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"Si los viera Evita…": la polémica entre Cristina Fernández y los movimientos sociales argentinos

© Foto : Twitter / @CFKArgentinaCristina Fernández de Kirchner en el Plenario de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) en Avellaneda
Cristina Fernández de Kirchner en el Plenario de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) en Avellaneda - Sputnik Mundo, 1920, 30.06.2022
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Revuelo causaron en Argentina las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández sobre la "tercerización" de los planes sociales estatales a los movimientos sociales cercanos al presidente Alberto Fernández que administran los subsidios.
En un acto el 20 de junio, desde la tribuna del Plenario de la Central de Trabajadores de la Argentina, la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, abrió una nueva batalla contra el Gobierno de Alberto Fernández al apuntar directamente contra el manejo de los planes sociales.
La vicepresidenta criticó la "tercerización" de esos planes, es decir, que el control de estas ayudas del Estado, que vienen desde los años 2000, esté en manos de los movimientos sociales.

"Si los viera Evita qué vergüenza les daría. El peronismo es dar trabajo", dijo, recordando a Eva Duarte de Perón, la mítica esposa de Juan Domingo Perón, que gobernó Argentina desde 1945 hasta 1955, y también haciendo referencia a uno de los principales movimientos sociales, el Movimiento Evita.

Fernández de Kirchner enfatizó que el Estado "debe recuperar la auditoría y control de las políticas sociales" y agregó la necesidad de "recuperar el rol y transparentar el sistema ante la opinión pública".
La propuesta de Cristina Fernández de Kirchner consiste en que los planes sociales del programa Potenciar Trabajo sean controlados por los municipios y sus representaciones: los intendentes, quitándole poder a los movimientos sociales que florecieron durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2003-2015) y jugaron un papel fundamental después de la crisis y el estallido social de 2001.

La respuesta de los movimientos sociales

Los partidos y movimientos no tardaron en contestar a la vicepresidenta, defendiendo los planes sociales como una conquista de las luchas populares como paliativo a las crisis económicas de ayer y hoy.

La Unión de Trabajadores y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) declaró que "la economía popular es trabajo, no tercerización". Juan Grabois, el dirigente de la UTEP, subrayó a medios argentinos que "la economía popular no es tercerización de facultades que antes ejercía maravillosamente el Estado, sino creación heroica de los excluidos donde el Estado solo llega en patrullero y el mercado con descarte".

Dina Sánchez, referente del Frente Popular Darío Santillán, en honor al joven piquetero asesinado por la Policía bonaerense en la masacre de Avellaneda en junio de 2002, una manifestación fue brutalmente reprimida, comentó que la vicepresidenta "en esto opina desde el desconocimiento".
Mientras que Daniel Menéndez, del Movimiento Barrios de Pie, consideró que "las palabras de Cristina fueron despectivas y estigmatizantes".
Fernando Chino Navarro, funcionario de la Jefatura de Gabinete y dirigente del Movimiento Evita, lamentó que "pregonamos la unidad, pero la descalificación no ayuda. Parece que es más fácil ser patrón que dirigente. Los únicos que se benefician con estas peleas son Macri, Milei y los grupos económicos".

"Si Evita viviera estaría furiosa con la mayoría de los dirigentes políticos al ver esta Argentina con tanta pobreza estructural", agregó Navarro en respuesta al discurso de Cristina Fernández de Kirchner en el Plenario de la CTA.

¿Cómo surge el movimiento piquetero?

Los piqueteros, como se conoce a los movimientos sociales, surgieron en los años noventa al calor de las políticas privatizadoras del presidente Carlos Menem (1989-1999) y tomaron el protagonismo de la acción política directa a través de la práctica horizontal del asambleísmo y del piquete o corte de ruta como método de protesta.
Desde localidades marginadas del interior del país y desde los barrios obreros e industriales del Gran Buenos Aires y los principales centros urbanos se constituyeron asambleas autoconvocadas y movilizaciones constantes.
Marchas y huelgas sindicales para exigir políticas sociales y paliar los embates de una crisis económica sin precedentes, que se generaron en el aumento explosivo de la desocupación en el país por las políticas neoliberales y de privatizaciones furiosas del menemismo —que sostuvo una paridad cambiaria entre peso y dólar desde 1991 y que terminó con el estallido social, en diciembre de 2001—, se desangraba de forma inexorable junto con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La politóloga de la Universidad de Buenos Aires Gabriela Bukstein en su artículo Tiempo de oportunidades: el movimiento piquetero y la democratización en la Argentina, define el contexto del movimiento piquetero como, "caracterizado en lo político-económico por una serie de acciones que, desde el Estado, se orientan a la atracción de capitales externos y al disciplinamiento de la fuerza de trabajo a las condiciones impuestas por estos capitales".
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Crisis económica, resistencia y represión

