Sobrevivir al terremoto de México en 1985 y presenciar los de Turquía: tragedias en primera persona
Sobrevivir al terremoto de México en 1985 y presenciar los de Turquía: tragedias en primera persona
Sputnik Mundo
El 6 de febrero Turquía y Siria vivieron dos fuertes sismos de magnitud 7,8 y 7,5. Estos provocaron la muerte de más de 4.300 personas y dejaron más de 19.000... 07.02.2023, Sputnik Mundo
Cerca de las 4:30 de la mañana (hora local de Turquía) Gabriela Cano, una mexicana que vive en Turquía desde hace siete años, se despertó y vio las noticias. Habían pasado menos de 15 minutos desde que el primer terremoto de magnitud 7,8 sacudió la ciudad de Gaziantep. Cerca de nueve horas después, una réplica de magnitud 7,5 volvió a golpear el centro del país.Gabriela cuenta que es la primera vez en la historia de Turquía que el Gobierno activa la alerta número 4. "Es un grito de auxilio a la comunidad internacional porque está pasando una desgracia, por poner un calificativo, porque de verdad que no hay un calificativo para lo que está pasando aquí", apunta.En sus palabras, el terremoto no afectó únicamente a una ciudad, pues en Hatay situada en el sureste del país, una explosión sacudió un gasoducto y provocó un incendio. Mientras que en Iskenderun, un hospital colapsó tras el movimiento telúrico.Todo esto sucede cuando el país se encuentra en invierno, relata Gabriela al señalar que "los inviernos acá son muy, muy fuertes y hay nieve, entonces, esto dificulta más las labores de rescate".Gabriela también explicó que en muchas ciudades como en Gaziantep fue imposible salir debido al estado de las carreteras, por lo que muchas personas que tuvieron que dejar sus casas ahora se encuentran en refugios. En tanto, una amiga suya que vivía en Iskenderun, precisa, se encuentra ahora mismo viajando con su familia hacia Estambul. "Ella viene con sus dos hijitos que estuvieron grabando las imágenes mientras salían de la ciudad y [en la grabación] se escucha a su hija diciendo: 'mamá, ¿qué pasó? ¡Es una casa, es una casa!'", comparte."Ellos tuvieron que dejar su casa, pasar la noche en el coche como refugio y después tratar de salir de la ciudad, esto fue toda una travesía porque las calles y las carreteras también están dañadas y (…) están durmiendo en una gasolinera", agregó.Al mismo tiempo, en Siria, en Alepo, Latakia, Tartús, enfatiza Gabriela, los terremotos dejaron un saldo de más de 1.200 personas fallecidas, pero las autoridades advirtieron que las cifras podrían aumentar en el transcurso de las siguientes horas.Un amigo sirio de Gabriela, a quien ella le preguntó cómo estaba, envió el siguiente mensaje:Gabriela dijo que tras lo ocurrido, tanto ella como los residentes en general están pendientes todo el día de lo que está aconteciendo y muchos están buscando la manera de apoyar como voluntarios o yendo a los centros de acopio tanto para ayudar como para llevar víveres."A mí me tocó el sismo del 85 [en México] y el de 2017 me tocó estando aquí en Turquía y yo recuerdo esta frase que siempre decimos: hoy por ti, mañana por mí y en esos tiempos que eran también de muchísima impotencia por estar lejos, de querer estar allá, abrazar a mis compatriotas, poder seguir siendo parte de esas manos que estaban ayudando aquí nos juntamos e hicimos un evento en donde todos los turcos vinieron y se unieron a nosotros para poder recaudar fondos y poder hacer esta donación a una de las comunidades que estaban afectadas allá. Esto es algo que lo llevo muy dentro de mi corazón, entonces hoy aplica la frase el ayer fue por mí, hoy es por ustedes", cuenta Gabriela.En Estambul siempre se espera un gran terremotoKaren es otra mexicana que desde hace unos cuatro años vive en Estambul, ciudad donde a pesar de que no se percibió el sismo "siempre existe un miedo latente, ya que es una zona de temblores. Aquí en Turquía hay dos placas tectónicas y hay una falla tectónica, son placas muy grandes, entonces siempre se espera un gran terremoto"."Tenían la memoria del terremoto del 17 de agosto del 1999, en el que hubo más de 17.000 muertos y, ahora, esto lo ha superado porque fueron 10 ciudades afectadas", precisa Karen a tiempo de señalar que "en Turquía el ambiente es totalmente de tristeza porque es una tragedia bastante fuerte".El papel de las redes sociales en la tragediaLas redes sociales, en opinión de Karen, han jugado un papel muy importante durante la catástrofe porque mucha gente atrapada entre los escombros ha compartido sus testimonios y su ubicación desde sus teléfonos móviles.Sin embargo, ella considera que eso "hace totalmente más dramática la situación, se vive mucha tristeza, pero se ayuda en lo que se puede".Karen comparte que hay muchos centros de acopio tanto en Estambul, cerca de cada municipio, como en Turquía, donde se está haciendo todo lo posible para enviar víveres por la vía terrestre y aérea.
El 6 de febrero Turquía y Siria vivieron dos fuertes sismos de magnitud 7,8 y 7,5. Estos provocaron la muerte de más de 4.300 personas y dejaron más de 19.000 heridos en ambos lados de la frontera.
Cerca de las 4:30 de la mañana (hora local de Turquía) Gabriela Cano, una mexicana que vive en Turquía desde hace siete años, se despertó y vio las noticias. Habían pasado menos de 15 minutos desde que el primer terremoto de magnitud 7,8 sacudió la ciudad de Gaziantep. Cerca de nueve horas después, una réplica de magnitud 7,5 volvió a golpear el centro del país.
