Shell propuso a Gasprom actuar en calidad de contratista en el proceso de desarrollo del yacimiento Shtokman. Según parece, la oferta busca el objetivo de normalizar las relaciones con las autoridades rusas que detectaron violaciones de la legislación ecológica en el proceso de ejecución del proyecto "Sajalin-2".
Shell obtendría no pocos beneficios, participando en los trabajos de explotación del yacimiento Shtokman, incluso en calidad de contratista, llegaron a la conclusión compartida los expertos.
Existen tres vías de arreglar el asunto litigioso.
Gasprom insiste en aumentar sustancialmente su participación en el proyecto "Sajalin-2", reclamando al menos el 25% de las acciones más una. Si Shell cede ante las presiones del consorcio gasístico ruso, el Gobierno ruso no procederá a revisar el contrato de reparto de la producción (CRP) y accederá a aumentar hasta 20 mil millones el precio del proyecto.
Según la segunda variante, Gasprom se convertiría en accionista minoritario en el proyecto con todas las consecuencias que ello implique (revisión de los términos del CRP y modificación a la baja del precio del proyecto hasta 16-18 mil millones de dólares).
De optar por confrontación con Gasprom, el consorcio ruso podría apelar a la justicia europea, demandando el pago de multas por incumplir Shell sus compromisos asumidos en calidad de la operadora del proyecto "Sajalin-2".
"La posible revisión de los términos del CRP busca el objetivo de aumentar la rentabilidad del proyecto. En tal caso la participación de Rusia se elevará hasta el 70%", comenta el analista del Centro de Coyuntura Política, Dmitri Absalov.
