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Lucía Hiriart, la mujer que aguijoneó a Pinochet hacia el poder

© AP Photo / Santiago LlanquinLucia Hiriart, widow of Chile's late dictator Gen. Augusto Pinochet
Lucia Hiriart, widow of Chile's late dictator Gen. Augusto Pinochet - Sputnik Mundo, 1920, 16.12.2021
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SANTIAGO (Sputnik) — La dictadura que encabezó en Chile el general Augusto Pinochet entre 1973 y 1990 no se puede explicar sin mencionar la influencia que ejerció María Lucía Hiriart Rodríguez, su esposa, quien murió esta jornada a los 99 años de edad.
La otrora primera dama de Chile fue conocida por su personalidad fuerte y dominante. De hecho, se sabe que fue ella quien impulsó a un dubitativo Pinochet a dar el paso decisivo para traicionar al entonces presidente Salvador Allende (1970-1973) y unirse a última hora al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que la Armada y la Fuerza Aérea llevaban semanas planeando.
"Chile no tuvo un dictador, sino un matrimonio en dictadura. Una pareja dictatorial", ejemplificó en 2013 en una entrevista con la revista Caras la periodista Alejandra Matus, autora del libro Doña Lucía, la biografía no autorizada de Hiriart, publicada ese mismo año.
Y aunque nunca quedará totalmente claro cuál fue el real poder que tuvo Hiriart durante el régimen autoritario, en lo que todos concuerdan es que nunca escatimó en gastos para satisfacer sus refinados gustos en ropa, adornos y propiedades.
Separando el hecho de que millones de chilenos sufrieron de hambre en los años 80, las excentricidades de "doña Lucía", como era llamada por sus cercanos, no habrían sido un problema si es que estas no hubiesen sido financiadas en buena parte con dinero fiscal.
Durante el régimen, Hiriart dirigió una fundación llamada Centro de Madres (CEMA) de Chile, a la cual Pinochet le transfirió gratuitamente más de 230 propiedades de origen fiscal. Esto le generó réditos personales millonarios a la mujer y posteriormente juicios por malversación de fondos y fraudes.

Ambición, lujos y excentricidades

Lucía Hiriart nació en Antofagasta, en el norte de Chile, el 10 de diciembre de 1922, en una acomodada familia de políticos y abogados. A los diez años se mudó a Santiago y a los 19 conoció al entonces subteniente del Ejército, Augusto Pinochet, entonces de 28 años, con quien se casó a pesar de sus padres, quienes creían que el soldado de clase media no estaba a la altura de su hija.
Desde entonces, cuenta el relato de Matus, Hiriart siempre instó a su marido a buscar el poder. "Si Pinochet aspiraba a ascender a coronel, su mujer le decía que llegara a general. Si él se atrevía a pensar en llegar a la comandancia en jefe del Ejército, ella le retrucaba que fuera ministro de Defensa", narra la periodista.
La ambición de su mujer y la influencia política de la familia Hiriart aguijonearon para que Pinochet, un soldado que no destacaba por sus logros, llegara a ser Comandante en Jefe del Ejército en agosto de 1973, nombrado por el propio Allende.
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En esa misma época, la Armada y la Fuerza Aérea ya estaban planeando cómo derrocar al primer presidente socialista del mundo electo por votación popular, pero no reclutaron al Ejército porque no sabían a quién era leal Pinochet, si a Allende, o a los golpistas.
A dos días del bombardeo de las Fuerzas Armadas a la sede de Gobierno, los uniformados le plantearon a Pinochet el alzamiento que llevarían a cabo. En la noche, Hiriart llevó a su esposo al dormitorio donde sus cinco hijos dormían y le preguntó si quería verlos crecer esclavos del comunismo. Finalmente, el futuro dictador decidió sumarse al ataque que terminó con la vida de Allende.
Una vez en el poder, Hiriart aprovechó para dar rienda suelta a la vida que siempre soñó. Instaló enormes armarios en la sede de Gobierno, con prendas Chanel y Christian Dior, junto a su colección de abrigos de piel. Llegó a tener miles de calzados europeos, joyería fina de la prestigiosa Casa Barro y servidumbre como peluqueros, maquilladores y fotógrafos.
Desde la época del régimen hasta el final de sus días, Hiriart vivió siempre en enormes mansiones, siendo la última una residencia ubicada en La Dehesa, el barrio más exclusivo de Santiago.

CEMA Chile

Lucía Hiriart se benefició durante años de las más de 200 propiedades que la dictadura le regaló al CEMA, fundación supuestamente sin fines de lucro. Incluso después de terminado el régimen utilizó las propiedades para hacer negocios inmobiliarios millonarios, manejando esas ganancias como si se tratara de su patrimonio personal.
Se estima que los réditos de los negocios del CEMA superaron los 9,3 millones de dólares, aunque una buena parte de las ventas y los arriendos no han sido revelados.
Las investigaciones periodísticas y judiciales de las irregularidades cometidas por Hiriart la obligaron en 2016 a dejar la presidencia de la organización. La justicia la investigó por fraude y malversación de fondos públicos y aunque nunca fue condenada por esos delitos, le fueron embargadas varias propiedades.
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Muertes varias

En enero de 2019 los usuarios de redes sociales hicieron tendencia mundial a Lucía Hiriart comentando su muerte. Esto fue a partir de una noticia falsa, muy cuidadosamente editada por la cuenta parodia de Facebook llamada Noticias que podrían haber alegrado tu día.
Aquello sucedió no una, sino varias veces en los últimos años, debido a la avanzada edad de la mujer. Además, en reiteradas oportunidades debió ser internada de urgencia en el Hospital Militar de Santiago, por complicaciones de salud.
Incluso existe una cuenta de Twitter con más de 44.000 seguidores, que casi a diario tuitea "No". Se llama "¿Se murió la vieja?" y sigue a una sola cuenta: la del Cementerio General de Santiago.
Y es que varias personas en Chile esperan el fallecimiento de Hiriart como un símbolo de la caída de los últimos bastiones de la dictadura que, en cifras oficiales, dejó 3.197 personas asesinadas, 28.000 torturadas y 200.000 exiliadas.
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