Las empresas operadoras de los proyectos Sakhalin-1 y Sakhalin-2 podrían ampliar próximamente su plataforma de negociación con el Estado ruso, gracias a lo cual será posible eliminar al menos una parte de las reclamaciones que en estos últimos meses les presentan diversas instituciones públicas.
Un ejecutivo de Gazprom anunció ayer que el grupo está dispuesto a comprar la totalidad del gas que produzcan aquéllas, lo cual permite ‘gasificar el Extremo Oriente de Rusia de manera más rápida y coherente'.
Sin embargo, será bastante difícil para Gazprom acceder a las reservas del gas en Sakhalin, evaluadas en más de un billón de metros cúbicos: ambos proyectos están protegidos por la denominada ‘cláusula del abuelo' que no deja empeorar las condiciones de su explotación.
Como eventuales fórmulas de compromiso se han barajado hasta ahora dos opciones: o la renuncia completa a los privilegios previstos en los acuerdos del reparto de la producción, o bien, la ampliación de la participación rusa en esos proyectos.
Ya existen calendarios de entrega y volúmenes preacordados para buena parte del gas procedente de Sakhalin-2. La operadora del proyecto, Sakhalin Energy, reconoce al mismo tiempo que el asunto no se limita al suministro del gas natural licuado y que habrá una cantidad extra, la cual se entregará a la parte rusa cuando se proceda al reparto de la producción. Es algo que será factible dentro de algunos años, después de que el proyecto se haya vuelto rentable. De momento, no hay excedente alguno y las fechas de entrega en los contratos con Japón y Corea del Sur se han retrasado desde noviembre de 2007 al año siguiente.
En el proyecto Sakhalin-1 será un tanto más fácil para Gazprom. Todavía quedan algunas cantidades sin contratar y los representantes de ExxonMobile, operadora de Sakhalin-1, admiten que la empresa sigue examinando todas las opciones de venta posibles.
