"Si el Gobierno de Ecuador dispara a matar frente a los reclamos del pueblo, tiene que irse"
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Las y los 137 asambleístas de Ecuador tuvieron en sus manos la posibilidad de destituir al presidente, Guillermo Lasso, durante el paro nacional. Al no... 13.07.2022, Sputnik Mundo
2022-07-13T00:46+0000
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La Asamblea Nacional tuvo un rol destacado durante el paro de 18 días que sacudió los cimientos políticos de Ecuador. Avanzada la protesta, en sus manos estuvo el futuro del presidente Guillermo Lasso, que resultó fortalecido por la imposibilidad de las y los asambleístas para destituirlo. Pasada la movilización, actualmente trabaja para destituir a los ministros implicados en la represión que dejó al menos seis fallecidos.El Poder Legislativo ecuatoriano cuenta con 137 asambleístas. El pasado 28 de junio votó por la destitución del todavía presidente, cuando el paro nacional llevaba 16 días y no parecía tener una pronta solución. Para esa votación, cada partido político dejó la decisión a la consciencia de cada legislador.El único que votó orgánicamente a favor de la destitución de Lasso fue UNES (Unión por la Esperanza), alineado con el expresidente Rafael Correa (2007-2017). Los demás votaron desbandados, por lo cual no se alcanzaron los 92 votos necesarios —los dos tercios de la Asamblea— para mandar al presidente a su casa, que asuma el vice y convoque a elecciones en un plazo de 30 días.El movimiento indígena, articulado en torno a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), advirtió en repetidas oportunidades que el objetivo del paro no era destituir a Lasso, sino lograr la atención a sus demandas."Mire, nosotros hemos sido absolutamente claros con el país. Nosotros jamás utilizamos esta movilización de nuestros hermanos indígenas para destituir a un presidente", dijo a Sputnik el asambleísta Darwin Pereira, de Pachakutik, partido aliado a la Conaie.La mayoría de la bancada de Pachakutik pensó como él. "Por eso votamos la destitución, pero no perseguimos la cabeza del presidente. Las necesidades tienen que atenderse con este o con el presidente que venga".La negociación entre el Gobierno y los indígenas, ¿avanza?Las mesas de negociación entre el Gobierno de Lasso y el movimiento indígena para la atención de los 10 puntos del paro comenzaron el 7 de julio pasado. Pero las recientes declaraciones mediáticas del presidente, acusando a los manifestantes de estar financiados por el narcotráfico, no ayudan a mantener el clima de paz alcanzado el 30 de junio último, cuando se firmó el Acta por la Paz.Sumado a ello, seis personas murieron en las protestas, mayormente por la represión de las fuerzas de seguridad ecuatorianas. Pero la investigación de estas muertes no es parte del acuerdo.Además, 152 manifestantes fueron detenidos por participar del paro. Y los procesos siguen, como en el caso del presidente de la CONAIE, Leonidas Iza .Y agregó: "El Gobierno tampoco ha entendido el mensaje de los 80 votos en la Asamblea Nacional", donde faltaron nada más que 12 manos levantadas para lograr la destitución.Pereira destacó que el tránsito ya fue desbloqueado en todo el país, el ornato público ya fue repuesto, "están poniendo nuevamente adoquines a los parques. Pero las vidas humanas no volverán. Y acá hay un Gobierno que no toma en cuenta eso".Para el asambleísta, las declaraciones de Lasso "nuevamente están atizando el fuego, poniendo más carbón a la fogata, para que mañana nuevamente la gente salga a las calles. No vemos comprensión por parte del Gobierno".Lasso resucitadoCuando la Asamblea no logró destituirlo, dio fortaleza a la débil presidencia de Lasso. Recuperó legitimidad para dialogar con el movimiento indígena, con mediación de la Iglesia católica, y dos días después, el 30 de junio, pudo ver con satisfacción a miles de familias de áreas rurales y de la selva abandonar la ciudad de Quito y regresar a sus comunidades.Para Washington Orejuela, secretario en Ecuador del Consejo Nacional e Internacional de la Comunicación Popular (Conaicop), "el