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La violencia se mantiene cruel e inamovible en México pese a baja de homicidios

© Foto : Unsplash / Maxim HopmanAsalto con arma de fuego
Asalto con arma de fuego - Sputnik Mundo, 1920, 26.01.2022
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CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — Los homicidios registrados en México en el primer semestre de 2021 sumaron 16.972, 6% menos que en el mismo período de 2020, Cifra que no despierta optimismo entre los especialistas, que cuestionan la impunidad que sigue arriba de 95% y las formas de violencia del crimen organizado.
Si bien celebran que el número representa 1.085 asesinatos menos que los 18.057 homicidios reportados en los primeros seis meses de 2020 -cifra máxima desde 1990, año desde que se tiene registro-, la violencia no da respiro por la sevicia sanguinaria de los hechos que cada día reporta la prensa, en el largo conflicto armado interno en sordina del crimen organizado.

"Estos datos solamente nos dicen algo cuando se presenta una tendencia en el mediano plazo. Es una disminución con un porcentaje marginal comparado con el año pasado, que puede ser multifactorial y debemos observar cómo se comporta en el largo plazo", dijo a Sputnik, Michael Chamberlain, consultor de organismos civiles defensores de derechos humanos.

Una tasa de 13 homicidios por cada 100.000 habitantes entre enero y junio del año pasado, comparado con los 14 del mismo periodo de 2020 no despierta ilusiones, porque al final de año se duplicaría a 26 por cada 100.000 habitantes si se mantiene esa tendencia, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El pico de una violencia atroz se alcanzó en 2020 cuando se registraron 36.579 homicidios en todo el año, a razón de 29 homicidios por cada 100.000 habitantes, misma tasa de 2019.
Con tres décadas en el terreno, el defensor indica que esos números muestran que es "difícil que el Gobierno cambie el modelo de seguridad pública que se adoptó desde hace 15 años, centrado en el uso de las Fuerzas Armadas (en) el combate al crimen (organizado) y ahora en la seguridad pública".

Sangre bajo la cifras

Lo que esos números no expresan son otras realidades exhibidas por cuerpos desmembrados y colgados de puentes, fosas clandestinas, decenas de miles de cuerpos sin reconocer y más de 90.000 personas cuyo paradero se ignora.
Tampoco reflejan el dolor y el miedo que se expande como una bruma cuando la violencia estalla en las proximidades más amenazantes, como la que sufren los periodistas cuando sus colegas mueren acribillados a balazos en las puertas de sus casas.
Chamberlain, que fue integrante del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, ombudsman), dice a Sputnik que esta realidad ha sido destacada "por muchos organismos internacionales, como el Comité de Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas, que calificó la estrategia de seguridad de las autoridades mexicanas como un modelo insuficiente y fallido"
El especialista recuerda que después de la primera visita al país que hizo este mes enero, el organismo de la ONU consignó que "no se están atendiendo las cuestiones que permitirían el desmantelamiento de grupos criminales que persisten a lo largo del tiempo y están al centro del contexto de violencia homicida".
Según los registros oficiales, más de 94.000 personas han sido desaparecidas, sobre todo después de 2006, año en que comenzó un combate frontal de las fuerzas armadas al crimen organizado, hasta el 1 de diciembre pasado, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió tres años en el cargo.
"Las decenas de miles de homicidios y las desapariciones forzadas no son fortuitos o casuales, son productos perturbadores de una violencia que se ha extendido por el poder destructivo de los grupos delincuenciales que lo provocan", dice Chamberlain.
El Gobierno mexicano reconoce que ese poderío se ha expandido y fortalecido, pero pone la pelota en la cancha de EEUU al acusar a los fabricantes de armas de ese país de ser responsables de traficar unas 200.000 unidades anuales.
Ese armamentismo nutre a los ejércitos informales de las redes criminales que trafican drogas, personas, secuestran y extorsionan, y se ceban con autoridades municipales, los alcaldes, el eslabón más débil de la cadena del poder.

Impunidad sin fin

Chamberlain indica que ha sido consignado por numerosos estudios que una estrategia eficaz real debe no solo contar con más acciones de inteligencia por parte del Gobierno, sino que "para acabar con la violencia debe desaparecer el factor de la impunidad, como señaló el Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU".
El presidente López Obrador repite todos los días que en su administración no está permitida la corrupción ni la impunidad; pero a tres años de gestión los resultados no aparecen y estas dos situaciones persisten, a pesar de los deseos del mandatario.
"¿Qué hace el Estado mexicano para acotar y atacar la impunidad que es de un 95% desde hace muchos años, desde tres periodos sexenales atrás?", se pregunta el entrevistado.
Otra gran tarea pendiente es "la ausencia de mecanismos de prevención que desarrolla el Gobierno para acabar con los secuestros, las desapariciones forzadas, y los asesinatos", añade el especialista.
¿Cuántos son los delitos que no se resuelven?, vuelve a interrogarse, para responder con cifras oficiales: "según entrevistas del Inegi, con víctimas son 95%, que arroja un balance de impunidad casi total".
Son las cifras del crimen masivo perfecto.
México: la seguridad pública y la violencia, desafíos clave del Gobierno
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