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Descubren por qué ciertos animales sobreviven a la ingesta de mariposas altamente tóxicas

CC0 / Unsplash / Una mariposa monarca
Una mariposa monarca - Sputnik Mundo, 1920, 25.11.2021
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Un estudio arroja luz acerca del por qué algunos animales son capaces de alimentarse de mariposas venenosas y no sufrir las consecuencias de las sustancias tóxicas en su organismo.
El veneno presente en la planta asclepia —también llamada algodoncillo— parece haber causado un "efecto dominó" en la cadena alimenticia y hecho que algunos insectos, roedores y pájaros se volvieran resistentes a él, revela una nueva investigación.
La mariposa monarca (Danaus plexippus), por ejemplo, ha desarrollado a lo largo de su evolución, una mutación genética que le permite alimentarse de los glucósidos cardíacos tóxicos producidos por los algodoncillos sin morir. En cambio, estas toxinas quedan almacenadas en ciertas partes del cuerpo de la mariposa, lo que proporciona una defensa contra los depredadores, detalla Science Alert.
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Sin embargo, diversos animales se alimentan de la mariposa y tampoco sufren las consecuencias de este veneno. El pájaro picogrueso cabecinegro (Pheucticus melanocephalus), por ejemplo, es uno de ellos. El ave migra a México —hábitat de las monarcas— durante el invierno e ingiere grandes cantidades de esta mariposa.
"Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que hay algo en esta ave que le permite comer un insecto tan venenoso sin morir, y ahora, parece que este animal ha desarrollado algunos de los mismos mecanismos de protección que su comida", detalla SA.
Al estudiar el genoma del ave, los investigadores hallaron que el picogrueso cabecinegro posee dos de las tres peculiaridades genéticas encontradas en los genes de la llamada bomba sodio-potasio de la mariposa. Este mecanismo garantiza el perfecto funcionamiento de las células, al mover los iones de sodio hacia fuera de la célula y los de potasio hacia adentro. Las toxinas del algodoncillo pueden bloquear esta bomba y causar un verdadero caos en el organismo.
"Los animales con corazón, como las aves y los seres humanos, pueden morir de insuficiencia cardíaca si consumen suficiente toxina. Por lo tanto, las mutaciones en los genes de la bomba pueden ser necesarias para la supervivencia si su comida principal consiste en toxinas del algodoncillo", apunta el portal científico
Lo más sorprendente, según los investigadores, es que las mutaciones en la bomba sodio-potasio se encontraron en múltiples capas de la cadena alimentaria.
La avispa parásita (Trichogramma pretiosum), que se alimenta de huevos de monarca, también presenta estos cambios genéticos, así como el ratón ciervo (Peromyscus maniculatus), que come la misma mariposa. El gusano Steinernema carpocapsae, que habita el suelo alrededor de la asclepia también ha sufrido estas mutaciones.
"Es notable que la evolución convergente se haya producido a nivel molecular en todos estos animales", afirma el biólogo de sistemas evolutivos Simon 'Niels' Groen de la Universidad de California Riverside.
La investigación se publicó en la revista científica Current Biology.
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