"Era el último día de vacaciones, era la noche para amanecer y regresar a las actividades tanto de trabajo como el colegio de los niños (…) si multiplicamos los edificios derrumbados por cada apartamento, por cada familia que vivía en ellos, podemos tal vez alcanzar a dimensionar un poquito la magnitud de esta tragedia", cuenta a Sputnik Gabriela Cano, quien también vivió el terremoto de magnitud 8,1ocurrido el 19 de septiembre de 1985 en México, que dejó en aquel entonces un saldo de 20.000 decesos según las cifras de organizaciones no gubernamentales.
Gabriela cuenta que es la primera vez en la historia de Turquía que el Gobierno activa la alerta número 4.
"Es un grito de auxilio a la comunidad internacional porque está pasando una desgracia, por poner un calificativo, porque de verdad que no hay un calificativo para lo que está pasando aquí", apunta.
En sus palabras, el terremoto no afectó únicamente a una ciudad, pues en Hatay situada en el sureste del país, una explosión sacudió un gasoducto y provocó un incendio. Mientras que en Iskenderun, un hospital colapsó tras el movimiento telúrico.
Todo esto sucede cuando el país se encuentra en invierno, relata Gabriela al señalar que "los inviernos acá son muy, muy fuertes y hay nieve, entonces, esto dificulta más las labores de rescate".
Gabriela también explicó que en muchas ciudades como en Gaziantep fue imposible salir debido al estado de las carreteras, por lo que muchas personas que tuvieron que dejar sus casas ahora se encuentran en refugios. En tanto, una amiga suya que vivía en Iskenderun, precisa, se encuentra ahora mismo viajando con su familia hacia Estambul.
"Ella viene con sus dos hijitos que estuvieron grabando las imágenes mientras salían de la ciudad y [en la grabación] se escucha a su hija diciendo: 'mamá, ¿qué pasó? ¡Es una casa, es una casa!'", comparte.
"Ellos tuvieron que dejar su casa, pasar la noche en el coche como refugio y después tratar de salir de la ciudad, esto fue toda una travesía porque las calles y las carreteras también están dañadas y (…) están durmiendo en una gasolinera", agregó.
Imágenes de Nancy Öztürk. Compatriota mexicana evacuando la ciudad de Iskenderun con su familia. #Turquía#SismoTurquia
Al mismo tiempo, en Siria, en Alepo, Latakia, Tartús, enfatiza Gabriela, los terremotos dejaron un saldo de más de 1.200 personas fallecidas, pero las autoridades advirtieron que las cifras podrían aumentar en el transcurso de las siguientes horas.
"Y Siria, como sabemos, lleva más de 10 años en guerra", recordó ella al señalar que esto afectó a la infraestructura del país y ahora en estas horas de tragedia "también está impidiendo que la ayuda llegue allí".
Un amigo sirio de Gabriela, a quien ella le preguntó cómo estaba, envió el siguiente mensaje:
"Están ocurriendo catástrofes y estas catástrofes pueden tomar años, piensa en ti debajo de esas piedras, muriendo de hambre en la oscuridad, sin sentir esperanza. Si alguien pudiera dar una mano para mostrar la esperanza de esas personas, por favor, ayúdenos", compartió Gabriela.
Gabriela dijo que tras lo ocurrido, tanto ella como los residentes en general están pendientes todo el día de lo que está aconteciendo y muchos están buscando la manera de apoyar como voluntarios o yendo a los centros de acopio tanto para ayudar como para llevar víveres.
"A mí me tocó el sismo del 85 [en México] y el de 2017 me tocó estando aquí en Turquía y yo recuerdo esta frase que siempre decimos: hoy por ti, mañana por mí y en esos tiempos que eran también de muchísima impotencia por estar lejos, de querer estar allá, abrazar a mis compatriotas, poder seguir siendo parte de esas manos que estaban ayudando aquí nos juntamos e hicimos un evento en donde todos los turcos vinieron y se unieron a nosotros para poder recaudar fondos y poder hacer esta donación a una de las comunidades que estaban afectadas allá. Esto es algo que lo llevo muy dentro de mi corazón, entonces hoy aplica la frase el ayer fue por mí, hoy es por ustedes", cuenta Gabriela.
Decimos "hoy por ti, mañana por mí" Hace 5 años y medio en Estambul, los turcos se unieron en solidaridad con los mexicanos para apoyar a los damnificados del sismo de 2017. Nos necesitan.
Karen es otra mexicana que desde hace unos cuatro años vive en Estambul, ciudad donde a pesar de que no se percibió el sismo "siempre existe un miedo latente, ya que es una zona de temblores. Aquí en Turquía hay dos placas tectónicas y hay una falla tectónica, son placas muy grandes, entonces siempre se espera un gran terremoto".
"Tenían la memoria del terremoto del 17 de agosto del 1999, en el que hubo más de 17.000 muertos y, ahora, esto lo ha superado porque fueron 10 ciudades afectadas", precisa Karen a tiempo de señalar que "en Turquía el ambiente es totalmente de tristeza porque es una tragedia bastante fuerte".
Las redes sociales, en opinión de Karen, han jugado un papel muy importante durante la catástrofe porque mucha gente atrapada entre los escombros ha compartido sus testimonios y su ubicación desde sus teléfonos móviles.
Sin embargo, ella considera que eso "hace totalmente más dramática la situación, se vive mucha tristeza, pero se ayuda en lo que se puede".
Karen comparte que hay muchos centros de acopio tanto en Estambul, cerca de cada municipio, como en Turquía, donde se está haciendo todo lo posible para enviar víveres por la vía terrestre y aérea.
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