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Los lobos ya tenían la mutación para convertirse en chihuahuas hace 54.000 años

© Pixabay / BarnImagesUn chihuahua
Un chihuahua - Sputnik Mundo, 1920, 28.01.2022
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Al ver a perros diminutos la noción popular es que su existencia ha sido posible solo gracias a la selección genética realizada por los humanos, con el fin de dotarles de ciertas características. Sin embargo, un nuevo estudio indica que esta popular creencia no es del todo cierta, pues ya hace miles de años los lobos tenían esta mutación.
Según el estudio, una de las principales mutaciones genéticas responsables del pequeño tamaño de ciertas razas de perros, como los pomerania y los chihuahuas, evolucionó en parientes caninos mucho antes de que los humanos empezaran a criar a estos compañeros en miniatura. Los investigadores descubrieron que la mutación puede remontarse a hace más de 50.000 años.
Los investigadores descubrieron la mutación, que se encuentra en el gen del factor de crecimiento semejante a la insulina 1 (IGF1), estudiando los datos recogidos en el marco del Proyecto Genoma del Perro de los Institutos Nacionales de Salud del Reino Unido (NIH), un proyecto de ciencia ciudadana en el que los propietarios recogen muestras de ADN de sus perros.
Esta inusual mutación, encontrada no en el gen IGF1 en sí, sino en el ADN que regula la expresión de este gen, había eludido previamente a los investigadores durante más de una década.
Tras consultar con científicos del Reino Unido y Alemania, los investigadores descubrieron que la mutación estaba presente en el ADN de 54.000 años de antigüedad de fósiles de lobos siberianos (Canis lupus campestris), así como en el ADN de todas las especies de cánidos vivos en la actualidad, incluidos chacales, coyotes y perros de caza africanos.
"Es como si la naturaleza lo hubiera guardado en su bolsillo trasero durante decenas de miles de años hasta que lo necesitara", dijo en un comunicado la autora principal, Elaine Ostrander, genetista del NIH especializada en perros.
El descubrimiento ayuda a relacionar lo que sabemos sobre la domesticación de los perros y su tamaño corporal, añadió.

Mutación inusual

La nueva mutación se encuentra en una sección del ADN cercana al gen IGF1 y regula su expresión, lo que a su vez influye en el tamaño corporal del perro. Hay dos versiones, o alelos, de este fragmento de ADN: un alelo tiene una base extra de citosina (C) que provoca un menor tamaño corporal, y el otro alelo tiene una base extra de timina (T) que provoca un mayor tamaño corporal, explicó Ostrander a Live Science.
Cada perro hereda dos alelos del gen (uno de cada progenitor), lo que significa que puede tener dos versiones del alelo pequeño (CC), una de cada uno (CT) o dos del alelo grande (TT), añadió. Los investigadores examinaron el ADN de diferentes razas de perros y descubrieron una importante correlación entre los alelos y el tamaño: Los perros pequeños eran CC, los medianos CT y los grandes TT.
Después de encontrar la mutación, los investigadores de los NIH querían saber hasta dónde se podían rastrear los alelos en la evolución de los cánidos, lo que les llevó a buscar la mutación en el ADN de lobos antiguos a partir de genomas publicados en estudios anteriores.
"Nos sorprendió encontrar la mutación y nos encantó comprobar que ambas variantes [C y T] estaban presentes hace más de 54.000 años", declaró Ostrander a Live Science.
Los investigadores pensaban que el alelo de menor estatura era mucho más nuevo que el de mayor tamaño, pero resultó no ser así, añadió. La mutación IGF1 parece haber desempeñado un papel clave en la evolución de los cánidos más pequeños, como los chacales, los coyotes y los perros de caza africanos, todos los que tienen dos copias del alelo pequeño (CC). Sin embargo, es muy poco probable que los perros pequeños hayan evolucionado de forma natural hasta llegar a ser tan pequeños como lo son sin la intervención de la domesticación y la cría humana, añadió.
"El alelo pequeño se mantuvo en un nivel bajo [en los perros] durante decenas de miles de años hasta que se seleccionó durante o alrededor de la época de la domesticación", dijo Ostrander.
Esta cría se hizo para crear perros más pequeños que pudieran cazar mejor presas pequeñas, como los conejos, añadió. Según los investigadores, las primeras razas de perros ligeramente más pequeños, que acabaron siendo las versiones extremadamente miniaturizadas que vemos hoy, surgieron hace entre 7.000 y 9.500 años.
El gen IGF1 no es el único que influye en el tamaño corporal del perro. Al menos 20 genes conocidos codifican el tamaño del cuerpo, pero este gen en particular tiene una influencia enorme: es responsable de alrededor del 15% de la variación del tamaño corporal entre las razas de perros, una gran cantidad para un solo gen, dijo Ostrander.
A modo de comparación, cientos de genes influyen en el tamaño corporal de los seres humanos, sostuvo la investigadora. Pero no es sorprendente que los perros tengan menos genes relacionados con el tamaño del cuerpo si se tiene en cuenta que la mayoría de las razas de perros existen desde hace solo unos cientos de años, añadió.
Los investigadores seguirán estudiando más genes relacionados con el tamaño del cuerpo de los perros para comprender mejor cómo los genes trabajan juntos para determinar el tamaño exacto de cada raza, desde los chihuahuas hasta los gran daneses.
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