A 50 años del bloqueo de Ciudad Vieja, cuando la Armada uruguaya quiso defender la democracia
A 50 años del bloqueo de Ciudad Vieja, cuando la Armada uruguaya quiso defender la democracia
Sputnik Mundo
La madrugada del 9 de febrero de 1973, el vicealmirante de la Armada uruguaya Juan José Zorrilla Camps ordenó bloquear el centro histórico de la ciudad de... 09.02.2023, Sputnik Mundo
Uruguay conmemora el 9 de febrero uno de los episodios heroicos en defensa de la institucionalidad constitucional y la democracia del país, cuando el vicealmirante de la Armada uruguaya Zorrilla Camps, en respeto de la Constitución Política y la institucionalidad del país, ordenó bloquear el estratégico e histórico barrio montevideano conocido como Ciudad Vieja.El bloqueo de Ciudad Vieja fue un intento de defender la democracia ante la asonada golpista que propició el Ejército Nacional y la Fuerza Aérea contra el Gobierno de Juan María Bordaberry (1972-1973), tras la decisión del Poder Ejecutivo de sustituir al entonces ministro de Defensa Nacional, Armando Malet, con la intención de controlar a las ramas castrenses.Bordaberry asumió la Presidencia como sucesor de Jorge Pacheco Areco (1967-1972), quien fue el impulsor de la lucha antisubversiva en el Uruguay, en particular la persecución del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN), mediante la promulgación de las cuestionadas "medidas prontas de seguridad", que suspendían transitoriamente las garantías constitucionales ante casos de ataque exterior o conmoción interior.En este contexto global de Guerra Fría y de "lucha antisubversiva", como la denominaban los Gobiernos de la época, aquel 8 de febrero de 1973, los cuerpos de tierra y aire de las Fuerzas Armadas uruguayas anunciaron que desconocían el nombramiento del general Antonio Francese como ministro de Defensa Nacional, acuartelaron tropas y emitieron un comunicado tras tomar el canal de televisión público.El 9 de febrero, el vicealmirante Zorrilla Camps ordenó a fusileros de la Armada el bloqueo de los accesos al barrio portuario con autos y buses a modo de barricadas, con el objetivo de ofrecer resguardo al presidente Bordaberry en la sede de la Armada, ante la sublevación de las otras ramas militares.El 11 de febrero, Bordaberry pactó con los sublevados, y debido a amotinamientos en el seno de la propia Armada, Zorrilla Camps dejó el mando de la fuerza naval. "Con el mismo valor moral con que enfrentamos esta circunstancia, y entendiendo que ello es favorable a la normalización de la situación nacional, solicito a usted señor presidente se sirva relevarme del cargo con que me honrara. Espero que cada uno de los actores de estos sucesos asuma su responsabilidad ante la historia", escribió el vicealmirante en su carta de renuncia.Tras la renuncia de Zorrilla Camps, asumió a la cabeza de la Armada el capitán de navío Conrado Olazábal, quien se plegó a la postura del Ejército y la Fuerza Aérea.El 12 de febrero, Bordaberry y las Fuerzas Armadas firmaron el Acuerdo de Boiso Lanza, en el que se pactó la continuidad de Bordaberry, se encomendó a los militares "brindar seguridad al desarrollo nacional" y se creó el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), órgano asesor de presidencia en materia de orden interno.El Acuerdo de Boiso Lanza fue el prolegómeno al quiebre democrático en el Uruguay, en un contexto global de Guerra Fría y de terrorismo de Estado a nivel regional, fomentado por la Escuela de las Américas de Panamá y financiado por Washington.El 27 de junio de 1973, Juan María Bordaberry pasó de presidente constitucional a presidente de facto (1973-1976), tras propiciar un autogolpe de Estado, mediante la disolución del Poder Legislativo —sustituido por el Consejo de Estado vía designación del Poder Ejecutivo—, y la supresión de garantías constitucionales y civiles para organizaciones sociales, partidos políticos y sindicatos. Así dio inicio a la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985).Con posterioridad, Zorrilla Camps fue electo senador en 1984 y luego se desempeñó como embajador del Gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), ante el Estado Vaticano. En 1990, se retiró de la vida pública a los 80 años de edad."Honrado, firme, claro, con ese estilo abierto y campechano propio de nuestro pueblo, guardamos de él un imborrable recuerdo. Fue leal a sus convicciones coloradas y batllistas, leal a su juramento militar de respeto a las instituciones democráticas, leal a la Armada a la que sirvió, leal a sus amigos, entre los que tuve el honor de contarme", escribió sobre Zorrilla Camps el expresidente Sanguinetti, con ocasión del centenario de su natalicio en 2020.Juan José Zorrilla falleció el 5 de enero de 2012 a los 92 años, en la ciudad de Montevideo.
