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Borracheras frente la iglesia: el verdadero origen del mariachi

Mariachi Vargas de Tecalitlán - Sputnik Mundo, 1920, 21.01.2022
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La versión más difundida sobre el origen del mariachi se remonta a una festividad surgida durante la Segunda Intervención Francesa a México, pero en realidad se trata de una cultura arraigada a las culturas indígenas del Occidente del país.
En casi cualquier recorrido turístico de México, se difunde la idea de que la palabra "mariachi" proviene del vocablo francés "marriage".
También se dice que estos músicos vestidos de charro aparecieron por primera vez en las bodas marriage significa matrimonio— de la aristocracia mexicana y francesa del siglo XIX, pero la realidad es que no existen documentos históricos que lo prueben.
En cambio, el historiador francomexicano Jean Meyer sí ha documentado que el origen del mariachi se encuentra en Jalisco y Nayarit, y que la palabra proviene de la lengua cora, específicamente de la palabra mariache, que significa madera, en alusión al material de las tarimas en la que se subían los músicos para tocar y cantar.
En su ensayo El origen del mariachi publicado en la revista Vuelta en 1998— el experto asegura que se ha tergiversado la historia de estos conjuntos musicales que, en su momento, provocaron el enojo de los párrocos debido a que realizaban sus "fandangos" afuera de las iglesias, generalmente bastante borrachos.
En una carta fechada el 7 de mayo de 1852, el cura Cosme Santa Anna se queja con la autoridad eclesiástica de Guadalajara que afuera de su iglesia se instalan "dos fandangos, una mesa de juego y hombres que, a pie y a caballo, andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable". Y lo peor de todo, dice, es que lo hicieron durante la Semana Santa, la mayor celebración religiosa del catolicismo.

"Sé que esto es en todos los años en los días solemnísimos de la resurrección del Señor y sólo que ya sabemos cuántos crímenes y excesos se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos mariachis", se lee en la carta enviada por el sacerdote Cosme Santa Anna.

De algún modo, la investigación de Meyer —uno de los historiadores más reconocidos del mundo hispanoamericano— refuta la idea del supuesto origen europeo del mariachi y refuerza la versión de que el Bajío, específicamente Jalisco y Nayarit, es la verdadera cuna de esta tradición mexicana.
"Por fin, nuestro documento permite hacer caminar la discusión sobre el vocablo mariachi. La versión turística más difundida según la cual procede de la palabra francesa mariage (boda), en tiempo de la Intervención, es buena broma, y nada más", escribe el historiador de la Universidad de la Sorbonne.

Los mariachis no hacen caso

Las fiestas emprendidas por los mariachis del siglo XIX eran verdaderas faenas de licor y juegos de azar. Generalmente, quienes organizaban estas reuniones en las calles o afuera de los templos religiosos eran indios o mestizos: gente de pueblo que no tenía acceso a los conciertos sinfónicos o los eventos musicales exclusivos de las clases altas de México.
Así describe el cura Cosme Santa Anna aquellas celebraciones sin límites: "El desorden crecía y por momentos yo deseaba en cada instante evitarlo. No accedía la Autoridad y entonces me dirigí al lugar en donde se hallaban los fandangos, pedí los instrumentos y me los dieron, supliqué a los que jugaban naipes que dejaran de hacerlo y se abstuvieron y luego también rogué que se levantara del suelo a un infeliz que se hallaba tirado ahogado en vino, y lo levantaron".
En 2011, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) determinó que el 21 de enero se celebra el Día Internacional del Mariachi.
"La música mariachi moderna ha adoptado otros géneros musicales como la ranchera, el bolero ranchero, e incluso la cumbia colombiana. Las letras de las canciones de los mariachis hablan del amor a la tierra, la ciudad donde se vive, el país natal, la religión, la naturaleza, las mujeres mexicanas y la pujanza del país", explica la Unesco.
Uno de los mayores iconos de la música mariachi y ranchera es José Alfredo Jiménez, a quien a menudo se le reconoce como el mayor poeta popular que ha tenido México.
No existen academias o escuelas que enseñen las técnicas del mariachi, un conjunto musical que toca con cuerdas (violín, contrabajo, guitarras y jaranas), vientos (trompeta) y voz para interpretar canciones populares de México y América Latina. Toda la transmisión de conocimientos se realiza se generación en generación, por puro oído.
Una de las plaza más importantes para el mariachi es la Plaza Garibaldi, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México y lugar donde se encuentra una de las cantinas más tradicionales del país: el Tenampa. En esa taberna, departieron importantes figuras de la cultura popular mexicana, como Pedro Infante, Chavela Vargas, Frida Kahlo, Diego Rivera, José Alfredo Jiménez, Javier Solís, Agustín Lara, Lola Beltrán, Toña la Negra, Jorge Negrete, Juan Gabriel y muchos otros.

"La Plaza Garibaldi, si acaso no la cuna del mariachi, ha sido por años Mariachilandia, y desparrama sus mariachis por todos los barrios y las colonias citadinas. Cada vez que un vecino, de madrugada, por causa justificada de boda o cumpleaños o asunto amoroso o 10 de mayo, o mero gusto, celebra su mexicana desgarrada alegría, se regala un mariachazo importado de la Garibaldi y de paso lo regala a todos los vecinos para que se desvelen en mexicana alegría. La música mexicana frecuentada por el mariachi es un rico epítome cultural", escribe el cronista José de la Colina.

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