La música de Chaikovski, especialmente el adagio del segundo acto, tampoco pasó desapercibida. En casi todas las versiones del ballet se trata del dúo de amor de María y el Príncipe, lo que también fue interpretado por Lev Ivánov en la fallida primera versión del ballet en 1892. Pero en lugar del primer amor, la música está llena de trágica desesperación. El hermano de Chaikovski, Modest, escribió que en aquel momento el compositor se encontraba en "un estado de ánimo ansioso, sombrío y desesperanzado", y la repentina muerte del compositor en 1893 hizo pensar que él mismo había codificado una premonición de su fallecimiento inminente en la música.