pueblo ecuatoriano fue traicionado por sus propios representantes en la Asamblea", en alusión a las abstenciones que hubo en partidos como Pachakutik o Izquierda Democrática.Ahora quedan tres meses para que el Gobierno y los indígenas negocien los 10 puntos de la demanda del paro."El movimiento indígena desmintió esta versión y aseguró que la manifestación fue financiada con víveres que aportaba la ciudadanía, entre otros elementos", comentó.Pero, de todas maneras, "al Gobierno no le interesa conversar con el pueblo, sino continuar con su plan neoliberal para traer caos y privatizar todo", dijo Orejuela.El juicio a los ministrosEn estos días, en la Asamblea Nacional recopilan información, testimonios y pruebas para elaborar un informe destinado a iniciar un juicio político contra Patricio Carrillo, ministro de Gobierno, y Luis Lara, ministro de Defensa, quienes coordinaron la represión a la protesta."Un hermano murió con una bomba de gas lacrimógeno en el ojo. No cayó del cielo, salió de las armas de la fuerza pública y eso es indiscutible", dijo el asambleísta. Y advirtió que, además de los ministros, serían enjuiciados jefes de la Policía.Para destituir a los ministros se necesitan también 92 votos, lo mismo que para sacar de la presidencia a Lasso. "Esperamos que con la investigación que estamos realizando se sumarán nuevos votos, considerando que presentaremos pruebas suficientes y fehacientes sobre el uso abusivo de la fuerza. No hay donde perderse, hay seis muertos en la protesta", evidenció.
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"Si el Gobierno de Ecuador dispara a matar frente a los reclamos del pueblo, tiene que irse"
Las y los 137 asambleístas de Ecuador tuvieron en sus manos la posibilidad de destituir al presidente, Guillermo Lasso, durante el paro nacional. Al no alcanzar los votos necesarios para hacerlo, le dieron aire para volver a negociar con el movimiento indígena. ¿Cuál será el próximo paso del Poder Legislativo?
La Asamblea Nacional tuvo un rol destacado durante el paro de 18 días que sacudió los cimientos políticos de Ecuador. Avanzada la protesta, en sus manos estuvo el futuro del presidente Guillermo Lasso, que resultó fortalecido por la imposibilidad de las y los asambleístas para destituirlo. Pasada la movilización, actualmente trabaja para destituir a los ministros implicados en la represión que dejó al menos seis fallecidos.
El Poder Legislativo ecuatoriano cuenta con 137 asambleístas. El pasado 28 de junio votó por la destitución del todavía presidente, cuando el paro nacional llevaba 16 días y no parecía tener una pronta solución. Para esa votación, cada partido político dejó la decisión a la consciencia de cada legislador.
El único que votó orgánicamente a favor de la destitución de Lasso fue UNES (Unión por la Esperanza), alineado con el expresidente Rafael Correa (2007-2017). Los demás votaron desbandados, por lo cual no se alcanzaron los 92 votos necesarios —los dos tercios de la Asamblea— para mandar al presidente a su casa, que asuma el vice y convoque a elecciones en un plazo de 30 días.
El movimiento indígena, articulado en torno a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), advirtió en repetidas oportunidades que el objetivo del paro no era destituir a Lasso, sino lograr la atención a sus demandas.
"Mire, nosotros hemos sido absolutamente claros con el país. Nosotros jamás utilizamos esta movilización de nuestros hermanos indígenas para destituir a un presidente", dijo a Sputnik el asambleísta Darwin Pereira, de Pachakutik, partido aliado a la Conaie.
Pereira participó de las movilizaciones, también votó a favor de la destitución de Lasso: "Un presidente que no entiende a su pueblo tiene que irse. Si el Gobierno sale a disparar a matar frente a los reclamos del pueblo que pide precios justos por su producción, o porque el combustible es extremadamente caro, obviamente tiene que irse".
La mayoría de la bancada de Pachakutik pensó como él. "Por eso votamos la destitución, pero no perseguimos la cabeza del presidente. Las necesidades tienen que atenderse con este o con el presidente que venga".
