En Rusia se ha sentado un precedente de persecución penal por la instigación del odio interétnico a través de Internet. Los comentaristas locales señalan en este contexto que el ‘extremismo digital' podría quedar tipificado próximamente como delito en el Código Penal.
El jueves, la Fiscalía de Kaliningrado remitió al juzgado el expediente de Alexey Safin, jefe de la delegación regional del Movimiento contra Inmigración Ilegal (Movinil). Según la acusación, Safin había colocado reiteradamente artículos y dibujos xenófobos en la página web de su organización.
El portavoz del Movinil, Alexander Belov, cree que ese proceso judicial ‘no tiene futuro, por falta de acción constitutiva de delito'. ‘Safin no acusaba a los tayikos a raíz de su nacionalidad, lo que decía es que muchos tayikos venden heroína' - afirma él, dando a entender que ‘las autoridades intentan nuevamente eliminar a las ONG que estiman inconvenientes'.
En primavera pasada, un diputado parlamentario propuso introducir en la Ley contra el extremismo una serie de enmiendas, mediante las cuales sería posible cerrar un sitio web por la propaganda de ideas radicales y sentenciar a sus propietarios a penas de prisión de hasta cinco años. El respectivo proyecto ha sido sometido ya a la evaluación en la Corte Suprema y en el Gobierno federal.
Prácticamente todos los expertos locales indican que es peligroso establecer la censura en Internet reconociendo al mismo tiempo que es bastante difícil hacer la línea divisoria entre una consigna chovinista y un simple intento de expresare en público. A día de hoy, no existen en la práctica internacional algunas normativas oficiales que definan el término de extremismo digital.
Algunos observadores locales admiten que, lamentablemente, muchas cosas se llevan a un extremo absurdo en Rusia: ‘Empezarán luchando contra el extremismo en la red y acabarán prohibiendo Internet como tal'.
