Gasprom y el Kremlin tomaron una decisión informal, por la cual el consorcio gasístico ruso adquiriría la participación que poseen en la anglo-rusa los accionistas rusos: Alfa Group de Mijaíl Fridman y Guerman Khan, Acces Industries de Leonard Blavatnik y Renova de Victor Vekselberg. Los accionistas no están en contra de vender sus títulos, pero como siempre se presenta el problema de precio.
TNK-BP cuesta mucho más que Sibneft que Gasprom adquirió hace un año (en aquella ocasión el presidente Putin planteó cerrar la transacción a precios de mercado, y el consorcio gasístico pagó 13,7 mil millones de dólares por el 72% de las acciones de la petrolera. Analistas sostienen que la participación del 50% en TNK-BP podría venderse a un precio de 20-30 mil millones de dólares.
Resulta evidente que Gasprom se vuelca para rebajar el precio de la adquisición. Las reclamaciones que el Ministerio de Recursos Naturales presentó a las compañías que explotan el yacimiento de Kovytka -una de las principales unidades de producción de TNK-BP- podrían facilitar el diálogo negociador, máxime que el presidente ruso haya secundado la iniciativa de revocar la licencia para el desarrollo del mencionado yacimiento por lo que se abarata sustancialmente la participación rusa en TNK-BP.
El presidente de Renova, Victor Vekselberg, responsable de los proyectos gasísticos que ejecuta la anglo-rusa podría ceder su participación en la compañía a un precio de bagatela. Pero sus socios están en contra. Importa señalar que el proyecto de Kovytka se mantiene estancado por negativa de Gasprom a exportar el gas natural procedente de este yacimiento.
