Según datos de un sondeo realizado por VTSIOM, uno de cada tres interrogados exige pena de muerte para los corruptos y quienes cometen crímenes en materia económica; el 38% insisten en realizar una purga capital entre los funcionarios del Estado.
Los rusos están cansados de escuchar infinitas conversaciones sobre la lucha contra la corrupción y de ser testigos de unas campañas de desenmascaramiento que de tiempo en tiempo se organizan en diversos departamentos. La sociedad se ha exasperado y exige aplicar medidas más rigurosas.
Como la primera causa de la corrupción muchos señalan la avidez no restringida por nada de los funcionarios y empresarios. En el segundo lugar ponen la "ineficacia del Estado". Mientras que estas mismas personas no consideran un mal grave sus propios pecados (según el sondeo, más de la mitad de la población da dádivas), sólo el 18% creen que la propagación de la corrupción tiene su origen en el bajo nivel del acatamiento de las leyes por parte de la aplastante mayoría de la población.
El problema serio exige adoptar medidas radicales. Verdad que la pena capital figura en el quinto lugar en la lista. En el primero está la confiscación de los bienes de los corruptos y sus familiares (39% de los interrogados). Pero las ideas como la de investir de facultades complementarias a los organismos judiciales y la de estimular a los deseosos de declarar contra su vecino rico han recibido apoyo sólo del 19 y el 17% de los respondientes, respectivamente.
La mayoría (el 58%) no cree en la posibilidad de "unir la voluntad política y la decisión de las autoridades a los esfuerzos de toda la sociedad", sosteniendo que la corrupción es inextirpable en Rusia. Pero tales ánimos van cediendo lugar a los opuestos: el los últimos año y medio ha aumentado del 30 al 35% el número de quienes opinan lo contrario. Ellos están convencidos de que Rusia y la corrupción no son sinónimos.
