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París es célebre en todo el mundo por su grandioso legado cultural. Asimismo, su tradición vinícola lo distingue, pese a no ser tan conocida a nivel mundial. En el famoso barrio de Montmartre, se brinda un elixir de dioses que destaca por su olor agudo y sabor amargo.
En Francia, país de tradición vinícola, la producción de este elixir es una de las costumbres más antiguas y preciadas de los pobladores. Famosa por sus luces y museos, París también tiene potentes viñedos.
Desde el siglo XVI, la localidad de Montmartre era centro de vendimias, y todavía hoy, después de 5 siglos alberga el viñedo antiguo y conocido de la capital francesa.
Las cualidades del vino no se describen al oído, ni siquiera a la vista, hace falta captarlo a través del olfato y el paladar para poder apreciarlo en todas sus dimensiones.
''Hace años, yo solía comprar este vino porque no me quedaba otro remedio, pero nunca forzaba a mis invitados a beberlo. En lugar de eso, me limitaba a animarles a ver lo bonita que era su etiqueta'', decía el alcalde de París, Bertrand Delanoé, a los periodistas que habían acudido a ver toda la uva recolectada. ''Pero va mejorando año tras año y ahora se ha convertido en algo realmente muy bebible''.
El vino francés es de las montañas bajas. Similar a otros de la región. Absolutamente rústico, con mucho color, agudo y a la vez amargo pero muy bueno. Cuando el tiempo es bueno como en este año, obtenemos buenos resultados.
Los recolectores de esta zona cuidan el proceso de selección de las uvas.
Para la cosecha hay reglas que deben saberse, por ejemplo 500 litros de vino sirven para llenar 50 botellas que luego de macerarse en las bodegas está listo para ser bebido.
Pero mientras que Montmartre tiene, indudablemente, el honor de poseer el viñedo más antiguo y conocido de la ciudad, hay que decir aquí que el suyo no es, ciertamente, el único que hay en París.
Recientemente se han replantado otros viñedos por toda la ciudad y en el conjunto de la región de Ile de France, todos ellos fuertemente subvencionados por las autoridades locales. En la actualidad ya existen unas 100 viñas diferentes, aproximadamente, la mayoría de pequeño tamaño y todas con un carácter indudablemente urbano.
El vino de Montmartre se vende a beneficio de fondos sociales de la comunidad y como todo buen producto vinícola, se dice que mejora con los años.
