Una divisa común entre Argentina y Brasil: alternativa para el dólar en el mediano plazo
Una divisa común entre Argentina y Brasil: alternativa para el dólar en el mediano plazo
Sputnik Mundo
El propósito de Brasil y Argentina de implementar una divisa paralela para facilitar sus transacciones comerciales y, en consecuencia, disminuir la dependencia... 23.01.2023, Sputnik Mundo
El profesor de la Universidad Federal de Ceará, estado ubicado en el noreste brasileño, consideró que, tras un periodo de distanciamiento entre Brasilia y Buenos Aires, es muy bienvenida la intención de reconectar.El presidente argentino, Alberto Fernández, recibió este 23 de enero a su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, en la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo argentino, para revisar la agenda bilateral.Según cifras del Banco Mundial, Brasil es la economía más grande de la región latinoamericana, además de ser el segundo país más poblado del continente, solo superado por Estados Unidos. Así, a nivel geopolítico, Sobral consideró que la unificación de la estrategia entre ese país y Argentina puede fortalecer las relaciones sudamericanas con China.China ya es el principal socio comercial de Brasil, de acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica (OCE), además de que tras tomar posesión como presidente, Lula da Silva informó de sus intenciones de ampliar aún más el intercambio comercial con el líder asiático, la segunda economía más grande del planeta, solo superada por Estados Unidos.También China figura ya como el principal socio comercial de Argentina, subrayó el profesor brasileño, además de que el país sudamericano es candidato a sumarse a la alianza comercial que encabezan Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, conocida como BRICS.El Gobierno de Jair Bolsonaro produjo un distanciamiento de Buenos Aires por su orientación ideológica divergente, por lo que antes del estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, la Administración argentina buscó aproximarse a Moscú ante el vacío regional brasileño, recordó Sobral.El fortalecimiento del mercado interno brasileño, estimó el economista, "hará bien a Argentina y le proporcionará a ella un mercado creciente también".Sin embargo, pese a las buenas expectativas, Sobral estimó que no tiene sentido crear una moneda común para América del Sur a la manera del euro de la Unión Europea, que en los hechos perjudicó a los países menos industrializados y favoreció la industria de Alemania."Los costos fueron unificados en el conjunto de Europa y por la dimensión de su industria Alemania acabó atrayendo la producción industrial aún más para su territorio, provocando con ello que ocurriera un proceso sensible de desindustrialización", criticó.Sin embargo, el economista consideró positiva la oportunidad de una unidad monetaria común para las transacciones entre Argentina y Brasil, lo que además permitiría al segundo país escapar de las fluctuaciones especulativas en torno al dólar y el real, la moneda brasileña."Como la gente importa muchos productos industrializados, cuando la moneda brasileña se desvaloriza mucho ocurre un aumento de precios, un proceso inflacionario. Entonces, una moneda comercial podría dar una mayor estabilidad y ayudar a huir de esos mercados de divisas dirigidos por megaespeculadores", señaló Sobral.Además, el profesor universitario evaluó que este mercado común podría facilitar el fortalecimiento del Mercado Común del Sur (Mercosur). Un eventual fortalecimiento del Mercosur, estimó, podría atraer a más países y multiplicar sus intereses de sumarse a la alianza.Sobral también consideró que esta posible divisa común entre Argentina y Brasil podría fortalecer al continente ante organismos internacionales del llamado Sur Global. El experto cita el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), también conocido como Banco de los BRICS, como elemento clave para fortalecer una moneda sudamericana, junto con las relaciones comerciales con China, Rusia e India."Un gran negocio sería que esa moneda pudiera ser aceptada en contratos de largo plazo de venta de petróleo", describió, en un momento en que el petrodólar ha empezado a perder espacio frente al petroyuan, el mercado energético ligado a China, además de que potencias pertroleras como Arabia Saudita han descrito su disposición a negociar el hidrocarburo en yuanes.
El propósito de Brasil y Argentina de implementar una divisa paralela para facilitar sus transacciones comerciales y, en consecuencia, disminuir la dependencia del dólar puede ser una alternativa firme en el mediano plazo, estimó el economista Fabio Sobral.
El profesor de la Universidad Federal de Ceará, estado ubicado en el noreste brasileño, consideró que, tras un periodo de distanciamiento entre Brasilia y Buenos Aires, es muy bienvenida la intención de reconectar.
El presidente argentino, Alberto Fernández, recibió este 23 de enero a su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, en la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo argentino, para revisar la agenda bilateral.
Según cifras del Banco Mundial, Brasil es la economía más grande de la región latinoamericana, además de ser el segundo país más poblado del continente, solo superado por Estados Unidos. Así, a nivel geopolítico, Sobral consideró que la unificación de la estrategia entre ese país y Argentina puede fortalecer las relaciones sudamericanas con China.
China ya es el principal socio comercial de Brasil, de acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica (OCE), además de que tras tomar posesión como presidente, Lula da Silva informó de sus intenciones de ampliar aún más el intercambio comercial con el líder asiático, la segunda economía más grande del planeta, solo superada por Estados Unidos.
El Gobierno de Jair Bolsonaro produjo un distanciamiento de Buenos Aires por su orientación ideológica divergente, por lo que antes del estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, la Administración argentina buscó aproximarse a Moscú ante el vacío regional brasileño, recordó Sobral.
El fortalecimiento del mercado interno brasileño, estimó el economista, "hará bien a Argentina y le proporcionará a ella un mercado creciente también".
Sin embargo, pese a las buenas expectativas, Sobral estimó que no tiene sentido crear una moneda común para América del Sur a la manera del euro de la Unión Europea, que en los hechos perjudicó a los países menos industrializados y favoreció la industria de Alemania.
"Los costos fueron unificados en el conjunto de Europa y por la dimensión de su industria Alemania acabó atrayendo la producción industrial aún más para su territorio, provocando con ello que ocurriera un proceso sensible de desindustrialización", criticó.
Sin embargo, el economista consideró positiva la oportunidad de una unidad monetaria común para las transacciones entre Argentina y Brasil, lo que además permitiría al segundo país escapar de las fluctuaciones especulativas en torno al dólar y el real, la moneda brasileña.
"Como la gente importa muchos productos industrializados, cuando la moneda brasileña se desvaloriza mucho ocurre un aumento de precios, un proceso inflacionario. Entonces, una moneda comercial podría dar una mayor estabilidad y ayudar a huir de esos mercados de divisas dirigidos por megaespeculadores", señaló Sobral.
Además, el profesor universitario evaluó que este mercado común podría facilitar el fortalecimiento del Mercado Común del Sur (Mercosur). Un eventual fortalecimiento del Mercosur, estimó, podría atraer a más países y multiplicar sus intereses de sumarse a la alianza.
Sobral también consideró que esta posible divisa común entre Argentina y Brasil podría fortalecer al continente ante organismos internacionales del llamado Sur Global. El experto cita el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), también conocido como Banco de los BRICS, como elemento clave para fortalecer una moneda sudamericana, junto con las relaciones comerciales con China, Rusia e India.
"La moneda podría incluso ser una alternativa a mediano plazo para el dólar. Podría competir con el dólar en mercados internacionales", dijo.
"Un gran negocio sería que esa moneda pudiera ser aceptada en contratos de largo plazo de venta de petróleo", describió, en un momento en que el petrodólar ha empezado a perder espacio frente al petroyuan, el mercado energético ligado a China, además de que potencias pertroleras como Arabia Saudita han descrito su disposición a negociar el hidrocarburo en yuanes.
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