Rusia y EE UU optaron por cruzarse de amenazas tras el fracaso de las conversaciones bilaterales sobre OMC, mantenidas en el marco de la cumbre del G-8 de San Petersburgo. La confrontación hace improbable concluir el proceso negociados con Estados Unidos antes de octubre, advierten expertos.
Echó leña al fuego el ministro ruso de Agricultura, Alexei Gordeev. Durante el encuentro de ayer con el presidente Vladimir Putin declaró que "se estudia revisar a la baja las preferencias a la importación de la carne de pollo estadounidense, otorgadas a EE UU durante las conversaciones sobre la OMC." El equipo negociador vela por la salud de los ciudadanos de Rusia, aseguró ayer el jefe de la Agencia de Control Veterinario, Serguei Dankvert, y prohibió importar carne de pollo desde el estado de Michigan por brote de gripe aviar.
Los rusos consumen un poco más de 2 millones de toneladas de carne de ave al año. Las cuotas restringen las importaciones a 1,09 millones de toneladas. Principales proveedores son EE UU (74% del total de ventas) y la Unión Europea (18%).
De las declaraciones desafiantes de los funcionarios rusos no se desprende que la firma del protocolo de ingreso de Rusia en la Organización Mundial del Comercio quedaría aplazada por un tiempo indefinido, hace constar una fuente en el Kremlin. "La parte norteamericana prometió arreglar el asunto el próximo mes de octubre y aún no ha dado la marcha atrás", dice y agrega que el país podría proceder a la revisión de las cuotas de importación de carne de ave. "Es una política normal que promueve el país interesado en proteger sus intereses en el proceso de adhesión a la OMC. De momento, el ingreso en esta organización no redunda en beneficio de Rusia", comenta una fuente en el equipo negociador ruso.