La negociación entre el Gobierno y los indígenas, ¿avanza?
Las mesas de negociación entre el Gobierno de Lasso y el movimiento indígena para la atención de los 10 puntos del paro comenzaron el 7 de julio pasado. Pero las recientes declaraciones mediáticas del presidente, acusando a los manifestantes de estar financiados por el narcotráfico, no ayudan a mantener el clima de paz alcanzado el 30 de junio último, cuando se firmó el Acta por la Paz.
Sumado a ello, seis personas murieron en las protestas, mayormente por la represión de las fuerzas de seguridad ecuatorianas. Pero la investigación de estas muertes no es parte del acuerdo.
"Es la parte negativa de todo esto: el Gobierno no entiende que un proceso de paz se construye cediendo espacio. Y no avanzando hacia la criminalización de la protesta", dijo el asambleísta.
Y agregó: "El Gobierno tampoco ha entendido el mensaje de los 80 votos en la Asamblea Nacional", donde faltaron nada más que 12 manos levantadas para lograr la destitución.
Pereira destacó que el tránsito ya fue desbloqueado en todo el país, el ornato público ya fue repuesto, "están poniendo nuevamente adoquines a los parques. Pero las vidas humanas no volverán. Y acá hay un Gobierno que no toma en cuenta eso".
Para el asambleísta, las declaraciones de Lasso "nuevamente están atizando el fuego, poniendo más carbón a la fogata, para que mañana nuevamente la gente salga a las calles. No vemos comprensión por parte del Gobierno".
Lasso resucitado
Cuando la Asamblea no logró destituirlo, dio fortaleza a la débil presidencia de Lasso. Recuperó legitimidad para dialogar con el movimiento indígena, con mediación de la Iglesia católica, y dos días después, el 30 de junio, pudo ver con satisfacción a miles de familias de áreas rurales y de la selva abandonar la ciudad de Quito y regresar a sus comunidades.
Para Washington Orejuela, secretario en Ecuador del Consejo Nacional e Internacional de la Comunicación Popular (Conaicop), "el pueblo ecuatoriano fue traicionado por sus propios representantes en la Asamblea", en alusión a las abstenciones que hubo en partidos como Pachakutik o Izquierda Democrática.
Ahora quedan tres meses para que el Gobierno y los indígenas negocien los 10 puntos de la demanda del paro.
"Desde el 7 de julio hay conversaciones, pero no caminan muy bien porque el Gobierno sale a decir que las manifestaciones fueron financiadas por narcotraficantes con 20 millones de dólares", dijo Orejuela a Sputnik.
"El movimiento indígena desmintió esta versión y aseguró que la manifestación fue financiada con víveres que aportaba la ciudadanía, entre otros elementos", comentó.
Pero, de todas maneras, "al Gobierno no le interesa conversar con el pueblo, sino continuar con su plan neoliberal para traer caos y privatizar todo", dijo Orejuela.
En estos días, en la Asamblea Nacional recopilan información, testimonios y pruebas para elaborar un informe destinado a iniciar un juicio político contra Patricio Carrillo, ministro de Gobierno, y Luis Lara, ministro de Defensa, quienes coordinaron la represión a la protesta.
"El primer paso es iniciar un juicio político a los ministros de Interior y de Defensa por la extralimitación en el uso de la fuerza pública en la represión a nuestros hermanos indígenas. Sus acciones superaron cualquier vandalismo que enfrentaban, porque tiraron a matar", sostuvo Pereira.
"Un hermano murió con una bomba de gas lacrimógeno en el ojo. No cayó del cielo, salió de las armas de la fuerza pública y eso es indiscutible", dijo el asambleísta. Y advirtió que, además de los ministros, serían enjuiciados jefes de la Policía.
Para destituir a los ministros se necesitan también 92 votos, lo mismo que para sacar de la presidencia a Lasso. "Esperamos que con la investigación que estamos realizando se sumarán nuevos votos, considerando que presentaremos pruebas suficientes y fehacientes sobre el uso abusivo de la fuerza. No hay donde perderse, hay seis muertos en la protesta", evidenció.
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