La represión acompañó al movimiento piquetero desde los primeros piquetes en las puebladas en el interior del país a mediados de la década de 1990.
Producto de la ola privatizadora de empresas públicas, la zona petrolera de Cutral Có y Plaza Huincul en la provincia de Neuquén (sur) —dependiente de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)—, fue la primera en sufrir víctimas fatales debido a la represión de Gendarmería en 1997, con el asesinato de la trabajadora doméstica Teresa Rodríguez.
Esto fue agravando la crisis económica, política y social, que estalló en 2001 y provocó la renuncia, el 21 de diciembre, del presidente Fernando de la Rúa (1999-2001). Durante esas jornadas, en la Plaza de Mayo y alrededores, y en las principales ciudades del país, los manifestantes enfrentaban a las fuerzas de seguridad, en medio de una huelga general, saqueos, movilizaciones en todas las ciudades, cacerolazos en todos los barrios y una cruel represión policial que produjo 39 muertos en las calles.
Durante las primeras décadas de este siglo, los movimientos sociales continuaron consolidándose, contribuyendo a paliar la enorme crisis social de Argentina. Cuando llegó la pandemia de coronavirus en 2020 y 2021, jugaron un rol muy importante para evitar un estallido social, con la asistencia barrial, los comedores populares, ayudados por los planes sociales del Estado.
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El movimiento piquetero hoy

Con el paso del tiempo, estos movimientos sociales se han constituído en referentes políticos de la llamada economía popular. Hoy confluyen en el movimiento piquetero un gran número de organizaciones que van desde la economía popular, el cooperativismo, las fábricas recuperadas, pasando por el peronismo, el sindicalismo y la izquierda no peronista.
Con el arribo de Alberto Fernández a la presidencia en 2019, varios de estos movimientos sociales le dieron su apoyo en el Frente de Todos y muchos de sus dirigentes integraron el Gobierno.
Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, y Daniel Menéndez, del Movimiento Barrios de Pie, entraron en el Ejecutivo del presidente Alberto Fernández. Pérsico está hoy al frente de la secretaría de Economía Social desde la que controla los planes sociales, mientras que Menéndez estuvo dos años como subsecretario de Políticas de Integración y Formación.
Otros dirigentes sociales, como Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa, y Natalia Souto de Barrios de Pie, pelean por los derechos de los trabajadores de la economía popular desde la Cámara de Diputados. Juan Grabois, uno de los líderes sociales más conocidos en Argentina, se mantiene fuera de las instituciones, pero respalda de forma explícita al kirchnerismo.
Los principales movimientos sociales oficialistas son:
Movimiento Evita, dirigido por Emilio Pérsico, secretario de Economía Social del Ministro de Desarrollo Social de la Nación y Fernando Chino Navarro, secretario de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete de la Nación. Cuenta con la administración de 100.000 planes Potenciar Trabajo.
Corriente Clasista y Combativa (CCC), dirigida por Juan Carlos Alderete, diputado de la Nación por la provincia de Buenos Aires en representación del Frente de Todos. En la actualidad, administra 60.000 planes sociales.
Corriente de los Trabajadores Excluidos, dirigida por Juan Grabois, docente de derecho de la Universidad de Buenos Aires y dirigente social, a la vez se desempeña como consultor del Vaticano en Argentina. Cuenta con la administración de 50.000 planes Potenciar Trabajo.
Barrios de Pie, cuyo referente es Daniel Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración y Formación y Natalia Souto, diputada de la Nación por la provincia de Mendoza. Administra 100.000 planes Potenciar Trabajo.
Por fuera del peronismo está la Unidad Piquetera, que agrupa fundamentalmente a los movimientos sociales de izquierda y surge desde la base de agrupar a los referentes piqueteros que quedaron a la izquierda del gobernante Frente de Todos, donde muchos movimientos se agruparon en el opositor Frente de Izquierda como referente político electoral.
Este 29 de junio, más de 1.200 delegados de los distintos movimientos sociales de todo el país se dieron cita en la avenida 9 de julio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el plenario de la Unidad Piquetera en reclamo de trabajo genuino o la reapertura de los planes Potenciar Trabajo y pidiendo a la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), que "convoquen a una huelga general".
Durante los últimos meses de mayo y junio han protagonizado acampadas frente al Ministerio de Desarrollo Social, en protesta por la distribución de los planes sociales a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Entre los principales movimientos sociales que componen la Unidad Piquetera se encuentran:
Polo Obrero, dirigido por Eduardo Belliboni y Néstro Pitrola, exdiputado de la nación por la provincia de Buenos Aires. Cuenta con presencia en 22 provincias del país y más de 65.000 militantes estimados, según medios argentinos.
MST Teresa Vive, dirigido por Mónica Sulle como coordinadora nacional. Cuenta con 20.000 militantes a nivel nacional.
Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), dirigido por Damaris Rolón en vocería, cuenta con 9.000 militantes a nivel federal.
Barrios de Pie - Movimiento Libres del Sur, dirigido por Silvia Saravia, quien se distanció de Menéndez cuando este se unió a las filas del justicialismo, entre otros.
Comisario Inspector de la Policía bonaerense Alfredo Franchiotti (gorra) apuntando a Darío Santillán mientras Maximiliano Kosteki yace en el suelo de la Estación Avellaneda. Provincia de Buenos Aires, 26/06/2002 - Sputnik Mundo, 1920, 24.06.2022
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