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Bolsonaro contra las cuerdas: el Senado lo acusa de crímenes contra la humanidad

© REUTERS / Ueslei MarcelinoJair Bolsonaro, presidente de Brasil
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil - Sputnik Mundo, 1920, 21.10.2021
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Fueron casi seis meses de trabajo, decenas de interrogatorios y finalmente un informe de 1.200 páginas. El Senado brasileño entregó el resultado de la investigación sobre los posibles delitos cometidos por el Gobierno en la gestión de la pandemia y el resultado es demoledor: Bolsonaro fue acusado de crímenes contra la humanidad.
Bolsonaro arrancó la pandemia asegurando que el COVID-19 sólo era sólo una "gripecita" y que él no era sepulturero, y a día de hoy ya son más de 600.000 los brasileños que descansan para siempre bajo tierra. Para la comisión del Senado, el presidente tiene responsabilidad directa por esas muertes, por su evidente política negacionista.
"Ningún ciudadano está por encima de la ley, y eso vale para el presidente Jair Bolsonaro. Será investigado porque hay pruebas muy grandes contra él (…) cometió muchos crímenes y pagará por ellos", dijo al inicio de la sesión el presidente de la comisión del Senado, Omar Aziz.
Todas las actitudes personales de Bolsonaro (negarse a usar barbijo, promover algomeraciones, recomendar medicamentos sin eficacia…) y sus acciones de Gobierno (negligencia en la compra de vacunas y en la asistencia a los pueblos indígenas, por ejemplo) quedan condenasadas en los diez tipos penales detectados por el Senado.
Son los siguientes: "Epidemia con resultado de muerte, infracción de medida sanitaria, incitación al delito, falsificación de documento, uso irregular de fondos públicos, prevaricación, delitos contra la humanidad, delitos de responsabilidad, violación del derecho social e incompatibilidad con el decoro del cargo".
Finalmente, los senadores eliminaron del texto las acusaciones de homicidio y de genocidio, porque no había consenso por dudas sobre el fundamento jurídico. Aun así, los crímenes contra la humanidad se mantienen, tomando como base la repetida defensa que Bolsonaro hizo de medicamentos sin eficacia contra el COVID-19, como la cloroquina.

Retraso en la compra de vacunas

Se cita de manera especial la crisis que vivió la ciudad de Manaos en enero, con cientos de pacientes agonizando en los hospitales por falta de cilindros de oxígeno. La respuesta del Gobierno ante los avisos de que habría escasez fue mandar a la capital de Amazonas toneladas de cloroquina, que no sirvieron para absolutamente nada.
Pero el texto redactado por el senador Renan Calheiros destaca como la negligencia más grave el retraso en la compra de vacunas. En agosto de 2020, Pfizer ofreció a Brasil 70 millones de dosis, pero el Gobierno dejó sin contestar hasta 11 correos electrónicos. Después de mucho insistir, el laboratorio llegó a un acuerdo con el Gobierno en marzo de este año. Las vacunas podrían haber llegado mucho antes y haber salvado miles de vidas.
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Una historia similar es la de la vacuna del laboratorio chino Sinovac. El Ministerio de Salud estaba a punto de firmar un contrato para recibir 46 millones de dosis, hasta que Bolsonaro lo vetó. El presidente también hizo campaña pública contra esta vacuna, difundiendo fake news sobre su eficacia y seguridad, en parte por su origen chino, contribuyendo de paso a erosionar la relación con el gigante asiático.
Precisamente por la difusión de noticias falsas el Senado también acusa a los tres hijos políticos del presidente: el senador Flávio, el diputado Eduardo y el concejal Carlos. Los tres estarían en el "comando" de la maquinaria de difusión de mentiras sobre el COVID-19 y la manera de hacerle frente, lo que en última instancia también provocó muertes. Se les acusa de un delito de incitación al crimen.

Próximos pasos

En total, el informe pide la imputación de 66 personas y dos empresas, incluyendo cuatro ministros del actual Gobierno y cuatro exministros. El texto se votará la semana que viene, y si se aprueba se entregará a la Policía Federal, a las Fiscalías de los estados y a la Procuradoría General de la República, el órgano que tiene potestad para denunciar a Bolsonaro. También llegará una copia a la Corte Penal Internacional de la Haya.
Bolsonaro restó importancia a la bomba informativa del día y dijo que la comisión no produjo nada más que "odio y rencor" y que podría haber hecho algo más productivo para los brasileños. Uno de sus hijos, el senador Flávio Bolsonaro, puso el toque grotesco al soltar una carcajada imitando a su padre cuando se le preguntó qué opinaba el presidente.
Aunque el clan Bolsonaro finja indiferencia, lo cierto es que las conclusiones de la comisión suponen un duro golpe. No tanto por las hipotéticas consecuencias penales (muy difusas todavía) o por las políticas (un impeachment parece improbable), sino por el posible efecto en su popularidad.
La dureza de las acusaciones mantiene vivo el recuerdo de la nefasta gestión de la pandemia cuando el Gobierno quisiera estar hablando de recuperación económica, y ensombrecen aún más el horizonte de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán justo dentro de un año.
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