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'El ángel de la muerte': el peor asesino serial argentino cumplió 70 años

CC0 / Pexels / Un arma de fuego (referencial)
Un arma de fuego (referencial) - Sputnik Mundo, 1920, 21.01.2022
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Carlos Robledo Puch mató a sangre fría a 11 personas a principios de la década de 1970, por lo que es el mayor asesino en serie de Argentina. Tenía 20 años cuando fue detenido y por su facciones de efebo fue apodado 'el ángel de la muerte'. Cumple condena perpetua efectiva y, con 70 años, es la persona que estuvo más años preso en el país.
Bestia, fiera, muñeco maldito, verdugo de serenos. El chacal, el unisex, el gato rojo, el colorado. Carita de ángel, ángel negro, ángel de la muerte. Con todos estos alias la prensa de Argentina apodó a Carlos Robledo Puch en los días siguientes a su aprehensión, el 3 de febrero de 1972.
El caso estremeció a la sociedad tanto por los detalles de los crímenes como por la imposibilidad de explicarlos, asesinatos a sangre fría realizados por un jóven de clase media de la zona norte acomodada de Buenos Aires, que pocos años antes tomaba clases de piano y cuyos rasgos de efebo de rizos cobrizos y ojos claros contradecía para los estándares de la época lo monstruoso de sus actos.
"Las crónicas de la época daban cuenta de las ideas lombrosianas [por el criminólogo italiano Cesare Lombroso], donde se creía que el delincuente tenía que ser alguien provisto de fealdad", dijo a Sputnik el cronista de policiales Rodolfo Palacios, autor del libro biográfico de referencia El Ángel negro (2010).
El día que fue detenido, en la puerta de su casa, tenía 20 años recién cumplidos. Esa misma noche había cometido sus últimos dos asesinatos, a quien fuera su amigo y el segundo de sus cómplices, Héctor Somoza, después de un robo a una ferretería donde ya había matado al cuidador nocturno Manuel Acevedo.
"Mataba como si fuera un juego, por la espalda o mientras las personas dormían, sin ningún motivo. Nunca su vida estuvo en peligro y los botines los usaba para gastar en autos que no hubiera podido comprar y en vivir la dolce vita", comentó el periodista de investigación.
Palacios visitó al condenado 10 veces en la cárcel y recibió 40 cartas suyas. Enojado luego de la publicación de su biografía, Robledo Puch le comentó a un compañero de pabellón que si alguna vez era liberado, lo primero que haría sería ir a matar a su biógrafo de tres tiros en la nuca.
Fue condenado por el asesinato de 11 personas, todos cometidos en menos de un año, lo que lo transforma en el asesino serial más prolífico de Argentina. La mayoría eran cuidadores de los locales donde entraban a robar con su secuaz, pero también arrebató la vida a dos jóvenes mujeres a las que mató por la espalda después de que su primer aliado, Jorge Ibañez, abusara de ellas.
CC0 / Graciela García Romero / Carlos Eduardo Robledo PuchCarlos Eduardo Robledo Puch, el asesino más famoso de Argentina.
Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino más famoso de Argentina. - Sputnik Mundo, 1920, 21.01.2022
Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino más famoso de Argentina.
La muerte de Ibañez en un extraño accidente de tránsito en el que Robledo Puch iba al volante es sospechada como un asesinato más de la lista, mientras que hubo una mujer que sobrevivió por milagro luego de ser baleada en el pecho por Robledo Puch y violada por su cómplice.