La madrugada del 9 de febrero de 1973, el vicealmirante de la Armada uruguaya Juan José Zorrilla Camps ordenó bloquear el centro histórico de la ciudad de Montevideo para proteger la institucionalidad del país ante la sublevación de las tropas del Ejército nacional y la Fuerza Aérea que anticipó el golpe de Estado en el país sudamericano.
Uruguay conmemora el 9 de febrero uno de los episodios heroicos en defensa de la institucionalidad constitucional y la democracia del país, cuando el vicealmirante de la Armada uruguaya Zorrilla Camps, en respeto de la Constitución Política y la institucionalidad del país, ordenó bloquear el estratégico e histórico barrio montevideano conocido como Ciudad Vieja.
El bloqueo de Ciudad Vieja fue un intento de defender la democracia ante la asonada golpista que propició el Ejército Nacional y la Fuerza Aérea contra el Gobierno de Juan María Bordaberry (1972-1973), tras la decisión del Poder Ejecutivo de sustituir al entonces ministro de Defensa Nacional, Armando Malet, con la intención de controlar a las ramas castrenses.
Bordaberry asumió la Presidencia como sucesor de Jorge Pacheco Areco (1967-1972), quien fue el impulsor de la lucha antisubversiva en el Uruguay, en particular la persecución del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN), mediante la promulgación de las cuestionadas "medidas prontas de seguridad", que suspendían transitoriamente las garantías constitucionales ante casos de ataque exterior o conmoción interior.
En este contexto global de Guerra Fría y de "lucha antisubversiva", como la denominaban los Gobiernos de la época, aquel 8 de febrero de 1973, los cuerpos de tierra y aire de las Fuerzas Armadas uruguayas anunciaron que desconocían el nombramiento del general Antonio Francese como ministro de Defensa Nacional, acuartelaron tropas y emitieron un comunicado tras tomar el canal de televisión público.
El 9 de febrero, el vicealmirante Zorrilla Camps ordenó a fusileros de la Armada el bloqueo de los accesos al barrio portuario con autos y buses a modo de barricadas, con el objetivo de ofrecer resguardo al presidente Bordaberry en la sede de la Armada, ante la sublevación de las otras ramas militares.
El 11 de febrero, Bordaberry pactó con los sublevados, y debido a amotinamientos en el seno de la propia Armada, Zorrilla Camps dejó el mando de la fuerza naval. "Con el mismo valor moral con que enfrentamos esta circunstancia, y entendiendo que ello es favorable a la normalización de la situación nacional, solicito a usted señor presidente se sirva relevarme del cargo con que me honrara. Espero que cada uno de los actores de estos sucesos asuma su responsabilidad ante la historia", escribió el vicealmirante en su carta de renuncia.
Tras la renuncia de Zorrilla Camps, asumió a la cabeza de la Armada el capitán de navío Conrado Olazábal, quien se plegó a la postura del Ejército y la Fuerza Aérea.
El 12 de febrero, Bordaberry y las Fuerzas Armadas firmaron el Acuerdo de Boiso Lanza, en el que se pactó la continuidad de Bordaberry, se encomendó a los militares "brindar seguridad al desarrollo nacional" y se creó el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), órgano asesor de presidencia en materia de orden interno.
El Acuerdo de Boiso Lanza fue el prolegómeno al quiebre democrático en el Uruguay, en un contexto global de Guerra Fría y de terrorismo de Estado a nivel regional, fomentado por la Escuela de las Américas de Panamá y financiado por Washington.
El 27 de junio de 1973, Juan María Bordaberry pasó de presidente constitucional a presidente de facto (1973-1976), tras propiciar un autogolpe de Estado, mediante la disolución del Poder Legislativo —sustituido por el Consejo de Estado vía designación del Poder Ejecutivo—, y la supresión de garantías constitucionales y civiles para organizaciones sociales, partidos políticos y sindicatos. Así dio inicio a la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985).
Con posterioridad, Zorrilla Camps fue electo senador en 1984 y luego se desempeñó como embajador del Gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), ante el Estado Vaticano. En 1990, se retiró de la vida pública a los 80 años de edad.
"Honrado, firme, claro, con ese estilo abierto y campechano propio de nuestro pueblo, guardamos de él un imborrable recuerdo. Fue leal a sus convicciones coloradas y batllistas, leal a su juramento militar de respeto a las instituciones democráticas, leal a la Armada a la que sirvió, leal a sus amigos, entre los que tuve el honor de contarme", escribió sobre Zorrilla Camps el expresidente Sanguinetti, con ocasión del centenario de su natalicio en 2020.
Juan José Zorrilla falleció el 5 de enero de 2012 a los 92 años, en la ciudad de Montevideo.
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