es que todo lo que se hace, vuelve como un boomerang. Karma le dicen. Hace pocas semanas se conocía una traición a gran escala de parte de EEUU para con su aliado más antiguo: Francia. Ya saben, aquello de la alianza AUKUS. Eran tiempos, hace apenas dos semanas, de ensayar por parte del inquilino de la Casa Blanca con su colega del Elíseo, frases del tipo: "Lo siento, pero te avisé", "Lo siento por no avisarte" –¿contradicción escalofriante por cuestiones cognitivas o por intentar demostrar quién manda?–, o "esto tira para adelante y seré yo quien le venda los submarinos a Australia y no tu, y no me importa si pierdes 90.000 millones de euros, que ganaré yo".
Eran tiempos en que Biden se pavoneaba. Dos semanas más tarde, daba la impresión de que pagaba su ingratitud en carne propia: sus propios correligionarios, los 'izquierdistas' del Partido Demócrata como se les conoce –también todos sabemos que la izquierda no existe en EEUU, ni en casi ningún país del mundo– le tumbaban su tótem, el plan económico vertebral de su legislatura.

Un tiro en el pie

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, se le apagaron las luces por un momento: decidió que era imprescindible darle un caramelito a los demócratas centristas, una facción que está más interesada en el plan de infraestructuras, que en el social.
Así, Pelosi programó para la semana pasada la aprobación sólo del plan de infraestructuras en la Cámara Baja. Pero el tiro le salió por la culata: el sector 'izquierdista', ante el temor de que el plan de 3,5 billones quedase arrumbado, avisó que si no se impulsaban los dos a la vez, se opondrían al primero. La votación se suspendió. Ahora, el plan Biden es un globo que flota en el aire, y que puede reventar en cualquier momento y venirse a pique.
El presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón, reconoce su curiosidad y perplejidad respecto a todo esto. Advierte que "el modelo político norteamericano, no es el modelo tradicional de partidos políticos europeos: difiere mucho".

¿Se frotan las manos los republicanos?

El analista observa que en EEUU "los lobbies están absolutamente legalizados y eso hace que se den situaciones rocambolescas cuando hay intereses contrapuestos incluso dentro de un mismo partido. Es lo que lleva a que se produzcan estas crisis que al final se suelen saldar con algún tipo de arreglo entre las partes, que es lo normal, porque no olvidemos que si alguien quiere ser congresista en EEUU, tiene inevitablemente que financiar su campaña, lo que significa, por ejemplo, que determinadas industrias, como pueden ser las de los combustibles fósiles, te apoyen, y si te apoyan, tu no vas a ir por el mundo diciendo que hay que acabar con los combustibles fósiles".
"Al final es más un enfrentamiento de intereses personales […] dentro de un mismo partido" que otra cosa, apunta Moragón.
Con unas elecciones de medio mandato a la vuelta de la esquina, la no aprobación de alguno de estos planes originales, sumado a todo lo que envolvió a la retirada caótica de Afganistán, puede pasarle factura a "un partido Demócrata desnortado", concluye Fernando Moragón.
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