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Núñez Feijóo, el nuevo líder de la oposición española que llega para derrotar a Sánchez
Núñez Feijóo, el nuevo líder de la oposición española que llega para derrotar a Sánchez
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MOSCÚ (Sputnik) — El último acto de la violenta crisis del principal partido de la oposición española, el conservador Partido Popular (PP), se vivió el 2 de... 04.03.2022, Sputnik Mundo
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"No vengo aquí a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez", proclamó durante su intervención en un concurrido pabellón de la capital administrativa de Galicia, el presidente de esta región española del noroeste peninsular, Alberto Núñez Feijóo, en la que anunció por fin su intención de presentarse a la presidencia nacional del partido.Estas palabras de Feijóo suponían toda una declaración de intenciones, que se contraponían además al estilo del todavía presidente de su partido, Pablo Casado, y que pronto dejará de serlo, tras una feroz batalla interna en el seno del PP, que tuvo atónita a la sociedad española en las últimas semanas.Lo primero, la unidadSon varias las tareas que tiene por delante el exitoso político gallego que obtuvo cuatro mayorías absolutas en su región, tras el accidentado liderazgo de Casado al frente de los populares, que fue acusado por sus detractores de dar numerosos bandazos; perdido, según esta tesis, por la irrupción con fuerza de la ultraderecha en España.La primera, la de la unidad. La caída de Casado llegó tras una batalla fratricida entre este y la carismática presidenta regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso.Este jueves, el día después de que Feijóo revelara por fin que optaría a la presidencia de uno de los dos únicos partidos que ha gobernado España desde la instauración de la democracia, junto con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE); este zanjaba rápidamente los problemas internos de su formación, a preguntas de los periodistas.Luego, VOXUna vez pacificado el patio interno, deberá clarificar qué hace con VOX, la emergente fuerza de ultraderecha que, ante la indefinición de Casado, ha robado muchos de sus votantes al Partido Popular y amenaza con arrebatarle la hegemonía del voto conservador.La primera prueba estará en los pactos poselectorales de la región de Castilla y León, unas elecciones adelantadas, que supusieron uno de los últimos errores estratégicos de su predecesor Casado.Para salvar esta decisión embarazosa y a tenor de sus primeros posicionamientos, Feijóo descargará en sus líderes regionales el peso de gobernar con la ultraderecha; ya que, por el momento, esta opción parece aritméticamente inevitable.En esta línea está su respuesta dada a este asunto también este jueves, después de la reunión de su Gobierno y en la primera rueda de prensa que ofrecía tras postularse como líder conservador español.Además, de estas dos tareas iniciales, el Gobierno ya le lanzó los primeros mensajes, en unos días aún marcados informativamente por la crisis ucraniana y en los que cualquier manifestación de política nacional queda opacada por este hecho.La ministra de Justicia, Pilar Llop, le pidió "sentido de Estado" para renovar el órgano de Gobierno de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), un órgano constitucional cuya renovación está paralizada desde hace más de tres años, una parálisis que los socialistas atribuyen a Casado.Son varias las tareas que tiene ya desde antes de su estreno Feijóo, pero que de momento y debido a la especial situación informativa con Ucrania, no han hecho que el foco se sitúe sobre él; antes incluso de ser proclamado en el Congreso extraordinario que celebrará el Partido Popular en Sevilla los días 1 y 2 de abril y en el que los conservadores aspiran a encontrar un liderazgo con mayor respaldo interno del que gozó Casado en los últimos tres años y medio.
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Núñez Feijóo, el nuevo líder de la oposición española que llega para derrotar a Sánchez
MOSCÚ (Sputnik) — El último acto de la violenta crisis del principal partido de la oposición española, el conservador Partido Popular (PP), se vivió el 2 de marzo y se vio eclipsado, como casi todo en estos días, por el conflicto en Ucrania.
"No vengo aquí a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez", proclamó durante su intervención en un concurrido pabellón de la capital administrativa de Galicia, el presidente de esta región española del noroeste peninsular, Alberto Núñez Feijóo, en la que anunció por fin su intención de presentarse a la presidencia nacional del partido.
Estas palabras de Feijóo suponían toda una declaración de intenciones, que se contraponían además al estilo del todavía presidente de su partido, Pablo Casado, y que pronto dejará de serlo, tras una feroz batalla interna en el seno del PP, que tuvo atónita a la sociedad española en las últimas semanas.
Son varias las tareas que tiene por delante el exitoso político gallego que obtuvo cuatro mayorías absolutas en su región, tras el accidentado liderazgo de Casado al frente de los populares, que fue acusado por sus detractores de dar numerosos bandazos; perdido, según esta tesis, por la irrupción con fuerza de la ultraderecha en España.
La primera, la de la unidad. La caída de Casado llegó tras una batalla fratricida entre este y la carismática presidenta regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Este jueves, el día después de que Feijóo revelara por fin que optaría a la presidencia de uno de los dos únicos partidos que ha gobernado España desde la instauración de la democracia, junto con el
Partido Socialista Obrero Español (PSOE); este zanjaba rápidamente los problemas internos de su formación, a preguntas de los periodistas.
"Después de la Junta Directiva, este asunto quedó cerrado, quedó zanjado, y todos nos hemos comprometido a cicatrizar las posibles heridas que hubo durante las últimas semanas y a presentar un proyecto de futuro, y ya estamos en el futuro", dijo citando el cónclave en el que se acordó sustituir al presidente en un Congreso extraordinario que se celebrará a principios de abril, tras unos días protagonizados por las filtraciones y las puñaladas internas.
Una vez pacificado el patio interno, deberá clarificar qué hace con VOX, la emergente fuerza de ultraderecha que, ante la indefinición de Casado, ha robado muchos de sus votantes al Partido Popular y amenaza con arrebatarle la hegemonía del voto conservador.
La primera prueba estará en los pactos poselectorales de la región de Castilla y León, unas elecciones adelantadas, que supusieron uno de los últimos errores estratégicos de su predecesor Casado.
Para salvar esta decisión embarazosa y a tenor de sus primeros posicionamientos, Feijóo descargará en sus líderes regionales el peso de gobernar con la ultraderecha; ya que, por el momento, esta opción parece aritméticamente inevitable.
17 de febrero 2022, 17:34 GMT
En esta línea está su respuesta dada a este asunto también este jueves, después de la reunión de su Gobierno y en la primera rueda de prensa que ofrecía tras postularse como líder conservador español.
"El presidente Mañueco es la persona elegida por los castellanos y leoneses para intentar una sesión de investidura y es la persona que asume la responsabilidad, en el ámbito de sus competencias, de tomar decisiones", dijo Feijóo en referencia al líder de su partido en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
Además, de estas dos tareas iniciales, el Gobierno ya le lanzó los primeros mensajes, en unos días aún marcados informativamente por la crisis ucraniana y en los que cualquier manifestación de política nacional queda opacada por este hecho.
La ministra de Justicia, Pilar Llop, le pidió "sentido de Estado" para renovar el órgano de Gobierno de los jueces, el
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), un órgano constitucional cuya renovación está paralizada desde hace más de tres años, una parálisis que los socialistas atribuyen a Casado.
Son varias las tareas que tiene ya desde antes de su estreno Feijóo, pero que de momento y debido a la especial situación informativa con Ucrania, no han hecho que el foco se sitúe sobre él; antes incluso de ser proclamado en el Congreso extraordinario que celebrará el Partido Popular en Sevilla los días 1 y 2 de abril y en el que los conservadores aspiran a encontrar un liderazgo con mayor respaldo interno del que gozó Casado en los últimos tres años y medio.
