Se cumplen 46 años de la proclamación de Juan Carlos I como rey de España, que sigue en Abu Dabi
17:33 GMT 22.11.2021 (actualizado: 15:07 GMT 11.04.2023)
© AP Photo / Daniel Ochoa de Olza
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El 22 de noviembre de 1975 el actual monarca emérito sustituyó como jefe del Estado al dictador Francisco Franco, fallecido dos días antes. No fue una coronación, sino una designación para dar continuación al régimen dictatorial mediante una monarquía. Pero en el tránsito se celebraron elecciones libres en 1977 y se aprobó una Constitución en 1978.
Al igual que en 2020, la fecha que marca el aniversario de la proclamación de Juan Carlos de Borbón como rey de España vuelve a destacar por el carácter insólito de su contexto; el monarca emérito prosigue su estancia fuera del país y las informaciones sobre su posible retorno son confusas. A las noticias sobre sus presuntas actividades ilícitas, a las cuales la Fiscalía General del Estado al parecer pretende dar archivo, cupo incluso añadir en fechas recientes el dato picante, aunque no verificado, de que los servicios especiales le administraron hormonas femeninas y bloqueadores de testosterona para controlar su líbido.
22 de Noviembre de 1975 tras el fallecimiento del dictador Francisco Franco y tras jurar acatar los Principios del Movimiento Nacional es proclamado rey de España Juan Carlos I de Borbón. pic.twitter.com/zYQpTpsmHs
— No soy historiador (@NHistoriador) November 22, 2021
Durante la ceremonia en las Cortes franquistas del 22 de noviembre de 1975 que le instituyó como rey y jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón juró lealtad a los principios del Movimiento Nacional y los asistentes en el hemiciclo rubricaron el acto con vivas al rey más de cuatro décadas después de la última vez que se profirió tal grito, durante la regencia de su abuelo Alfonso XIII, y con anterioridad al periodo republicano. Tras jurar el cargo sobre un ejemplar de la Biblia, pronunció un discurso del que sigue un extracto:
"Como Rey de España, título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del reino y el mandato legítimo de los españoles, me honro en dirigiros el primer mensaje de la Corona, que brota de lo más profundo de mi corazón. Una figura excepcional entra en la Historia".
La legitimidad de Juan Carlos I
Se suele establecer la fecha del 22 de noviembre de 1975 como el inicio de la llamada Transición española, que terminó por establecer el modelo político del Estado en la forma de una monarquía parlamentaria. Tres años después, en 1978, se aprobó una nueva Constitución mediante referéndum. El rey Juan Carlos, en tanto que jefe del Estado, la sancionó. Pero no la juró ni prometió en acto alguno; el poder del que se imbuía era anterior.
Con esta renuncia se reanudaba la dinastía histórica; y de esta forma, tras la proclamación de Juan Carlos I como rey de España y con la renuncia de Juan de Borbón a sus derechos, Felipe se convirtió en heredero de la Corona y asumió el título histórico de “Príncipe de Asturias” pic.twitter.com/Fy9hfHHJiQ
— Emily Habsburg (@emily_habsburg) November 22, 2021
Es decir, previamente a la aprobación de la Constitución de 1978, Juan Carlos disfrutaba de una legalidad heredada del dictador Francisco Franco en 1969 en tanto que su sucesor (iniciada en 1947 con la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado) y de una legitimidad dinástica emanada de la renuncia a los derechos dinásticos que hizo su padre, Juan de Borbón, en 1977. Para buena parte de la clase política y del imaginario colectivo, este doble entramado quedó actualizado el 23 de febrero de 1981, cuando fracasó una intentona de golpe de Estado en el país y la figura de Juan Carlos I se impregnó de una especie de aura de salvador de la democracia.
Cuarenta años después y entre análisis de todos los gustos, también encuentra acomodo el enfoque que explica aquel golpe como una vía para consolidar su posición, ya fuera mediante su triunfo o su fracaso.
Mayor transparencia
Pese a abdicar de su trono sorpresivamente en junio de 2014, el reinado de Juan Carlos I puede ser considerado como uno de los más largos de la dinastía borbónica en España, habida cuenta de la inestabilidad y dramáticas turbulencias que distinguieron el marchamo de sus antepasados en la corona española.
La estabilidad y diversos periodos de bonanza, fruto del contexto histórico de apertura que obró la incorporación del país al proyecto europeo, fueron el rasgo distintivo de sus casi 39 años de reinado. Sin embargo, el modelo monárquico español choca con el principio constitucional de igualdad ante la ley, pues es una institución del Estado sobre la que el propio Estado no ejerce ningún control y que se ha conducido por la ley sálica, que prima al varón frente a la mujer en el acceso al trono.
Pedro Sánchez alabando la transparencia ia de la Casa Real y la fiscalía del Supremo pidiéndole a Felipe de Borbón las asignaciones al emérito porque no son públicas.
— Emilio Silva Barrera 🌏 (@Emilio_Silva_) September 5, 2021
El Parlamento carece de competencias para gestionar la actividad de la Casa Real. La figura del rey es inviolable a tenor de lo dispuesto en la Constitución; el resultado es que está por encima de la ley. No obstante, desde 2014 se han producido algunos cambios en la vigilancia y fiscalización de las cuentas de la institución monárquica. El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, creado a finales de 2014 para velar por la actividad pública y garantizar a los ciudadanos el acceso a esa información, audita también sus movimientos.
¿Resignado en el Golfo?
En un libro publicado a principios de octubre en Francia, Mi rey destronado, Juan Carlos de Borbón declaraba a su autora, la periodista hispanófila Laurence Debray, que la razón de su prolongada estancia en la capital de Emiratos Árabes se debe a que allí no molesta "a la Corona", en alusión al actual monarca español, su hijo Felipe VI. Entre los motivos para abandonar España, el rey emérito responde a Debray que "recibía muchas presiones".
Por segundo año consecutivo, el rey Juan Carlos I aparece como el miembro peor valorado de la Casa Real. Su posible regreso a España, tras el anuncio de archivo de las investigaciones por parte del Supremo, añade un factor de inestabilidad al reinado de Felipe VI.
— jesús taboada (@JesusTaboada) October 12, 2021
Mientras tanto, las diligencias prejudiciales abiertas por la Fiscalía General del Estado en torno a los supuestos delitos fiscales del rey emérito están próximas a archivarse. Para su decreto tan solo resta una respuesta formal a una comisión rogatoria desde Suiza ante el Tribunal Supremo, que no modifica la decisión de seguir considerando la figura de Juan Carlos de Borbón como inimputable.
