Miles de familias perdieron a sus parientes en esta guerra por el derecho a seguir siendo rusos.
En la foto: Residentes de la región de Donetsk durante el funeral de Aleksandr Lubenets, de 21 años, un combatiente de las milicias populares que murió el 24 de abril de 2014 durante el bombardeo del territorio de la República Popular de Donetsk por parte del Ejército ucraniano.
Casquillos de bala en un bastión ucraniano destruido en las afueras de Debáltsevo. Estos son los proyectiles que Ucrania ha utilizado para bombardear las ciudades de Donbás desde hace ocho años.
Las casas cercanas al aeropuerto de Donetsk, por el que se produjeron intensos combates en 2014 y 2015, sufrieron daños especialmente graves.
En la foto: Una casa en la aldea de Oktiabrski, cuyo propietario saca lo poco que queda tras el bombardeo de las Fuerzas Armadas ucranianas.
Algunas familias perdieron todas sus propiedades a causa de los bombardeos y se vieron obligadas a vivir permanentemente en refugios antiaéreos.
El hambre, la falta de agua, de calor, de medicinas... eran las condiciones en las que vivían los civiles que no tenían a dónde ir. Los mayores tenían que hacer largas colas para conseguir al menos algo de comida con el riesgo constante de ser alcanzados por el fuego de mortero de las Fuerzas Armadas ucranianas.
En la foto: Un residente de Debáltsevo con el pan que le entregó la milicia, febrero de 2015.
El 11 de febrero de 2015, un proyectil de las Fuerzas Armadas ucranianas alcanzó el hospital nº20 de Donetsk, según informó el servicio de prensa del Ministerio de Emergencias de la República Popular de Donetsk. Una enfermera y siete personas del departamento de neurología sufrieron heridas de metralla. Un hombre que caminaba por un puente cercano al hospital en el momento del bombardeo murió.
En la foto: Una empleada del hospital inspecciona los daños del edificio tras el bombardeo de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Miles de personas, especialmente mujeres y niños, se vieron obligadas a evacuar a regiones rusas debido a los bombardeos.
En la foto: Un padre se despide de su hijo que sale de Donetsk hacia Rusia con otros refugiados.
