El consorcio finlandés Ruukki Group lleva el propósito de construir en la parte europea de Rusia un aserradero y una fábrica de celulosa, dotando a ambos proyectos de unos 500 millones de euros. La entrada en vigor, desde el 1 de enero de 2007 del nuevo Código Forestal, que contempla la posibilidad de arrendar a largo plazo zonas boscosas, despertó vivo interés entre el público inversor extranjero, llegaron a la conclusión compartida los expertos.
Al decir del director gerente del holding finlandés, Antti Kivimaa, el contrato cerrado para un término de 49 años, ofrece la posibilidad de efectuar la tala de 2,5-3,1 millones de metros cúbicos de madera. En 2008 Ruukki planea instalar la serrería mecánica con capacidad de 300.000 metros cúbicos al año y en el horizonte de los años 2009-2010, poner en explotación la fábrica de celulosa con capacidad de hasta 500.000 toneladas. La madera aserrada y la celulosa se exportarán, dice el ejecutivo de la compañía finlandesa. En el momento actual Ruukki está negociando la participación en el proyecto de organismos financieros internacionales.
No es casual que Ruukki haya apostado por instalarse en la provincia de Kostroma en la que deja mucho que desear el nivel de desarrollo de la industria maderera, sostiene el director para relaciones con estructuras oficiales de Ilim Palp, Dmitri Chuiko. Pero para que el proyecto prospere la compañía finlandesa tendría que talar de 5 a 6 millones de metros cúbicos de madera, según los estimados del experto.
Ruukki no es la única compañía extranjera deseosa de instalarse en el mercado de madera ruso. Desde 2005 el consorcio Stora Enso está buscando en Rusia un solar para construir una planta valorada en 1000 millones de euros. Hace poco Metsa Botnia anunció el propósito de invertir 1000 millones de dólares en la fábrica de celulosa en la provincia de Vologda.
