Estados Unidos y Japón se emplean a fondo por conseguir que el Consejo de Seguridad de la ONU decrete sanciones contra Corea del Norte que el lunes pasado anunció haber realizado ensayo nuclear. Moscú, por boca del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, anunció su disposición a "participar en los esfuerzos conjuntos por dar arreglo negociado, diplomático a la situación configurada en torno a Corea del Norte".
Bajo el término "arreglo negociado" tanto Moscú como Pekín entienden la no aplicación de sanciones.
¿Qué actitud adoptaría la diplomacia rusa? Los intercambios comerciales entre Corea del Norte y Rusia se sitúan en tan sólo $240 millones anuales, suma incomparable con los de Rusia con Irán, donde Moscú tiene enormes intereses económicos y, por lo tanto, se opone a las sanciones contra este país.
"Rusia ha condenado el ensayo nuclear norcoreano, pero debe velar por sus intereses, porque cualquier conflicto militar en la Península de Corea acarrearía consecuencias catastróficas para el Lejano Oriente desde el punto de vista ecológico y demográfico. Ahora la población local compra dosímetros y, en caso de estallar una guerra, huiría en desbandada", explicó lo cauto de la postura rusa Alexander Zhebin, director del Centro de Estudios Coreanos, dependiente del Instituto del Lejano Oriente (Academia de Ciencias de Rusia).
Según el experto, en caso de que se decreten sanciones y, con tanta más razón, estalle una guerra, "se verían fuertemente dañados nuestros intereses económicos, vinculados con el tendido del oleoducto hacia el Océano Pacífico y del gasoducto a través de la Península de Corea, con el empalme de los ferrocarriles Transiberiano y Transcoreano". Estos ambiciosos y costosos proyectos, dice Zhebin, podrían ser puestos en entredicho, congelados, todo lo cual evidencia que no estamos interesados en absoluto en el empleo de la fuerza armada para dar solución al problema.
"EE.UU., enfangado en Irak, sueña con ‘regalarle' un foco de tensión en la frontera. Los yanquis mirarían episodios de esta guerra por la TV, mientras los rusos y chinos se enfrentarían con un problema grave. Por lo que a los coreanos se refiere, tanto los del norte como del sur, el flagelo de la guerra afectaría cada hogar. Por lo tanto, hay que dejar bien claro: "Será Rusia la que decidirá qué hacer con Corea del Norte", dijo a título de colofón el director del Centro de Estudios Coreanos.
