Un museo en Brasil mostrará la otra cara de la Operación Lava Jato
Un museo en Brasil mostrará la otra cara de la Operación Lava Jato
Sputnik Mundo
RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — La Operación Lava Jato arrancó en Brasil en 2014 y centró la atención de medio continente, destapando escándalos de corrupción... 10.08.2022, Sputnik Mundo
Ahora, un museo quiere contar esa historia… pero con una mirada bastante crítica.Lejos de ser un lugar para glosar los hitos de la lucha anticorrupción, el museo se plantea como un espacio para reflexionar sobre los abusos que se cometieron, como explica Maitê Ritz, portavoz del proyecto, a la Agencia Sputnik: "Lo que empezó como lucha contra la corrupción derivó en un movimiento. La manera en que se hizo debe ser criticada, hay que mostrar que la ley se usó para hacer persecución política", critica.El museo de momento es virtual, pero se espera que el año que viene inaugure una sede física en Curitiba, la capital del estado de Paraná (sur de Brasil) que se hizo famosa por ser el lugar desde donde el entonces todopoderoso juez Sérgio Moro lideraba la operación anticorrupción.La iniciativa es una idea de un grupo de juristas, historiadores y periodistas mayoritariamente progresistas y el financiamiento es privado. El museo contará con un archivo que reúna todo el material jurídico y periodístico relacionado con la Lava Jato y un núcleo de investigación sobre el lawfare —uso de la ley como persecución política—.También habrá un memorial en homenaje a la Vigilia Lula Libre, que reunirá más de 8.000 fotografías del grupo de personas que acampó durante 580 días frente a la comisaría donde Lula estuvo preso en Curitiba.ExposicionesDe cara al año que viene, el Museo de la Lava Jato pretende organizar exposiciones itinerantes y ofrecer becas para investigadores interesados en la base de datos de la institución. El grupo de investigación será coordinado por José Henrique de Faria, exrector de la Universidad Federal de Paraná.La inauguración del museo —de momento en su versión virtual— coincidió con el cumpleaños de 50 años del juez Moro, un personaje marcado "por el ego y la ambición", según Ritz, que cavó su propia tumba al medir mal sus fuerzas y dar el salto a la política. Tras su estruendoso paso por el Gobierno de Jair Bolsonaro como ministro de Justicia, intentó una candidatura presidencial que no salió adelante y ahora tendrá que conformarse con luchar por un asiento en el Senado.Tampoco viven su mejor momento otros iconos de la operación, como su excoordinador, el fiscal Deltan Dallagnol, y el exprocurador general de la República Rodrigo Janot, que esta semana fueron condenados por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) a devolver a los cofres públicos 2,8 millones de reales (546.000 dólares) que según los jueces fueron usados de forma indebida para pagar gastos personales de viajes y dietas en los años que duró la operación.La imagen que la sociedad brasileña tiene de la Operación Lava Jato empezó a cambiar sobre todo a raíz del escándalo VazaJato, destapado por el diario digital The Intercept, que gracias a un hacker consiguió desvelar las estrategias irregulares de colaboración entre Moro y los fiscales para acorralar a Lula e impedir que disputara las elecciones de 2018.
RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — La Operación Lava Jato arrancó en Brasil en 2014 y centró la atención de medio continente, destapando escándalos de corrupción alrededor de la petrolera Petrobras y llevando a la cárcel incluso al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).
Ahora, un museo quiere contar esa historia… pero con una mirada bastante crítica.
Lejos de ser un lugar para glosar los hitos de la lucha anticorrupción, el museo se plantea como un espacio para reflexionar sobre los abusos que se cometieron, como explica Maitê Ritz, portavoz del proyecto, a la Agencia Sputnik: "Lo que empezó como lucha contra la corrupción derivó en un movimiento. La manera en que se hizo debe ser criticada, hay que mostrar que la ley se usó para hacer persecución política", critica.
El museo de momento es virtual, pero se espera que el año que viene inaugure una sede física en Curitiba, la capital del estado de Paraná (sur de Brasil) que se hizo famosa por ser el lugar desde donde el entonces todopoderoso juez Sérgio Moro lideraba la operación anticorrupción.
La iniciativa es una idea de un grupo de juristas, historiadores y periodistas mayoritariamente progresistas y el financiamiento es privado. El museo contará con un archivo que reúna todo el material jurídico y periodístico relacionado con la Lava Jato y un núcleo de investigación sobre el lawfare —uso de la ley como persecución política—.
También habrá un memorial en homenaje a la Vigilia Lula Libre, que reunirá más de 8.000 fotografías del grupo de personas que acampó durante 580 días frente a la comisaría donde Lula estuvo preso en Curitiba.
De cara al año que viene, el Museo de la Lava Jato pretende organizar exposiciones itinerantes y ofrecer becas para investigadores interesados en la base de datos de la institución. El grupo de investigación será coordinado por José Henrique de Faria, exrector de la Universidad Federal de Paraná.
La inauguración del museo —de momento en su versión virtual— coincidió con el cumpleaños de 50 años del juez Moro, un personaje marcado "por el ego y la ambición", según Ritz, que cavó su propia tumba al medir mal sus fuerzas y dar el salto a la política. Tras su estruendoso paso por el Gobierno de Jair Bolsonaro como ministro de Justicia, intentó una candidatura presidencial que no salió adelante y ahora tendrá que conformarse con luchar por un asiento en el Senado.
Tampoco viven su mejor momento otros iconos de la operación, como su excoordinador, el fiscal Deltan Dallagnol, y el exprocurador general de la República Rodrigo Janot, que esta semana fueron condenados por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) a devolver a los cofres públicos 2,8 millones de reales (546.000 dólares) que según los jueces fueron usados de forma indebida para pagar gastos personales de viajes y dietas en los años que duró la operación.
La imagen que la sociedad brasileña tiene de la Operación Lava Jato empezó a cambiar sobre todo a raíz del escándalo VazaJato, destapado por el diario digital The Intercept, que gracias a un hacker consiguió desvelar las estrategias irregulares de colaboración entre Moro y los fiscales para acorralar a Lula e impedir que disputara las elecciones de 2018.
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