El traslado de los combatientes ucranianos rendidos en Azovstal a un centro de detención

En 24 horas se rindieron 694 combatientes ucranianos que permanecían atrincherados en la planta de Azovstal, estos se sumaron a los que depusieron armas el día anterior, alcanzando una cifra total de 950.

En la foto: un convoy de autobuses con los ucranianos que se rindieron sale de la planta de Azovstal.

Todos los ultranacionalistas y militares ucranianos rendidos, excepto los heridos, fueron trasladados al centro de detención preventiva de la aldea de Yelenivka, en la República Popular de Donetsk. Mientras que los heridos fueron llevados a un hospital de la ciudad de Novoazovsk.

En la foto: los prisioneros ucranianos arriban al centro de detención preventiva.

Hay muchas leyendas sobre las catacumbas de la planta Azovstal. Se dice que los pasadizos subterráneos se extienden a lo largo de decenas de kilómetros y permiten recorrer grandes distancias. En la foto: un combatiente ucraniano en un autobús es trasladado al centro de detención preventiva en Yelenivka.

Los combatientes de Azov y los militares ucranianos mantuvieron este bastión durante casi tres meses. Sin embargo, a mediados de mayo, su situación era crítica: se habían quedado sin alimentos ni medicinas y el número de heridos superaba los 600.

En la mañana del 16 de mayo, los primeros 10 hombres salieron con banderas blancas de Azovstal. Durante las negociaciones, se llegó a un acuerdo para retirar a los heridos de Azovstal, tras lo cual se aplicó un cese al fuego y se abrió un corredor humanitario en las inmediaciones de la planta. Sin embargo, al atardecer quedó claro que muchas personas sanas decidieron rendirse junto con los heridos.

En la foto: los vehículos militares rusos escoltan al convoy de autobuses que transportan a los prisioneros ucranianos.

La rendición de los combatientes y militares ucranianos, que se atrincheraban en Azovstal, significa la liquidación de uno de los grupos más preparados para el combate de Ucrania. Sin embargo, no todos han salido de esos pasadizos subterráneos, se calcula que al menos 2.000 soldados ucranianos permanecen allí y mantienen unos 200 cadáveres refrigerados dentro de la planta.

Entre aquellos que se rindieron hay bastantes mercenarios extranjeros, instructores y oficiales occidentales. Al día siguiente del inicio de su rendición, las Fuerzas Armadas ucranianas realizaron ataques de artillería contra la aldea de Yelenivka, donde habían sido trasladados la mayoría de los ahora prisioneros.

El Comité de Investigación de Rusia planea interrogar a los militares ucranianos que se rindieron para determinar su implicación en los "crímenes cometidos contra civiles". La parte ucraniana dijo que tenía la intención de negociar un intercambio para recuperar a sus combatientes y entregar a cambio a los prisioneros rusos que están bajo su control.

En la foto: un autobús con los prisioneros ucranianos cerca del centro de detención preventiva en Yelenivka, Donetsk.

Las autoridades rusas aún no han garantizado el inicio del procedimiento de intercambio, mientras que el diputado de la Duma rusa, Anatoli Vásserman, propuso anteriormente la aprobación de una resolución o una ley que prohíba el intercambio de criminales nazis.

Esta propuesta fue apoyada por el presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, quien declaró que los criminales nazis no deben ser objeto de canje y que debe hacerse todo lo posible para que sean juzgados.

Esta postura cuenta con un amplio apoyo en la sociedad rusa. Al parecer, muchos de los miembros del regimiento neonazi Azov tienen antecedentes penales tanto en las República Popular de Lugansk como en la República Popular de Donetsk y en Rusia. Es por eso que muchos consideran que no son prisioneros de guerra, sino criminales de guerra. Además, Rusia ya dispone de una gran cantidad de militares ucranianos que pueden ser intercambiados sin contar con los que se rindieron en Azovstal. De esta manera, unos 5.000 militares ucranianos de diversos servicios y estructuras podrían ser intercambiados por prisioneros rusos.

El regimiento neonazi Azov, subordinado al Ministerio del Interior de Ucrania, surgió como una asociación de voluntarios tras el golpe de Estado en Ucrania. Entrenados por instructores de la OTAN, los combatientes de Azov luchan en Donbás desde 2014 y son conocidos por su extrema brutalidad hacia los civiles y los soldados rusos capturados. Siguen una ideología de extrema ultraderecha y neonazi, utilizan símbolos fascistas y son muy populares entre la juventud ucraniana.
En la foto: un autobús con prisioneros ucranianos en el centro de detención preventiva de Yelenivka, en Donetsk.