Anuario de sangre

El 15 de marzo de 1971, Robledo Puch y Jorge Ibáñez, asesinaron al barman de una discoteca, Manuel Godoy, y al gerente del local, Pedro Mastronardi. Las víctimas estaban dormidas cuando el Ángel les disparó con el revólver calibre 32 que robaron del mismo establecimiento.
El 3 de mayo de 1971, Robledo Pucho ejecutó de dos tiros en la cabeza a José Bianchi, sereno de una casa de repuestos. Su esposa, Dora, que dormía en otro catre junto a su marido, fue herida de un balazo en el pecho y después violada por Ibañez. Una bala fue encontrada en los barrotes de la cuna donde dormía la bebé recién nacida de las víctimas, que resultó ilesa.
El 24 de mayo de 1971, Juan Scattone, sereno de un supermercado, fue rematado a balazos a corta distancia mientras dormía sobre una mesa. Los forajidos brindaron con whisky sobre su cadáver.
Lugar de un asesinato (ilustración) - Sputnik Mundo, 1920, 06.09.2016
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El 13 de junio de 1971, los delincuentes secuestraron y subieron a su auto a la joven de 16 años Virginia Rodríguez. La llevaron a un descampado en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, donde Ibañez la violó. Robledo Puch la ultimó por la espalda después de haberle dicho que la dejaban ir.
El 24 de junio de 1971, los dos vuelven a repetir el mismo modus operandi con otra joven, Ana María Dinardo. Ibañez abusa de ella, pero, frente a su resistencia, no la viola. Robledo vuelve a ejecutar a esta muchacha también por la espalda, en el mismo lugar que la anterior.
El 5 de agosto de 1971, muere Ibáñez, que tenía entonces tan solo 17 años, en un extraño siniestro automovilístico. Robledo Puch manejaba el auto y se dio a la fuga. Nunca fue juzgado ni condenado y la muerte fue catalogada como accidental.
El 15 de noviembre de 1971, Robledo Puch y su nuevo cómplice, Héctor Somoza, de 18 años, asesinan a Raúl Delbene, guardia nocturno de un supermercado. No se llevaron nada: las cajas de seguridad y cajones estaban vacías.
El 17 de noviembre de 1971, el asesino ultimó de dos balazos a Juan Carlos Rozas, vigilante de una concesionaria de autos a la que entraron por el techo a la noche, misma operación de ingreso que en los demás robos.
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El 25 de noviembre de 1971, la víctima fue otro sereno de una agencia de autos, Bienvenido Ferrini. Después de cinco horas, perforaron con un soplete una caja fuerte y se llevaron un botín millonario.
El 3 de febrero de 1972, Robledo Puch fusiló primero a Manuel Acevedo, vigilante de una ferretería. Luego cometió el último de sus asesinatos, el que lo condenó. Después de un forcejeo confuso, en el que no se sabe si Somoza agarró a su cómplice para festejar la obtención de un nuevo botín millonario, el asesino interpretó el gesto como una traición y lo mató de dos tiros.
Después le quemó las huellas dactilares y la cara con el soplete, para que no pudieran identificarlo. Robledo Puch olvidó que en un bolsillo de Somoza quedó una cédula de identificación con su nombre, que guió a la Policía directamente a su domicilio unas horas más tarde.

De por vida

Su proceso judicial terminó en 1980, cuando fue finalmente sentenciado a cadena perpetua por tiempo indeterminado, que según el Código Penal argentino anterior a posteriores reformas implicaba que sería de por vida.
En el país el tiempo máximo de prisión perpetua es de 35 años antes de poder solicitar la libertad condicional, pero este beneficio le fue negado por la Justicia en las más de 10 instancias de requerimiento a las que tuvo derecho desde 2000, por considerarlo no apto para reinserción y carente de familiares que pudieran albergarlo.
"Tiene reclusión por tiempo indeterminado, que es anticonstitucional; su pena fue agotada. Otras personas condenadas por homicidios múltiples obtuvieron la libertad. El argumento para que no le den siquiera arresto domiciliario por su edad es que, según los peritos psiquiátricos, sigue siendo peligroso. No lo quieren liberar porque hay un costo político alto, los jueces de la causa jamás van a firmar para soltarlo", enfatizó Palacios.
Robledo Puch fue primero alojado como detenido en la Unidad Penal 9 de la ciudad de La Plata, cabecera de la provincia de Buenos Aires, entre 1972 y 1980. En julio de 1973, se fugó por 68 horas, pero fue recapturado.
Después de su sentencia, fue enviado a la prisión de máxima seguridad de Sierra Chica, en la localidad de Olavarría, provincia de Buenos Aires, donde en 1996 hubo un violento motín e intento de fuga en el cual murieron nueve presos.
"Cuando lo entrevisté, hace más de 10 años, ya estaba contaminado por los delirios de la soledad, de sobrevivir motines, de haber sido vejado por otros internos. Creo que ni él mismo puede explicar lo que pasó en su vida", comentó.
En 2019, luego de ser hospitalizado por una neumonía, fue internado en la cárcel bonaerense de Olmos, de régimen semiabierto, donde se alojan presos mayores de edad y prontos a ser liberados.
"Hablaba como si tuviera todavía 20 años, por los términos que utiliza; no tiene idea de cómo es la vida afuera. Intentar entender qué pasaba por su cabeza fue imposible, era inabordable hasta para los peritos. Era como hablar con un extraterrestre", destacó el cronista de crímenes.
El 19 de enero de 2022, el asesino —cuya biografía escrita por Palacios inspiró la premiada película El ángel— cumplió 70 años, y en pocos días cumplirá 50 años privado de su libertad, lo que también lo hace dueño del récord de ser la persona que más tiempo pasó tras las rejas en el país.
"Es el Charles Manson argentino —de hecho lo supera en cantidad de años preso—, con la diferencia de que Manson no se manchó las manos de sangre. Lo vivió como una aventura, él solo se hace cargo de los robos y dice que lo disfrutaba, esa adrenalina que sentía. Quizás pensó que nunca iría a prisión, o todo lo contrario, pensaba que su destino era ese", imaginó Palacios.
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